The Kinks - Face To Face (1966)


Con Face To Face me iniciĆ© en la carrera de los Kinks, gracias todo sea dicho a Sus Majestades (...las corruptas no, las otras) que me dejaron la rodaja bajo el infame belĆ©n de plĆ”stico, muy working class por otra parte. Y mira que en su dĆ­a me pusieron el "Lola" a bocajarro, pero mi alarmante estado de juventud no dejó espacio ni paciencia suficiente para filtrar la maestrĆ­a mĆ”s allĆ” de aquellos primeros riffs magistrales que Dave Davis creó de manera casual y que cambiaron la concepción que hasta ese momento se tenĆ­a de la guitarra en el rock, ademĆ”s de influenciar de manera determinante a todos los estilos habidos y por haber, garage, punk, hard rock, power-pop...

HabĆ­a vida mĆ”s hay del dĆ­a y de toda la noche, y de manera casi fortuita a partir de "Face To Face", los Kinks reinan entre mis preferidos, a partir de ahĆ­ gran parte de su discografĆ­a ha ido pasando por mis orejas haciĆ©ndome sentir de nuevo el gran placer de descubrir mĆŗsica como hacĆ­a aƱos que no sentĆ­a. Ahora los tengo en un altar, no puedo vivir sin ellos, hasta tal punto, que si alguien me obligara a elegir entre la banda de rock mĆ”s grande del mundo y ellos, puede que antes me inmolara con mis vinilos atados a la cintura para no tener que contestar. ¿Para que comparar?, no dudo de que los de Liverpool son y serĆ”n, el grupo con la discografĆ­a mĆ”s intachable de la historia, y los Rolling Stones representan y unifican como nadie la esencia del rock, pero en los Kinks he descubrierto un atractivo que no tienen los Fab Four, ni los Stones, adoro esas melodĆ­as que a veces rozan una (aparente) ingenuidad casi infantil en contraposición con unas letras que tienen una carga real y vital fuera de lo habitual, una mirada lĆŗcida a la desesperación de la condición humana en pleno siglo XX vista con una ironĆ­a y un sarcasmo que extraƱamente reconforta, ese "yo contra el mundo" como bandera del sentirse un ser individual. Todo Ć©sto puede pareceros desmesurado, y ademĆ”s puede resultar raro en un tipo con el armario repleto de camisas a cuadros, pero es que les adoro, y encima, para mĆ”s gusto y como si de un cuento de hadas se tratara, hace unas semanas los hermanos Davies anunciaron una reunión, algo impensable la primera vez que pinchĆ© este disco.

Pero vayamos al disco. Face To Face es un disco especial en muchos aspectos, fue la obra que supuso un punto y aparte en su carrera, para que me entendĆ”is en tĆ©rminos beatleleros, lo veo como su "Help!", un grito de socorro artĆ­stico con el que se zafaban de convertirse en una fĆ”brica de hits para mĆ”s gloria de las teenagers y de las listas de ventas. Esta nueva visión en el transfondo de sus letras y en un sonido menos obvio, mĆ”s detallista y mĆ”s cercano al music hall, dió el primer paso en el single Dedicated Folower Of Fashion y con el siguiente Sunny Afternoon, Ć©ste Ćŗltimo incluido en este LP.

La sutileza no entiende de primeras escuchas y en mi caso no hubo flechazo instantĆ”neo, el sonido arquetĆ­picamente sixties de Party Line, la que abre el disco, me indujo a la comparación cómoda con quienes ya sabĆ©is, pero algo intuĆ­ en los Kinks, un atractivo nada obvio escondido tras la inmediatez de un riff simple, pero Ćŗnico, y una melodĆ­a que parece mil veces escuchada, pero no menos adictiva. El disco crece despacito, empuja un pequeƱo tilĆ­n que queda tras cada escucha, y me sucedió lo que me tenĆ­a que suceder, me contagiĆ© de la alegrĆ© Dandy, canción que hay quien dice que Ray dedicó a escondidas a su hermano Dave, todo un truhĆ”n, aunque fuera de suposiciones se trataba de la misma sĆ”tira a la Swingin' London ya retratada en su celebrado "Dedicated Follower Of Fashion". Con los Kinks, a partir del click la rendición es absoluta, empezando por la profunda y sentida Too Much On My Mind, una apertura en canal hacia las profundidades abisales del propio Ray Davies y a su vez, uno de los cambios significativos en la nueva dirección de las composiciones. TambiĆ©n me sedujo irremisiblemente la belleza exótica con toques indĆŗs de Fancy, y confieso haber llegado al orgasmo en repetidas ocasiones con la gloriosa Sunny Afternoon a todo volumen, esa cascada pentagrama abajo deberĆ­a reconocerse como uno de los bastiones del rock propiamente inglĆ©s o de cualquier estilo que pretenda llevar el "Brit" marcado en la matrĆ­cula, escuchadla y decidme si es un espejismo o si realmente la hermandad de la ceja, Oasis, junto con Blur y toda la corte noventera, tiene media discografĆ­a sacada de aquĆ­. Incluso me parece incontestable esa pequeƱa gran obra maestra escondida en la recta final que es Rainy Day In June, ambiente lluvioso y desazón en el corazón. Eso por no hablar de las maravillas que recupera la versión ampliada, auntĆ©nticas joyas de la Ć©poca como el himno al desencanto de la workin class que es Dead End Street, una canción Ćŗnica en su gĆ©nero en su momento y que podrĆ­a decirse que el tiempo no ha envejecido, temĆ”tica actual. La reafirmación de I'm Not Like Everybody Else, ya es todo un himno en mi haber, Big Black Smoke es una pequeƱa gran joya escondida en su discografĆ­a y Mister Pleasant, la hermana pequeƱa de  "A Well Respected Man", es simplemente genial, retrato satĆ­rico del ciudadano medio de a pie.

Ray Davies buscaba por primera vez cierta unidad conceptual en el total del tracklist, para ello el grupo se tomó su tiempo, tardaron meses en tenerlo perfilado, tenĆ­a claro que no iba a pisar por los mismos caminos. Le inspiró un programa de televisión de la BBC que trataba de acercar a la audiencia la parte mĆ”s humana de sus entrevistados, podrĆ­a decirse que esa era la intención de "Face To Face", un catĆ”logo de personalidades a pie de calle, retratos concretos de personajes reconocibles por todos, atrapados en su vulgar anonimato y con la cabeza repleta de fantasĆ­as escapistas, una visión no exenta de cierto desencanto debido a las presiones propias del estrellato que Ray Davies sufrĆ­a en sus carnes. SegĆŗn confesó posteriormente, la idea era una portada de tonos oscuros y no con todo el colorido que al final se le impuso desde la discogrĆ”fica que buscaba el nexo de unión con las tendencias psicodĆ©licas de la Ć©poca, la edición alemana del disco lucirĆ­a una cover (derecha) mĆ”s acorde con esa idea, con este detalle no me extraƱa su desencanto con el business musical, un tema muy recurrente a lo largo de su carrera. Y en ese aspecto "Too Much on My Mind" la veo como el corazón de un disco regado de existencialismo de clase media, ese clavicordio gabinetero colorea la supervivencia del individuo que renquĆ©a necesitado de sus pequeƱas vĆ­as de escape para reafirmarse, ya sea mediante viajes exóticos, Holiday in Waikiki muy Chuck Berry, donde por cierto retrata la explotación turĆ­stica dĆ©cadas antes del nefasto ladrillazo mundial (Ray para catedrĆ”tico en Historia ya!) o a travĆ©s de las pequeƱas aspiraciones equivocadamente enormes, A House in the Country y Most Exclusive Residence for Sale, deseos tan humanos como contradictorios. Admiro ademĆ”s esa actitud tan de andar por casa que destilaban como nadie representada de manera perfecta en la canción dedicada a su hermana en Rosie Won't You Please Come Home, o en Session Man, su sentido homenaje a uno de los instrumentista mĆ”s grandes del rock, el sr.Nicky Hopkins, que con el clavicordio dió un carĆ”cter Ćŗnico y especial a este disco.

Se afirma desde los púlpitos de la verdad musical que este es su primer gran disco, el que habre una época gloriosa y el paso definitivo entre facturar singles gloriosos y conseguir obras consistentes y sin fisuras, seguirían "Something Else", "The Village Green Preservation Society", "Arthur", "Lola", "Muswell Hillbillies", aunque hoy en día y pasando de púlpitos adoro toda la discografía de los Kinks, desde sus primeros discos de hits gloriosos hasta el último de los menos reconocidos, discos la mayoría que no desataron la locura ni obtuvieron un reconocimiento contundente, pues su éxito masivo continuó cimentÔndose posteriormente y de manera puntual en singles potenciales como "Waterloo Sunset", a mi modo de ver algo incomprendidos en ese aspecto.

Face To Face es el disco que ha marcado, por suerte, mi manera de entender la mĆŗsica de los Kinks. Ahora lo percibo como uno de los discos con mĆ”s aristas y recovecos de su discografĆ­a, el menos fĆ”cil de sus clĆ”sicos, pero en definitiva una obra maestra de su tiempo.  Lo dicho, God Save The Kinks.



*Publicado originalmente en Kinkdome Come

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