Retrospectiva: The Libertines. Guilty pleasure?

En su día me gustaron mucho The Libertines, independientemente de sus andanzas extra-musicales, de los gramos que ingerían, de sí era una propuesta de la lanzadera hipster NME, y/o carne de festivales veraniegos para británicos y hooligans varios.

Pero aunque el grupo fuera diseñado, cosa que poco me importa y no sé con seguridad (incluso para la conexión Joe Strummer/Mick Jones hubo intermediarios, también para Johnny Rotten hubo un McLaren detrás), su música me gustaba. En primera instancia me atrajo el nombre de Mick Jones en los mandos, pero me ganó su sonido deslavazado y la urgencia juvenil de sus letras, eran auténticos, al menos lo vivían como muchos de los mitos de finales de los 70, a todo tren.

Hoy los he pinchado en casa después de ver un video de reunión de hace unos años, algo que si me paro a pensar no hago, ni tan siquiera publicar un post con ellos de protagonista no sea que se me borren seguidores je je je. Guilty pleasure?.

Pero que coño! (fuera elitismos varios), me ha sorprendido lo bien que me han sonado sus dos discos, de haber sido editados un par de décadas antes ahora serían un grupo de culto underground. "Time for heroes" es una gran canción, "Boys in the band" y "Tell the King" también, hay otros pepinazos en Up The Bracket, sin olvidar la canción del EP, "Don't look back into the sun", aún guarda mucho encanto

Llega la fama, la popularidad y la pasta gansa, Doherty empieza a dar rienda suelta a su arrogancia rebozada en kilos de jaco, hasta tal punto que el resto de libertines empieza a rodar sin él en algunas fechas, muy Sid Vicious, aún así consiguen reunir el material suficiente para un canto del cisne que alcanzó altas cuotas de popularidad, el caso es que este segundo disco, sin título, alguna buena canción también tiene, "Can't stand me now", "The man who would be king", "Campaign of hate" y "What Katie did", son algunas de mis favoritas, con más relleno que su debut, sonido menos guitarrero, pero igualmente disfrutable en su irregularidad.

Pocas veces se habla de ellos en términos musicales, me refiero a que normalmente las escasas cuatro líneas que he dedicado al inicio del párrafo anterior suelen extenderse páginas y páginas, cosa que suele causar el desespero del entendido. En su caso, rentabilizaron el legado de los The Only Ones como nadie, es significativo que su líder Peter Perret interpretara con ellos el "Don't look back into the sun" en directo con ellos, le va que ni pintado, eso por no hablar del punk-rock clashero menos ecléctico. Y de rebote y por su denominación de origen, como todo buen rock inglés, el toque más Kinks que Beatles aparecen en algunas canciones, con menos profundidad, claro. Al menos a Mick Jones habría que reconocerle su facilidad para convertir los defectos de los libertines en su gran baza, poca técnica, desafinos varios, riffs obvios, y muy poca producción, o al menos la capacidad para disimularla.


No sé de que manera, pero Doherty y Barat tenía una extraña buena química, uno tenía unas cuantas melodías bien aprendidas, y el otro el sonido, lástima que se dejaran llevar demasiado. Su único pecado: ser jóvenes y vivir a tope antes que dedicarse a ser músicos, actitud que por otra parte podemos ver en infinidad de capítulos de la historia del rock, por tanto no es recriminable. Sin querer sonar exagerado y salvando las distancias, Amy Winehouse es al soul, lo que The Libertines podrían haber sido para el punk-rock británico, sólo que Doherty no la ha palmado.

Pocas bandas (en los últimos años) ha picado del rock británico de manera tan inconsciente e instintiva como los libertines en sus dos discos, estoy convencido que ni ellos eran conscientes de ello, ni tan siquiera creo que tuvieran claro a que queirían sonar, simplemente sonaban. Disfrutable y divertido, ingenuo pop-rock inglés de guitarras, canciones simples, coreables, rock juvenil en estado de auto-defragación. 

Recuerdo que en su día se decía que sonaban "frescos", ya sé que la prensa británica vende grupos como si fueran lechugas, además ese "frescos" fue el adjetivo al que se agarraron otras nuevas propuestas, los casi-niños The Kooks, por decir un nombre, incluso a los Artic Monkeys se les puso a la cola de la frescura de éstos, luego el tiempo ha puesto a cada cuál en su sitio.

The Libertines es un grupo que a vertido más ríos de tinta que canciones, eternamente regresando de entre sus cenizas. De todo el pack me quedo con esos dos únicos discos, me siguen gustando, lo demás me sobra.







Comentarios

  1. Poco importa que fueran un producto diseñado para el momento, el caso es que sonaban del carajo y sus discos transmiten esa energía "teen" que te devuelve la juventud. Saludos.

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  2. Solo llegue a comprar el primero que si puso bastante, luego tal vez influenciado por sus andanzas extramusicales no le preste más atención Ya con Babyshambles no trague. tras tocarme la fibra sensible con mis adorados Only Ones volveré a recuperar el tiempo perdido

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