Vuelven Suede con Night Thoughts, su séptimo disco de material nuevo a tres años del anterior Bloodsport, tres años en los que además han hecho del directo su punto fuerte y lo han rentabilizado más que bien con la edición de alguno de ellos. Pero antes de que sigas leyendo te confieso que soy seguidor de fondo de los Suede y que esta es una reseña para fans de Suede, si sientes recelos por cualquier grupo procedente del Brit Pop, si buscas un producción orgánica, una aleación americana y/o música de carácter más directo, o quizás claras influencias desde el classic rock, este no es tu disco.
Apunto que soy fan de Suede pero no paso por caja siempre, con el anterior por ejemplo no solté ni un duro, un disco resultón que como puesta a punto me sirvió y lo escuché, pero el disco en sí no tiene una marcada entidad y es un poco tonto en su trasfondo. Mi conclusión respecto a Night Thoughts tras su escucha compulsiva durante semanas en parte es similar en cuanto que es un disco para sus fans, para los que adoramos Suede y disfrutamos con sus virtudes y defectos, el fraseo melodramático de la voz de Brett Anderson, los estribillos fáciles de una palabra y los aullidos de pastelito, esos coros casi infantiles, unos riffs de guitarra robados del glam acompañados de ritmos refinados del post-rock de los ochenta, y arpegios que distorsionados y con su efecto correspondiente disimulan la esencia Smith la mar de bien, añadamos una reverb de catedral y un sinte atmosférico estilo Roxy Music acolchando los espacios cuando se requiere, orquestaciones ampulosas, pretenciosas y cinemáticas que Scott Walker pagaría por tener a su disposición si es que un día decidiera querer ser escuchado de nuevo por la ingente masa y lejos de la experimentación.
Como los buenos discos de Suede, Night Thoughts es irregular y eso es algo que siempre me ha resultado muy atractivo, no hay una tónica pero si una entidad general que los recorre. Canciones con pegada como Outsiders, No Tomorrow y Like Kids se sitúan a la cabeza en las primeras escuchas, pero detrás esconden otras que sólo los fans de base apreciarán con la reiterada escucha ya lejos de las primeras impresiones a bocajarro, piezas sonoras trabajadas con un motivo central que te acaba atrapando, la intranquilidad que transmite Pale Snow me lleva a los momentos más introspectivos de sus primeros pasos, When You Are Young, situada al principio y al final a modo de motivo principal me eriza la piel, Thightrope es puro azúcar, y I Can't Give Her What She Wants y The Fur and The Feathers son epopeyas sonoras dignas de sus años de esplendor.
Suede son habas contadas, y cuando se amarran al neo-romanticismo glammer de Nude, al dramatismo de odisea londinense de Dog Man Star y al pop pegajoso de Coming Up, salen ganando, es su territorio, no hay más, gustarte Suede es que te gusten estas señas de identidad, cosa que Brett Anderson y compañía entendieron después de la gira de reunión de hace unos años, se trata de explotar los elementos sonoros que los definen como grupo y los diferencian de los demás, y en estas coordenadas y a estas alturas todavía siguen siendo únicos, no hay otros que se les acerquen o que destilen sus referencias musicales como ellos lo hacen, no hablo de calidad, algo que según quien podrá cuestionar, hablo de personalidad, algo que debería tener su peso.
Evidentemente ya no son unos jóvenes arrogantes destilando sex-appeal andrógino y actitud, pero su vigor juvenil lo han sabido sustituir muy bien y con mucho oficio al servicio de una trama bien tejida y que profundiza en aspectos como la vida frente a la muerte, la juventud frente a la conciencia de la madurez, la sensación de desarraigo y su relación con el devenir al que nos empujan ciertas convenciones sociales, desde un punto de vista muy personal, sentimientos de nostalgia y estima, angustia y aislamiento, luz y oscuridad, huyendo de los estereotipos más manidos sobre amor y desamor, trama donde Anderson suelta todos sus miedos y neuras interiores hasta puntos insospechados y que al final confiere el carácter al disco y da credibilidad al artefacto situándolo con diferencia por encima de su precedente discográfico.
Apunto que soy fan de Suede pero no paso por caja siempre, con el anterior por ejemplo no solté ni un duro, un disco resultón que como puesta a punto me sirvió y lo escuché, pero el disco en sí no tiene una marcada entidad y es un poco tonto en su trasfondo. Mi conclusión respecto a Night Thoughts tras su escucha compulsiva durante semanas en parte es similar en cuanto que es un disco para sus fans, para los que adoramos Suede y disfrutamos con sus virtudes y defectos, el fraseo melodramático de la voz de Brett Anderson, los estribillos fáciles de una palabra y los aullidos de pastelito, esos coros casi infantiles, unos riffs de guitarra robados del glam acompañados de ritmos refinados del post-rock de los ochenta, y arpegios que distorsionados y con su efecto correspondiente disimulan la esencia Smith la mar de bien, añadamos una reverb de catedral y un sinte atmosférico estilo Roxy Music acolchando los espacios cuando se requiere, orquestaciones ampulosas, pretenciosas y cinemáticas que Scott Walker pagaría por tener a su disposición si es que un día decidiera querer ser escuchado de nuevo por la ingente masa y lejos de la experimentación.
Como los buenos discos de Suede, Night Thoughts es irregular y eso es algo que siempre me ha resultado muy atractivo, no hay una tónica pero si una entidad general que los recorre. Canciones con pegada como Outsiders, No Tomorrow y Like Kids se sitúan a la cabeza en las primeras escuchas, pero detrás esconden otras que sólo los fans de base apreciarán con la reiterada escucha ya lejos de las primeras impresiones a bocajarro, piezas sonoras trabajadas con un motivo central que te acaba atrapando, la intranquilidad que transmite Pale Snow me lleva a los momentos más introspectivos de sus primeros pasos, When You Are Young, situada al principio y al final a modo de motivo principal me eriza la piel, Thightrope es puro azúcar, y I Can't Give Her What She Wants y The Fur and The Feathers son epopeyas sonoras dignas de sus años de esplendor.
Suede son habas contadas, y cuando se amarran al neo-romanticismo glammer de Nude, al dramatismo de odisea londinense de Dog Man Star y al pop pegajoso de Coming Up, salen ganando, es su territorio, no hay más, gustarte Suede es que te gusten estas señas de identidad, cosa que Brett Anderson y compañía entendieron después de la gira de reunión de hace unos años, se trata de explotar los elementos sonoros que los definen como grupo y los diferencian de los demás, y en estas coordenadas y a estas alturas todavía siguen siendo únicos, no hay otros que se les acerquen o que destilen sus referencias musicales como ellos lo hacen, no hablo de calidad, algo que según quien podrá cuestionar, hablo de personalidad, algo que debería tener su peso.
Evidentemente ya no son unos jóvenes arrogantes destilando sex-appeal andrógino y actitud, pero su vigor juvenil lo han sabido sustituir muy bien y con mucho oficio al servicio de una trama bien tejida y que profundiza en aspectos como la vida frente a la muerte, la juventud frente a la conciencia de la madurez, la sensación de desarraigo y su relación con el devenir al que nos empujan ciertas convenciones sociales, desde un punto de vista muy personal, sentimientos de nostalgia y estima, angustia y aislamiento, luz y oscuridad, huyendo de los estereotipos más manidos sobre amor y desamor, trama donde Anderson suelta todos sus miedos y neuras interiores hasta puntos insospechados y que al final confiere el carácter al disco y da credibilidad al artefacto situándolo con diferencia por encima de su precedente discográfico.
Sería pronto para afirmar que Night Thoughts está a la altura de sus primeros discos (contando Sci-Fi claro) pues acaba de salir y su recorrido deberá tener para poder situarlo en contexto. Además la reinvención sonora tampoco es tal pues se alimenta directamente y descaradamente de su obra pretérita, sobre todo en las guitarras la sombra de Bernard Butler sigue siendo muy alargada. Su mérito también tiene Ed Buller, productor de formación clásica que podría decirse que es miembro en la sombra desde hace muchos años, él sabe cómo aportar estos arreglos grandilocuentes sin restar personalidad al grupo. Yo lo calificaría de auto-plagio de calidad y muy bien logrado. Aunque de ninguna manera es un mal disco, el avance para mí viene de la mano de un concepto trabajado y lejos de la ingenuidad pasada de rosca (y también atractiva) de sus primeros años, un disco en definitiva cohesionado y bien hecho.
La obra viene completada por unos vídeos musicales cuidados y en sintonía con el hilo de las canciones, parece ser que es tendencia, con el consiguiente baile de formatos con dvd o sólo con cd, y el ya de moda vinilo. Por lo que a mí respecta no me hacía falta que me descubrieran el oro a estas alturas, a mí me hacía falta que me hechizaran de nuevo y lo han conseguido, ahora puede decirse que dominan como nunca el arte de ser Suede con su mejor disco en veinte años, y eso para mí es un regalo.
La obra viene completada por unos vídeos musicales cuidados y en sintonía con el hilo de las canciones, parece ser que es tendencia, con el consiguiente baile de formatos con dvd o sólo con cd, y el ya de moda vinilo. Por lo que a mí respecta no me hacía falta que me descubrieran el oro a estas alturas, a mí me hacía falta que me hechizaran de nuevo y lo han conseguido, ahora puede decirse que dominan como nunca el arte de ser Suede con su mejor disco en veinte años, y eso para mí es un regalo.
Escrito originalmente en NO SÉ VIURE SENSE ROCK
No soy yo muy fan de estos pájaros aunque sí he pasado por caja con ellos varias veces, hace mucho mucho tiempo... por lo leído (muy buena reseña, las cosas como son) le daré una oportunidad, pero muy receloso y con dudas pues con los años me estoy americanizando banjo mediante al máximo.... ya comentaremos la jugada de los Suede...
ResponderEliminarEn los últimos años yo también me he tirado al monte y a las montañas, pero estoy encantado con este disco, también te digo una cosa tal y como le comentaba a tu archienemigo hace unos días, a este disco es fácil darle de collejas aunque creo que es por su marcada personalidad, el exceso es otra de sus señas, y ahí Brett Anderson no se ha cortado un duro, drama a tutiplen, algo que por cierto ya estaba en Dog Man Star. De todas maneras si te hago escucharlo con atención me doy por satisfecho. Saludos.
EliminarNo sé cómo será el disco, pero si es la mitad de bueno que tu reseña ya habrá merecido la pena.
ResponderEliminarLo escucharé, promete.
Un abrazo!
Si te gustan Suede te gustará, en todo caso es un disco trabajado con una buena trama. Saludos Evander y gracias
EliminarA mi el disco me ha gustado en lo general; que no lo comparo con sus dos primeros (de los cuales soy incondicional y tengo en vinilo). Tampoco voy a decir que soy un fan aférrimo, pero se agradece que los regresos sean para recordarnos esos momentos espléndidos blandiendo airguitar en mano, mientras nos contoneábamos en plan almafrágil.
ResponderEliminarQue nos los recuerden, pero que no los calquen al milímetro, que se vea una evolución o por lo menos una madurez.
Es así, los ídolos se nos hacen mayores y contra eso no deberíamos luchar (tampoco soportar ojo). Pero saber ver con perspectiva y....el texto, excelente; como de costumbre Charls (vistas con mucho criterio)
Un saludo!!
ja ja ja, lo de almafrágil me ha hecho reir un rato, muy bueno. Si es verdad que a los dos primeros es difícil volver a llegar nunca, yo estoy convencido de ello, para mi son dos poms de los 90. Y en cuanto a la reinvención no hay calco, pero si se reconocen los reflejos a su pasado. Saludos Chico Malo y gracias por pasar.
Eliminarcomo no soy muy fan me resulto algo irregular eso si mejor que lo pasado, excetuando sus clasicos clkaro. Exceso de baladas pero son Suede
ResponderEliminarSi comparamos con Dog Man Star, el número de baladas va casi a la par. Y si, como digo en la reseña es un disco totalmente irregular, todos sus discos suelen serlo, esto segun lo que busque cada cual puede resultarle un parón, a mi me sugiere la personalidad propia de la obra. Por supuesto sus clásicos son inalcanzables, como mucho Night Thoughts se les acerca. Saludos y gracias por pasar.
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