Radiohead - A Moon Shape Pool (XL, 2016)


Esta es la favorable, la de Julián Ruíz es la hater. Piscina lunera. Es impresionante los ríos de tinta digital y las opiniones tan dispares que despierta el disco. Desde "Es su obra maestra" hasta "Es una mierda aburrida". Pero a ver, si nunca has escuchado a Radiohead o en el mejor de los casos te quedaste en las 'curvas' y/o en las 'computadoras', ¿para que ir?, ir pa' na'... 

Posiblemente su anterior disco es el causante de la mayor parte de los recelos que despierta cualquier cosa que salga de la banda inglesa, y ahí si que digo que aunque hubo quien vió su gracia y yo que respeto el tema de los gustos y los colores, si hablamos de ensamblar con cierta gracia y calidad la electrónica pués de "eso" a lo que contenía "Kid A" incluso "Amnesiac" va un buen trecho. Aún así no les pierdo la pista aunque me la metan doblada de vez en cuando porque si algo tiene esta banda es un universo sonoro y lírico propio, son únicos, y ahora si, no diré que son unos "genios" porque ese adjetivo debería reservarse a los contados como mucho con los dedos de dos manos, pero si que afirmaré que es una de las bandas más importantes de las últimas tres décadas le pese a quien le pese, y también que en su haber se encuentran algunos de los discos puntales de toda la música editada en la actualidad. A partir de aquí este disco me está volviendo a hacer disfrutar de su música desde que aquel ya lejano "Hail To The Thief" me atrapara con su correspondiente directo, por cierto otro factor a tener en cuenta en su buen hacer.

A Moon Shape Pool me supone una gran vuelta de Radiohead, al Radiohead que me gusta cuando más allá de las texturas y producciones de turno se dedican a hacer buenas canciones, y aquí señores las hay, algo que a poco que aguantéis el disco unos cuantos días y que reprimáis la ansiedad por dar una opinión a la ligera por aquello de llegar a meta en primera posición, pués si es que te gustan verás y encontrarás, otra cosa es que nunca te hayan dicho nada, pues a otra cosa. Al tema. El disco es una maravilla, una vuelta a los arreglos más orgánicos dicho ésto desde su propia perspectiva, o sea, electrónica hay pero en su medida justa, y aunque se hecha de menos que la guitarra eléctrica esté más presente, a cambio arrastra el buen hacer desarrollado por el sr.Greenwood en las bandas sonoras que ha compuesto en los últimos años (un señor músico, si, poca broma) con arreglos de cuerda y piano de auténtico buen gusto delicatessen, para mi uno de los grandes valores del  disco, y con el mérito que corresponde por supuesto al miembro de años en la sombra Nigel Godrich en las labores de producción, que todo sea dicho, en la medida que le escondan el secuenciador, el sintetizador y/o el laptop, la música de la banda mejora, una opinión muy personal.

¿Que las canciones no tienen gancho? no es novedad y sabéis si estáis aún leyendo estas líneas que es una de las características principales de su música, a estas alturas ya se sabe que no es un grupo de canciones pop directas y adictivas, por descontado. Además el grupo continúa siendo un pincel con el que Yorke pinta sus paisajes impresionistas sobre la realidad que sólo él ve desde donde sólo él está, sea desde otro universo o desde una dimensión paralela, además que nunca pierde su visión transgresora siempre en constante lucha contra ésto que llamamos sociedad con todos lo valores que conlleva y arrastra, siempre con su particular manera un tanto introspectiva y atormentada, añadamos onírica. El caso es que eso les hace únicos y no dejan de sonar a ellos mismos sin autoplagiarse (demasiado). Confieso que su adelanto Burn The Witch en su momento me pareció muy previsible dentro de su propia idiosincrasia, aunque con las escuchas me encasta muy bien con el resto y la veo como parte del todo, no puede negarse que la canción es una maravilla en cuanto a arreglos se refiere, una de las tónicas de este disco, y además a poco que uno indague en su letra descubrirá que su mensaje a la postre es una gran crítica a la Europa que ahora conocemos y a la manipulación a la que somos sometidos, y ojo, sin recurrir a obviedades. Daydreaming es otra buena prueba de su capacidad para crear ambientes únicos, canción a ralentí con la que además sus fans más temibles han tenido la excusa suficiente para desarrollar toda una serie de cábalas e incluso la que afirma que este será su último disco. Respecto a lo que hablaba de las guitarras eléctricas, Identikit podría ser la excepción, genial Greenwood y curiosa la utilización de la palabra y su significado (lo que es el retrato robot de la pasma) aplicado a las relaciones, una idea muy de la banda.

Y aunque el disco funciona como un gran cuadro con una intención única, hay algunas de las canciones que fuera de contexto funcionan muy bien y podrían calificarse de muy buenas, Glass Eyes es una preciosidad, una de mis canciones favoritas del año donde Yorke vuelve por sus fueros sobre la alienación y la sociedad, y si que os digo que es una mente muy lúcida para retratar según que situaciones, algo que se le da muy bien, me gusta y mucho tanto como Desert Island Disk, que si, que ellos van de modernos o así los quieren retratar pero ambas deberían considerarse joyas de folk contemporáneo tanto por el tratamiento de las acústicas como por los arreglos orquestales. Y de ahí a...Oh! Present Tense que maravilla, una bossa nova como la copa de un pino pasada por su filtro, que ya circulaba por la red una versión con banda, y yo que me preguntaba porque no hacían maravillas tales en sus discos, aquí está, bonita es poco. Muy conseguida la envolvente en The Numbers, acongojante el crescendo, los arreglos de cuerdas y las diversas capas en un trabajo de ensamblaje al alcance de muy pocos, alta ingeniería musical preciosista y grandilocuente que oigan, funciona y además está al servicio de un discurso tan escaso como es el cambio climático. Y por comentar otra de mis favoritas os diré que la canción que cierra el disco la minimalista True Love Waits que conocía de su EP en directo I'll Might Be Wrong. sólo con un piano y hacia el final con pocos arreglos más me parece de un gusto exquisito.

Su música nunca trajo la intención de llenar estadios, aunque los llene, ni creo yo que a estas alturas tengan ningún tipo de presión mediática (ni de audiencia) por sonar así o asá, si es que alguna vez la tuvieron. Una contradicción tal y como suele entenderse el asunto si tenemos en cuenta que hacen música independiente con presupuesto de empresa multinacional, un sueño para cualquier artista ¿no?, por tanto ¿no debería a caso ser una virtud mantenerse coherentes a sus propias reglas estando en la cima?, un ejemplo al menos para mi. Para finalizar apuntar que las canciones en su mayoría ya son conocidas y han sido interpretadas en sus directos, pero que más da si las canciones transcurren en un mismo tono de onírica a ralentí de arreglos preciosistas, muy disfrutable y que demanda calzarse unos buenos cascos y que pide unos minutos de relax para dedicarle. Muy recomendable.


Comentarios

  1. Excelente analisis Chals. Y no es facil, tratandose de quien hablas.

    Yo ya sabes lo que pienso. Para mi es una obra maestra absoluta.

    Me encanta eso que comentas de "cuando más allá de las texturas y producciones de turno se dedican a hacer buenas canciones". De eso se trata aunque con Radiohead los caminos sean otros.

    Comparto tu entusiasmo por Glass Eyes y The Numbners. Y me rindo ante cosas tan apaullantes como Burn The Witches o Full Stop.

    Para bien o para mal, son unicos. Y han sabido serlo siempre. Solo por eso merecen el respeto y el status que tienen.

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    1. Gran reseña la tuya, te acabo de añadir a mi blogrroll, me alegra coincidir contigo con entusiasmo por esta obra, un gran trabajo, yo creo que la clave es esa frase que apuntas, pues a mi no todo lo de Radiohead me gusta, aunque admito que son unos de los grandes. Saludos

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