Llevo unos días en una especie de ensoñación californiana con rickenbakers tintineando de banda sonora. He decidio no resistirme, porque lo que al principio me pareció un delirio, ahora lo abrazo como un dulce sueño, una tabla de salvación ante la debacle. Creo recordar que el click vino con el concierto de los americanos The Parson Red Heads, finalizaron su concierto con Surfir Girl a capella y tuve la certeza que el plano de la realidad en el que me encontraba cambió por completo, o al menos eso necesitaban escuchar las contradicciones que campan a sus anchas en mi cabeza, obraron una especie de milagro y empecé a verlo todo en colores rojizo de atardecer en playa ya finalizado el verano. A continuación Star Trip que cantan como nadie en castellano a las chicas de septiembre, y con la ambrosía de los escoceses The Wellgreen me quedó claro que debía dejarme llevar. Ya con la última genialidad de Joe Algeri, The Jangle Band, me dió por pensar que quizás sea verdad que estamos ante un nuevo orden mundial donde los ukeleles serán sustituidos por rinckenbakers, y el crudo invierno por verano, ójala.
Así que cuando me topé por casualidad con The Dark Beautiful Sun ya no me extrañó tanta coincidencia. Este disco del para mi desconocido William Duke es una joya, una recomendación del prolífico Bernardo de Andrés que cuando su Tocadiscos Dual suena... oro lleva, reverencia y gracias.
Así que cuando me topé por casualidad con The Dark Beautiful Sun ya no me extrañó tanta coincidencia. Este disco del para mi desconocido William Duke es una joya, una recomendación del prolífico Bernardo de Andrés que cuando su Tocadiscos Dual suena... oro lleva, reverencia y gracias.
Tenemos sol de California, melodías, harmonías vocales y sabor clásico. San Francisco y el jangle-pop de la vieja escuela, empezamos con los Byrds y pasamos por Big Star y para rematar este viaje llegamos a Teenage Fanclub con sonidos más folkies que power, a veces como un Dylan 63 con el aroma al salitre de la playa, o como si Roger McGuinn hubiera decidido hacer aquellas luminosas versiones del bardo en acústico, Duke además te pasea por el country rock ligero de los años 70, Laurel Canyon, la hermandad CSN&Y y todos los que siguieron su estela.
Muy buen gusto es lo que tiene el señor William Duke, que por cierto militó en The Bye Bye Blackbirds, powerpoperos de pro para más señas. Apuntar así de entrada, que mientras lees esto no pierdas el tiempo y dirígete a su bandcamp, pues cuando escuches su primera canción te lo agenciarás sin pensar (está en descarga gratuita), al menos el flechazo en mi caso ha sido inmediato. Pero no se trata sólo de una buena producción y un simple revival de cosas que ya conocemos, aquí hay canciones bien hechas y una intención que empieza desde el título, Duke nos expone su versión del yin y el yan, su "no hay luz sin sombras", un sol maravilloso que tiende puentes hacia los rincones más oscuros del alma.
Muy buen gusto es lo que tiene el señor William Duke, que por cierto militó en The Bye Bye Blackbirds, powerpoperos de pro para más señas. Apuntar así de entrada, que mientras lees esto no pierdas el tiempo y dirígete a su bandcamp, pues cuando escuches su primera canción te lo agenciarás sin pensar (está en descarga gratuita), al menos el flechazo en mi caso ha sido inmediato. Pero no se trata sólo de una buena producción y un simple revival de cosas que ya conocemos, aquí hay canciones bien hechas y una intención que empieza desde el título, Duke nos expone su versión del yin y el yan, su "no hay luz sin sombras", un sol maravilloso que tiende puentes hacia los rincones más oscuros del alma.
En "The Golden Ring" su voz me recuerda enormemente a Tom Petty, casi calcomanía, pero lo hace tan bien que hasta se le perdona, muy presente en todo el disco el equilibrio perfecto entre el sabor clásico de los Byrds y el pop de los Teenage Fanclub más meloso, como en "The Dark Beautiful Sun". "The Truth Comes Out at Night" es otra joya acústica que tiene un aire al Syd Barrett alucinado, una maravilla. "Summer Side of Life" me recuerdan a lo que The Jayhawks eran capaces de hacer con el country-rock en los 90, una oda al verano que remite a aquellos años pero con los pies en la actualidad, y el deje dylanita se deja caer en "Many Years Away", con la gracia suprema y dulce que tenían los hermanos Avett cuando convertían el folk en pop en sus mejores canciones, preciosas harmonías en Just Lookin' For Some Sleep, hasta Kioto Sunrise es una auténtica maravilla para ser un breve instrumental.
Un disco irresistible, una incorporación de última hora para el saco de las canciones que me han alegrado el final de año, sin nostalgias sonoras, aprehendiendo todo de aquellos pero con una personalidad propia, hoy levantaré las persianas de casa.
https://williamdukepresents.bandcamp.com/releases
Un disco irresistible, una incorporación de última hora para el saco de las canciones que me han alegrado el final de año, sin nostalgias sonoras, aprehendiendo todo de aquellos pero con una personalidad propia, hoy levantaré las persianas de casa.
https://williamdukepresents.bandcamp.com/releases
Escribí una reseña hace unos meses sobre este disco, es una delicia Byrdiana de primer orden, un discazo, no te bajes de esa ensoñación californiana que se te ve tan a gusto amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
gracias también es un placer leerte. el de william es una joya
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