Primer disco de Jarvis Cocker firmado a su nombre, uno de los trabajos más finos de su carrera bajo mi punto de vista, y ahora que tengo tan presente a los Kinks, no puedo evitar verles reflejados aquí, el sr.Cocker es un talento nato para retratar ciertas situaciones y comportamientos de una manera tan mordaz y brillante como los hnos Davies.
En el periodo comprendido entre el último disco de Pulp y este debut en solitario Jarvis participó en diversos proyectos, banda sonora para Harry Potter, dos canciones para Nancy Sinatra y un grupo junto a Hawley bajo pseudónimo ambos y llamado Relaxed Muscle.
En otra época Jarvis fue el paradigma del rock inteligente, mente mordaz capaz de mirar a su alrededor con otros ojos, no sólo se trata de hasta que punto el entramado humano está tejido con los mismos esquemas que un gran rebaño de corderos dispuestos para la sustracción de la lana una y otra vez, si no además te lo hace saber con clase y con el ingenio para hacer que te rías de tí mismo.
Jarvis un día se cansó de su estatus de pionero del Brit-pop y se largó a vivir a Paris, en su exilio francés conoce a una preciosa parisina y tiene un hijo. Entonces pasa algo. Esa visión ingeniosa, esa manera de plasmar las estupideces costumbritas y reirte de la tontería general se tranforman en un incipiente temor que sería la semilla de este LP.
Jarvis un día se cansó de su estatus de pionero del Brit-pop y se largó a vivir a Paris, en su exilio francés conoce a una preciosa parisina y tiene un hijo. Entonces pasa algo. Esa visión ingeniosa, esa manera de plasmar las estupideces costumbritas y reirte de la tontería general se tranforman en un incipiente temor que sería la semilla de este LP.
Jarvis Cocker teje una conversación imaginaria con su hijo para contarle todo eso que se supone que saben los padres pero que no pueden contar a sus hijos. Se presenta el reto de intengrar a tu hijo, tienes que hacer de tripas corazón para lograr que la sangre de tu sangre sea como uno más dentro de un sistema donde sabes que le van a contar una serie de milongas en formato de verdades académicas y/o tradiciones, y tú por detrás llevándote las manos a la cabeza, pensando en porqué tendrá que pasar por todo eso, y sobre todo, el temor de que tu hijo caiga en todas esas trampas, haciéndose amigo, para rematar, del mascachapas del reggaeton, que sería lo más fácil. Todo gira entorno a unas mismas reglas que resultan absurdas.
Finalmente el deber de un padre es estar presente pero al margen, sólo demostrando nuestro amor incondicional pase lo que pase y dejar que tenga entidad propia, no cuartarle ni marcarle éste o aquel camino por obligación, ellos son otras personas diferentes pero con la ventaja de tener nuestra experiencia a su favor, es difícil, y Jarvis con unos textos brillantes te hace partícipe de ese temor, que es nuestro temor y es el temor que se hace extensible a un momento en el que parece que el mundo empieza a caer en una especie de rueda de catástrofes climáticas, desfalcos económicos, guerras sin sentido, y convenciones absurdas... es el temor de The Jarvis Cocker Record.
Jarvis aparece en la foto de la portada casi cabizbajo con ese temor en los ojos, desconcertado como si no pudiera articularle palabra a su hijo, como si la única escapatoria fuese grabar un disco donde verter todas esas inquietudes, lo bueno es que Jarvis no pierde el ingenio, él siempre fue un paso por delante de la common people.
Finalmente el deber de un padre es estar presente pero al margen, sólo demostrando nuestro amor incondicional pase lo que pase y dejar que tenga entidad propia, no cuartarle ni marcarle éste o aquel camino por obligación, ellos son otras personas diferentes pero con la ventaja de tener nuestra experiencia a su favor, es difícil, y Jarvis con unos textos brillantes te hace partícipe de ese temor, que es nuestro temor y es el temor que se hace extensible a un momento en el que parece que el mundo empieza a caer en una especie de rueda de catástrofes climáticas, desfalcos económicos, guerras sin sentido, y convenciones absurdas... es el temor de The Jarvis Cocker Record.
Jarvis aparece en la foto de la portada casi cabizbajo con ese temor en los ojos, desconcertado como si no pudiera articularle palabra a su hijo, como si la única escapatoria fuese grabar un disco donde verter todas esas inquietudes, lo bueno es que Jarvis no pierde el ingenio, él siempre fue un paso por delante de la common people.
Aquí además de Steve Mackey su fiel escudero en Pulp (que también está en el segundo) tenemos a Richard Hawley con sus Gretsch, su 12 strings, su lap steel y todo adornado con gusto con un magnífico coro y una sección de cuerda, se respira ese ambiente crooner que tanto me gusta, pero al mismo tiempo Jarvis lo combina y actualiza con glam-rock y con tonadas que de haber sido firmadas por Pulp estarían entre las mejores de su discografía.
Diseñado a conciencia, sin nada de relleno, ni tan solo el orden de los tracks se dejo al azar. Lo que más me gusta de Jarvis en este disco es la manera que tiene de acercar su música al costumbrismo social y hacer de la palabra cotidiano algo más trascendente, más allá del tono confesional del songwritter de turno. Letras cuotidianas si, pero aquí Jarvis utliza lo cotidiano como campo de batalla para reivindicar el sentido común y recorre con catorce canciones esos temas que habitualmente no se encuentran entre las letras de los artistas de primera línea.
Cuando pinchas el cd la primera vez y oyes la intro instrumental de The Lost Adjuster (el perito) te das cuenta que ésto no es sólo el típico disco en solitario que pica de aquí y allá de la banda madre, te avisa que vas a oir un disco trabajado a conciencia.
Don't let him waste your time y Black Magic son las canciones que te ponen en situación, el carpe diem servido en bandeja de plata, con frases como 'you ain't getting no older' y la genial 'the eyes that saw the Glory have been blinded by the light' (Black Magic) insuperable, avisos de que hay que espabilar, el tiempo es oro y no hay que perderlo ni esperando a que se acuerden de tí, el amor no es eso, ambas me parecen espectaculares, con un toque de Glam-rock juguetón marca de la casa y unos riffs reconocibles a la legua, cercano al Costello de Man Our Time en la primera y con un sampler de Crimson and Clover en la segunda.
Heavy Weather en lo musical es una canción que conecta muy bien con aquello que se dió por llamar 'el nuevo rock americano', canción más standard que con el tiempo te acaba atrapando, es una especie de Hard Rain a la Cocker, la letra esconde detrás eses temor que nos inyectan en los telediarios con las megacampañas semi-morbosas de catástrofes y castigos de la madre tierra al ser humano, o cuando ves a un señor saltando de un edificio en llamas, o arrastrado por un río desbordado. En este nuevo milenio parece como si no pudiéramos estar seguros de nada, mañana una gran tromba de agua puede barrernos hasta el mar y como dice Jarvis de manera muy mordaz 'Stormy weather always makes me think of you'.
Jarvis plantéa el escenario con los tres primeros temas para luego sacar el bisturí y empezar a cortar fino. I Will Kill You Again es otra perla. Una balada sobre una vida normal, construir tu castillo donde mantener a tu familia segura y a salvo, escuchar música y por la noche conectarse para contemplar algunas chicas desnudas. Se trata de aceptarnos cada cual como somos, con nuestra parte buena y la mala, más allá de la plaga de lo políticamente correcto, esa visión especialmente yanqui de separar el mundo entre los buenos y los malos, falso, todos tenemos una parte buena y otra mala. Más bien se trata de no demonizar a la ligera, el último párrafo es la perla de la canción 'And wouldn't it be nice for all the world to live in peace? And no one gets ill or ever dies or dies of boredom at the very least'.
Tanto Don't let him... como Baby's Coming Back to me fueron compuestas para Nancy Sinatra dos años antes, pero el resultado no acababa de convencer a Jarvis, fueron incluidas en uno de esos álbumes de congratulación general en el que un artista veterano dispone de la ayuda de algunos amigos y músicos de renombre. Durante mucho tiempo estuve escuchando esta canción en la versión de Nancy que me gusta bastante, una versión más Hawley que Jarvis, pero en manos de Jarvis queda minimalista en lo musical, y después de la perla de I will kill you again, pues ya no es lo mismo. Esta canción es el cinismo, el pensar en un mundo en paz de la manera infantil, como a veces hacemos los adultos y sin aceptar nuestras responsabilidades. Describe un mundo perfecto, excesívamente perfecto: 'I feel like I am surely dreaming, how can things, oh, so quickly change? Well, it's strange but true I'm telling you truthfully see'
Fat Children enlaza musicalmente con su siguiente disco, batería, bajo y guitarras a toda castaña. En el hilo argumental un grupo de niños gordos persigue y mata a Jarvis. Cuando salió este single pasó como con This is hardcore, el personal se quedó con la cáscara, 'los niños gordos' que incorrección!! y realmente la clave no solo está en los padres que pasan el testigo de la estupidez a sus hijos, si no además en la policía que no llega para auxiliarle por que se encuentra acribillando a un chaval por no se sabe qué, 'The Police Force was elsewhere - putting bullets in some guy's head for no particular reason', hacia referencia al asesinato de un chico brasileño en el metro londinense a cargo de la policia, mientras el sector más conservador se decantó por denunciar el comentario de 'los chicos gordos', no en indignarse por tal atrocidad, como la vida misma.
Desde el título From Auschwitz to Ipswich pasando por el texto, el estribillo pegadizo y la música, es delicatessen british absoluto, el motivo de la canción queda expuesto de primeras con la afirmación 'They want our way of life' frase que soltó Tony Blair en las noticias después de los atentados de Londres, afirmación absurda que Jarvis lleva a su terreno comparando la caida del Imperio Romano con el auge del terrorismo islamista en nuestros días, Jarvis les de en ofrenda su estilo de vida al final de la canción.
El título Disney Time lo dice todo. Un piano, tono lúgubre, Hawley soltando riffs de fondo y un magnífico interludio de la sección de cuerda, es la hora oscura de dysney ¿Cuantos somos los que exponemos a nuestros hijos a films de la factoría y cuantos sabemos que los valores que transmiten están cargados de prejuicios?. Ahora más con el canal televisivo que saca series de adolescentes como si las cagara, y además huelen peor. Educamos a los niños en una especie de nube multicolor sobre protegiéndoles demasiado del mundo, me parece genial la frase 'And hope to be like Bambi's mother - & die off -screen'.
Tonite es una obra de orfebrería como las que ya no se hacen, un coro totalmente vintage, con algo de las bandas sonoras de Morricone, una delicia, melancolía pulpiana, sobre esas noches que crees que será la noche y parece que el guión se vaya a repetir de nuevo, pero hay que relajarse, dejar que las cosas sucedan.
Big July es la niña maltratada por sus compañeros en clase, supongo que como a Jarvis, a muchos nos pasa que el temor de lo vivido y visto en la infancia vuelve con fuerza cuando es tu hijo quien tiene que afrontarlo, pero uno debe saber hasta que punto debe inmiscuirse o dejar que encuentre su propio camino, su sitio en el mundo y su manera de defenderse, la línea es muy delgada, pero es algo que se tiene poco en cuenta.
La segunda parte de The Loss Adjuster avisa que nos acercamos al final, y da paso a Quatum Theory, los mayores deseos para que el futuro sea mejor, una visión optimista si no fuera por que la canta Jarvis y el título le descubre, puede que en un universo paralelo ¿no?. 'Last night I slipped though time to parallel dimension', deberían incluirla en Fringe.
Running the World fue el primer single que sacó del disco, una canción que regaló en descarga, y de la cual sacó un video montaje tipo los que asolan youtube con la letra en plan karaoke, para Jarvis no tenía sentido vender una canción que criticaba el capitalismo voraz, y decidió disponerla en el disco como canción fantasma a 29:37 minutos del silencio de Quantum Theory. La mayor parte de la crítica la interpretó como la típica canción protesta en contra del capitalismo, los dirigentes...etc, que también, sólo eso en manos de Jarcis Cocker ya hubiera sido grande, pero cuando es este inglés quien firma tienes que esforzarte un poco más. Realmente es una canción-reacción a los eventos tipo Live8, eventos que suponen que van a ayudar al tercer mundo, a concienciar a la sociedad, pero finalmente a lo que ayuda es a sacar el brillo al deportivo del promotor y a unos cuantos artistas de los cuales algunos, muy pocos, se creen esta farsa con espíritu infantil. La verdad es que esta canción fue una muy buena targeta de presentación para empezar su carrera en solitario. Me quedo para despedir con el mensaje en su estribillo, lo que debería aletarnos de verdad y nos debería causar temor: 'Los cabrones aun dominan el mundo'.
Sobresaliente repaso a un excelente disco. Pulp me resultaban demasiado pretenciosos a mi gusto pero creo que los trabajos de Jarvis en solitario despojado de la necesidad de contentar al Melody Maker o NME son más serenos y mejores
ResponderEliminarNo controlo nada a Pulp o a Jarvis, y por ahí he leído algo de Richard Hawley, y ése si que me pone. Intentaré paliar esa falta, quizás con alguna grabación suya en solitario. (A mí es que el "britpop" nunca me llegó)
ResponderEliminarMuy buena entrada, te dan ganas de tener el disco ya.
Saludos,
JdG
De Pulp conozco poquito.A Jarvis lo he oido por la radio pero tras tu intenso analisis, la verdad es que dan ganas de profundizar más.
ResponderEliminarUn abrazo.