Lucinda Williams, reina del alt-country en 5 discos y un concierto.


Tenía muchas ganas de soltar la frase y quedarme más ancho que largo, así lo veo yo: Reina del alt-country. Aunque sólo fuera para colgar una foto en su honor y a continuación cerrar el chiringuito, y adhiero lo del "alt" porque esa idea que siempre le persiguió de sucesora de Emmylou Harris para mi no va con ella, Lucinda Williams tiene mucho más blues y rock y tiene su propio estilo más allá del country canónico, incluso podría haber soltado reina del rock americano y haberme quedado igual de ancho. Porque claro, nosotros esperando el gran disco de tal o de cuál consagrado y aquí esta señora que a cada disco que se despacha deberían echarle pétalos de rosa a su paso, por canciones, por guitarras, por calidad...

Empezó en los 70 y encontró su propia voz en los 90, sin embargo no fue hasta los dosmiles que su discografía no fue demasiado prolífica, más de 35 años se dice pronto, un bagaje amplio repleto de joyas y la admiración de colegas, el éxito y el olvido, la visita a los infiernos existenciales, el continuo resurgir entre las cenizas. Un repertorio que ya da para el homenaje y para las comparaciones con las grandes cantautoras/es, por descontado a considerar una de las mejores de nuestros días aún en activo y a un gran nivel.

Como songwritter a la altura de sus drunken angels apoyada en escuderos a las séis cuerdas y en la producción siempre al servicio de su jefa, el tándem Gurf Morlix y Dusty Wakeman en la primera época, Hal Willner y su nómina de músicos, Greg Leisz y Bill Frissell siempre pululando por sus discos... siempre los mejores. En las últimas canciones ha alcanzado ya una maestría como contadora de historias que en las distancias cortas es inalcanzable respecto al resto de artistas que han ido apareciendo en los mismos terrenos musicales, maestra para hacer de los tres acordes y la verdad su signo de identidad, cambien "verdad" por sentimiento, emoción... a elegir, canciones a la postre que no son complejas en su desarrollo pero que transmiten como pocas.

Así que sin más me dispongo a comentar algunos discos de la Williams, seguro que véis que falta alguno, lógico y normal, pues esta lista no ha sido confeccionada en base a su calidad, si así fuera aquí estaría hasta mañana comentando cada uno de sus discos. Más bien se trata de mis discos preferidos, los que más me han llegado. 

Lucinda Williams
Os confieso que cuando este disco salió yo aún estaba en la parra, out, en mis primeros pasos y absorviendo aquello que la época llevaba. Su tercer disco ya la mostraba a otro nivel, rock americano de nivel. Fue gracias a un grupo de culto llamado The Silos que descubrí Change The Locks y convencido estuve de que la canción pertenecía a tal grupo, fue mucho tiempo después y gracias a Tom Petty que la llevó a su terreno en la BSO She's The One, entonces apareció el nombre de Williams. Decidme si no se adelantó al rock de Cracker, pero este disco tiene más canciones, Passionate Kisses me la acerca más a Chrissie Hynde que a cualquier icono femenino del country.


Car Wheels On a Gravel Road
Fue Car Wheels el disco que me descubrió a Williams, supongo que como a muchos, no es para menos, es un disco de pedestal y vitrina, de tener en posesión aunque no conozcas más de su obra, las cosas como son. Los 90 sólo vieron editarse dos discos suyos. Sweet Old World, revisado de nuevo por la propia cantautora este año y esta obra maestra, uno de los mejores de su generación. A mis ojos Lucinda apareció de la nada, al menos esa impresión me dió, el disco que puso el foco en la songwritter de Louisiana. Drunkel Angel, la inmejorable versión de Can't Let Go, Metal Firecracker... Nada sobra en este disco.


West
West es uno de los discos más infravalorados de Lucinda, un disco darkness y triste sobre el amor, canciones de decepción ante las expectativas que no se van cumpliendo, el siempre recurrente "empezar de cero" y como no, sincera como sólo ella sabe. Uno de esos discos que te pueden hacer sentir menos sólo según en que momentos de soledad. Como no derretirse con tonadas como Learning How To Live. Y como no podía ser de otra manera con un plantel de músicos de la mano de Hal Willner que quita el hipo, Jim Keltner, Gary Louris, Bill Frissell, así se las gasta nuestra dama, para sus canciones siempre lo mejor. Un disco a revisar y escuchar si aún no lo has hecho.


Blessed
No me mal interpretéis, no es que Little Honey fuera un mal disco, no lo es digan lo que digan los allmusic, pero si es verdad que Blessed tenía un rigor y una tensión especial, como disco tiene su personalidad, uno de los momentos más rock de todos sus discos ayudado todo sea dicho por las guitarras putoámicas de Elvis Costello y Greg Leisz, genial, y una temática que hacen del disco uno de mis preferidos y de los que adoro y aun escucho con asiduidad. Seeing Black es grandiosa. Aquí Lucinda rockea y nos entrega uno sus mejores discos.


The Ghosts of Highway 20
Este es su disco más difícil, si West ya se antojaba un disco oscuro sobre el corazón, aquí Lucinda nos invita a adentrarnos en las profundidades abisales de su alma. A mi particularmente me parece uno de sus mejores discos. Aburrido?, a ver quien se atreve a decir lo mismo de Townes. Necesita su tiempo pero una vez dentro te recompensa con creces. Es una maravilla que a mi entender no se ha valorado lo suficiente por su condición cruda e intensa. Cabe destacar la mano santa a las séis cuerdas de dos artistas como Bill Frissell y de nuevo Greg Leisz que aportan unos arreglos exquisitos.


Live From Austin, TX
La franquicia de directos de Austin City Limits tiene su capitulo dedicado a Lu. Imprescindible documento audiovisual que retrata a la artista en la cima, editado años después de su grabación, imprescindible empero. Momento dulce que sacaba partido del gran reconocimiento conseguido con su último disco de estudio hasta esa fecha, el Car Wheels. Acompañada de un grupo de auténtico lujo, ¿quien puede fardar hoy en día de tener a Jim Lauderdale en su grupo? y con un repertorio ya importante Metal Firecracker, Change The Locks, Sweet Old World... por poner algunos ejemplos que retratan este momento, realmente grandiosa. Lucinda está reluciente y pletórica.

En esta lista faltan muchos títulos no con menos calidad que los comentados. Essence, Sweet Old World, Down To The Bone... ya son muchos los discos que esta veterana lleva a sus espaldas. Para mí era necesario el homenaje sincero y merecido. Si aún no te has adentrado en su música quizás encuentres aquí algún hilo del que tirar.

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