Después de unos años firmando canciones para otros artistas de nashville, en 1970 debuta Kris Kristofferson con una colección de canciones sin fisuras que introducía el carácter outlaw a la contracultura de aquellos años.
Sigo a Kris Kristofferson desde hace poco tiempo, un artista al que siempre tuve en cuenta como necesario, pero del que nunca me decidí a escuchar su obra. Hasta que me tope de bruces por recomendación de Mansion con This Old Road, arruga bella y oscura por todos lados, un grandísimo disco. A partir de este contacto iniciático escarbé en su obra y descubrí a un artista imprescindible para todo aquel que guste la música cercana al country, aunque hay que apuntar que en Kristofferson el country es un medio para expresarse, no una finalidad, y eso le da una personalidad propia a todo lo que compone.
Su determinación por introducirse en el mundo discográfico a mediados de los 60, le llevo a trabajar en la limpieza del sello Columbia, lo que se llama empezar desde abajo, donde conoció a Cash a quien le ofreció sus primeras canciones, incluso llegó a coincidir con las sesiones del Blonde On Blonde de Dylan, cosa que le marcó, a quien no. Poco a poco se hizo un hueco en la música y sus canciones empezaron a conocerse antes que su propia voz, algo que define muy bien su carrera, hasta que Johnny Cash lo presentó en el Newport Folk Festival, al año siguiente grabaría su primer disco.
Este disco suele ser conocido mayormente gracias a la versión de Janis Joplin, grandísima canción, hay que admitir que Me And Bobby McGee es el gancho, además terminó siendo el título de la reedición que sacó la discográfica poco después cuando Kristofferson ya era más conocido más allá de Nashville, gracias todo sea dicho a esa canción. Tiene algunas de las frases memorables de la historia del rock "la libertad es no tener nada que perder, y nada no es nada pero es gratis", describe toda una generación con imágenes claras y su filosofía de vida, es magistral, algo muy difícil de hacer en pocas estrofas, una obra maestra. Aunque sería una lástima que un disco de tal calidad y digno de considerarse un clásico, quedara obnubilado por un solo éxito.
Blame It On The Stones no puede ser mejor inicio, canción con guitarra eléctrica en primer plano en un alegato en favor de su generación y personificando en los Rolling Stones todo aquello que molestaba tanto a la clase acomodada americana. La admiración hacia Cash queda patente en la dedicatoria hablada en To Beat The Devil, intros que se convertirían en una de sus peculiaridades a lo largo de su carrera, una canción casi spoken word con una interpretación sublime. Y por favor, atención a Help Me Make It Through the Night, una balada que no hay que dejar pasar, otra de las canciones que confirma a Kristofferson como artista de artistas pues ha pasado por manos tan dispares como Joan Baez y Gladys Knight & the Pips. Además Kris Kristofferson es de los que se moja, como en una de mis favoritas, la irónica The Law Is For Protection Of The People, afirmación que no tienen aun muy clara en este país. Just The Other Side Of Nowhere demuestra que Kristofferson va mucho más haya del country, un canción deliciosa sobre sentirse extraño y fuera de lugar, y la balada infinitamente versioneada For The Good Times y que en boca del Cash póstumo es suprema. Cierra el disco Sunday Morning Comin' Down, la primera canción que entró en los charts un año antes de este disco en boca de Ray Stevens, y la que le abrió las puertas de Nashville. Todas joyas absolutas.
Kristofferson es poseedor del arte de hacer canciones, los tres acordes y la verdad, algo que se tiene que llevar dentro y tiene que quemar, sus canciones son directas y a su vez capaces de comunicar mucho en pocos versos. Redefinió el arte de componer canciones en Nashville, se salió de los cánones del country y le dió el toque rebelde y hippie de la contracultura de aquellos años. Prueba de ello puede ser este primer disco de 1970, idóneo para percibir a Kristofferson con otros ojos, más cerca Dylan que de Hank Williams. "Kristofferson" es más que una sucesión de buenas canciones, es la crónica de una época. Un disco de espíritu imperecedero e insurgente. Imprescindible.
Blame It On The Stones no puede ser mejor inicio, canción con guitarra eléctrica en primer plano en un alegato en favor de su generación y personificando en los Rolling Stones todo aquello que molestaba tanto a la clase acomodada americana. La admiración hacia Cash queda patente en la dedicatoria hablada en To Beat The Devil, intros que se convertirían en una de sus peculiaridades a lo largo de su carrera, una canción casi spoken word con una interpretación sublime. Y por favor, atención a Help Me Make It Through the Night, una balada que no hay que dejar pasar, otra de las canciones que confirma a Kristofferson como artista de artistas pues ha pasado por manos tan dispares como Joan Baez y Gladys Knight & the Pips. Además Kris Kristofferson es de los que se moja, como en una de mis favoritas, la irónica The Law Is For Protection Of The People, afirmación que no tienen aun muy clara en este país. Just The Other Side Of Nowhere demuestra que Kristofferson va mucho más haya del country, un canción deliciosa sobre sentirse extraño y fuera de lugar, y la balada infinitamente versioneada For The Good Times y que en boca del Cash póstumo es suprema. Cierra el disco Sunday Morning Comin' Down, la primera canción que entró en los charts un año antes de este disco en boca de Ray Stevens, y la que le abrió las puertas de Nashville. Todas joyas absolutas.
Kristofferson es poseedor del arte de hacer canciones, los tres acordes y la verdad, algo que se tiene que llevar dentro y tiene que quemar, sus canciones son directas y a su vez capaces de comunicar mucho en pocos versos. Redefinió el arte de componer canciones en Nashville, se salió de los cánones del country y le dió el toque rebelde y hippie de la contracultura de aquellos años. Prueba de ello puede ser este primer disco de 1970, idóneo para percibir a Kristofferson con otros ojos, más cerca Dylan que de Hank Williams. "Kristofferson" es más que una sucesión de buenas canciones, es la crónica de una época. Un disco de espíritu imperecedero e insurgente. Imprescindible.
Un grande y un seminal disco de lo que ahora es americana
ResponderEliminarni que lo digas Bernardo, le dió a la contracultura un punto outlaw y country, un disco muy influyente Saludos
EliminarGrandioso disco y musico...este le tengo firmado de puño y letra por Kris!Genial!
ResponderEliminarA+
Joer amigo, eres una caja de sorpresas, esa copia espero que la tengas apartada y en vitrina, no es para menos. Saludos
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