Uno de los grandes descubrimientos de lo que llevamos de año es Chencho Fernández, todo sea dicho, gracias al boca a boca de quienes conocen de buena fe los parabienes rockeros que guarda un sur en plena ebullición, también las reseñas de algunos de mis gurús musicales predilectos (siempre gracias Lu, Johnny JJ, Antonio, Addison). Dadá estuvo aquí es uno de tantos nuevos comienzos (Sick Buzos, Mistral, Nuevo Debut...), aunque esta vez al fin parece que poco a poco va dejando de ser un secreto a voces para pasar a estar considerado uno de los cantautores más preciados del rock actual, empezando por los más entendidos que ya andaban sobre su pista, incluso por los medios más generalistas de semanario dominical, tantas veces obnubilados por las tendencias y que ahora lo sirven en bandeja de plata, y yo que me alegro. Esta vez con la producción del gran Jordi Gil y el apoyo instrumental de los estupendos y también poco conocidos All La Glory, han conseguido un clásico instantáneo que va calando poco a poco hasta llevarte a su terreno de amores imposibles y persistencia contra los elementos.
Canciones que describen escenas cotidianas en un tono melancólico y agridulce, con un telón de fondo que me resulta familiar pese a la lejanía, tan parecida a mi ciudad a través de los claro-oscuros de unos símbolos identitarios que siempre han mirado en una misma dirección ejerciendo de rodillo estandarizador, llámese Feria o Fallas, o lo que cada cual prefiera, y que esconden esa otra vida efervescente y en continuo cambio hacia una regeneración constante, o quien sabe si hacia la desintegración, en ese sentido me siento muy identificado con el protagonista que arrastra sus huesos sin saber muy bien en que punto se encuentra todo, y donde quizás lo único que parece claro es la necesidad de mantener un espíritu que transgreda el costumbrismo voraz del día a día, sin perder la certeza de que la única opción vital es ir a contracorriente. Es puro rock'n'roll way of life.
Pinta el paisaje local de Coney Island Baby, o ese agridulce y cálido sabor de la contemplación de Waterloo Sunset, con el constante esquinazo a la soledad en unos It Ain't Me Baby muy personales, y así sus santos patronos van desfinlando, Dylan, Lou Reed, Johnny Thunders, Burning... influencias sonoras claramente identificables, pero enfocadas de manera brillante, pués más que emular los logros de épocas pretéritas para más enjundia melómana, realmente conmueve a un mismo nivel siendo simplemente él mismo y con unos versos esculpidos directamente desde las profundidades abisales del alma.
Estación del Prado define muy bien lo que está por venir, rock de corte clásico cantado en castellano, en Muchacha rural parecen sonar las rinckenbakers de unos pájaros en estado sweetheart of the rodeo, una delicia country-rock. A ritmo de un pop-rock de los que ya no se hacen en Este matrimonio no casa relucen esas grietas de pareja bienavenida a las que nadie quiere mirar. La garçonne tiene un aire a chanson francesa y Serge Gainsbourg con muy buenos arreglos de cuerda. Muy juguetona El rayo apunto de caer con un bajo sinuoso y funky, y una guitarra lanzando sus punteos cortantes y elegantes. El power-pop de Radio Fun Club vuelve sobre sus pasos haciendo míticos los recuerdos de juventud, y La canción es una balada intimista que seguro dejará huella en la protagonista, aunque solo fuera en la distancia y el recuerdo. Dadá estuvo aquí tiene unos riffs atráctivos muy CBGB, y al igual que Radio Fun Club evoca recuerdos de juventud ya lejana. Si alguna vez mueres joven es un himno perfecto que mezcla desencanto y carpe diem, y La buena noche es simplemente brillante, una canción que a modo de epílogo sintetiza todo lo que es el disco en una cadencia que parece abrazar la noche y un futuro incierto.
Podría haberse quedado en una muy buena producción y un gran ejercicio sonoro, y ya sería un gran disco, pero lo que realmente hace grande Dadá estuvo aquí es la conjunción de música y letra, perfectamente encastados la una con la otra, consigue versos y frases realmente brillantes siempre al servicio de la historia que se quiere contar y sin caer en el pareado obvio, sintentiza en formato canción todo un mundo de sentimientos y emociones de manera creible, es una verdadera joya del songwritting.
Necesitaba escuchar algunas verdades en boca cercana, verdades que marcan esa fina diferencia entre quienes plantamos una vela en la vida y quienes se conforman con sus sueños presentados en engañosa bandeja de plata. Me sumerjo por días en canciones que escucho una y otra vez en autoreverse, y retengo de manera natural versos de aquí y allá que por momentos creo pensados por y para mi, construyo imágenes en mi cabeza y devuelvo a mi memoria viejos amores, a la vez que sufro en mis carnes la misma soledad inexplicable y dulce con la que congeniar por puro instinto de supervivencia, en definitiva consigue lo imposible, que el oyente se meta en la piel del protagonista. Dadá estuvo aquí es un buen manual con el que escapar de la frialdad de un mundo que se antoja en fade out. Un clásico instantáneo.
Necesitaba escuchar algunas verdades en boca cercana, verdades que marcan esa fina diferencia entre quienes plantamos una vela en la vida y quienes se conforman con sus sueños presentados en engañosa bandeja de plata. Me sumerjo por días en canciones que escucho una y otra vez en autoreverse, y retengo de manera natural versos de aquí y allá que por momentos creo pensados por y para mi, construyo imágenes en mi cabeza y devuelvo a mi memoria viejos amores, a la vez que sufro en mis carnes la misma soledad inexplicable y dulce con la que congeniar por puro instinto de supervivencia, en definitiva consigue lo imposible, que el oyente se meta en la piel del protagonista. Dadá estuvo aquí es un buen manual con el que escapar de la frialdad de un mundo que se antoja en fade out. Un clásico instantáneo.
Desde luego es un disco ya imprescindible, perfectamente descrito en esta crónica, coincidente en practicamente todo con mi visión, es ademas adictivo el jodido.
ResponderEliminarSu anterior disco, el inedito Nuevo comienzo es tan bueno como este.
Saludos.
Cierto Addison, un disco que ha pasado en poco tiempo al olimpo del rock estatal (actualizado post con enlace a tu gran reseña). Saludos
EliminarHombre gracias por la mención, impresiona verse junto a esos nombres.
EliminarPero es cierto que se ha convertido en clásico en tiempo record, una pasada.
Abrazo.
DEsde luego de los grandes discos del año. Y por lo que parece un gran autor que dara que hablkar en el panorama español
ResponderEliminarEsperemos que así sea Bernardo, y que no se deshinche, tiene mucho potencial. Saludos
EliminarDe esos primeros artículos que mencionas es de los que debería estar muy agradecido el Sr.Fernández que ha permitido crecer su disco mucho en poco tiempo como un boca a boca antes de que se hablara de él en el Ruta, Rockdelux, ABC, El Mundo,..., medios con más repercusión a nivel general pero dudo que individual a la hora de surcar las redes y salvo alguna excepción con reseñas menos personales y apasionadas, aunque siempre mola salir. En esa onda que no se limita a ser un quasi copia-pega como algunos medios especializados está tu gran artículo, my kamarada-friend, como siempre. Me gusta eso que dices del Coney island baby. Habrá que ver si en el futuro da el salto mediático, se mantiene en su status de culto o simplemente tuvo fue un trabajo que es posible que se convierta en clásico patrio. Muchas gracias por la mención y sí, es un gran disco. Un gran abrazo.
ResponderEliminarBien sabes amigo que suscribo todo lo que dices, mi abuela decía que ser agradecidos es de bien nacidos y muchas veces parece que tenga más peso el "donde" que el "como", admito que de alguna entrevista he sacado alguna de mis impresiones, y que la información es la que es, a partir de ahí siempre intento dar una visión más personal, no sé si lo consigo. Siempre hay que intentar mantener los pies en el suelo, seas artista, medio generalista, o quien fuera, gran aporte my mestre friend. Saludos
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