En 1960 debutaba Joan Baez con uno de los discos mƔs importantes del revival folk, la escena de Cambridge empezaba a estar de boca en boca.
Desde el dĆa que decidimos en el Exile dedicar una semana a la mujer le dĆ muchas vueltas al asunto, busquĆ© una artista que me definiera y que a su vez fuera necesaria su reivindicación, y mĆ”s porque en el mundo de la mĆŗsica, como en muchos otros campos, la mujer siempre ha contado con el enorme handicap que es serlo. La cantidad de discos de calidad suprema es inmensa, pero finalmente decidĆ dejarme llevar por mi propia experiencia y aprovechar para rendir homenaje a una de las mujeres mĆ”s importantes de mi vida, cosa que puede sonar a cursilada a mĆ”s de uno (que puede coger el pasadizo hacia el exterior despuĆ©s de la foto de Joan en la playa o en su defecto cambiar de canal).
Hay que ver como juega el tiempo y lo importantes que son los recuerdos para hacernos como somos. Recuerdo a MarĆa, mi abuela, como si fuera ayer. Luz blanca, ternura y comprensión, recuerdo su olor, el crugir de la mecedora, el sabor de sus galletas, su mirada bondadosa, recuerdo pasar tardes en el salón de papel pintado y muebles rococó presidido por un gran cuadro del General ZumalacĆ”rregui (mundo de hombres) encargado a un pintor por mi abuelo que era de armas tomar e iba a los eventos familiares con su boina roja, no tenĆa que hablar para decirme las cosas, sólo su presencia me calmaba y me acunaba. PasĆ© poco tiempo con ella, pero me marcó como nadie, algo que siempre le agradecerĆ© estĆ© donde estĆ©. Para mĆ nunca se marchó del todo, sólo recuerdo que un dĆa que no fui al colegio dejĆ© de verla para siempre.
Ahora su recuerdo es uno de esos pequeƱos rincones que quedan guardados en algĆŗn sitio profundo, una reserva protegida de la niƱez que queda intacta y pura, cosa difĆcil a estas alturas. A ese lugar sagrado acudo, no en vano, a recobrar la confianza cuando el mundo parece tornarse en mi contra, en horas bajas cierro los ojos y me siento en la mecedora del salón de su casa, ella aparece como mi Ć”ngel de la guarda y me coge en su regazo. Tan sólo fueron unos aƱos de mi vida, pocos, pero la echo de menos muchĆsimo. Fue una trabajadora como la que mĆ”s como todas las de su generación que aunque no fueron asalariadas, ni pasaban el dĆa fuera de casa de sol a sol, aguantaron carretas y carretones, ademĆ”s pasaron una guerra y tuvieron que pelear para que sus hijos, nuestros padres, no pasaran hambre, y lidiar para mĆ”s inri con una tradición de un mundo de hombres que las relegaba a un segundo plano donde su opinión poco valĆa. Nunca estĆ” de mĆ”s recordarlas, nuestras abuelas han sido primordiales, y era preciso que aprovechara la mĆnima oportunidad para plasmar mi devoción hacia ella en esta semana dedicada a la mujer.
Ahora su recuerdo es uno de esos pequeƱos rincones que quedan guardados en algĆŗn sitio profundo, una reserva protegida de la niƱez que queda intacta y pura, cosa difĆcil a estas alturas. A ese lugar sagrado acudo, no en vano, a recobrar la confianza cuando el mundo parece tornarse en mi contra, en horas bajas cierro los ojos y me siento en la mecedora del salón de su casa, ella aparece como mi Ć”ngel de la guarda y me coge en su regazo. Tan sólo fueron unos aƱos de mi vida, pocos, pero la echo de menos muchĆsimo. Fue una trabajadora como la que mĆ”s como todas las de su generación que aunque no fueron asalariadas, ni pasaban el dĆa fuera de casa de sol a sol, aguantaron carretas y carretones, ademĆ”s pasaron una guerra y tuvieron que pelear para que sus hijos, nuestros padres, no pasaran hambre, y lidiar para mĆ”s inri con una tradición de un mundo de hombres que las relegaba a un segundo plano donde su opinión poco valĆa. Nunca estĆ” de mĆ”s recordarlas, nuestras abuelas han sido primordiales, y era preciso que aprovechara la mĆnima oportunidad para plasmar mi devoción hacia ella en esta semana dedicada a la mujer.
El dĆa que escuchĆ© a Joan Baez por primera vez apareció mi abuela MarĆa en su voz clara, su tono de soprano y su trĆ©molo, una voz melodiosa pero firme, me emocionĆ©, y con su mĆŗsica enlacĆ© al instante con ese pequeƱo rincón de la infancia. Sus primeros discos tienen toda esa carga emocional que arrastra la experiencia popular, historias antiguas que hablan de amores, dramas y alegrĆas, canciones que son realmente un canto al amor y a la esperanza, a sentirnos mĆ”s humanos y a no dejarse llevar por la ignominia de los hombres. Una voz prĆstina que parecĆa cantar desde el sufrimiento que tan bien conocen las abuelas ahĆ en su segundo plano, porque ya han vivido mucho, han visto de todo, lo han padecido en sus carnes y saben que es lo verdaderamente importante en esta vida, o sea, la propia vida.
SĆ© que muchos recordarĆ”n a Joan Baez como un apĆ©ndice de Dylan o en su defecto se puede recordar como la activista que vivĆa (y aĆŗn vive) detrĆ”s de una pancarta cantando el "no nos moverĆ”n", hasta cierto punto es asĆ y resulta ecomiable, pero no deja de ser una visión reduccionista a mĆ”s no poder, porque Joan Baez es ademĆ”s de una activista una gran intĆ©rprete, con una discografĆa admirable a sus espaldas, y que hasta en su Ć©poca de proyección a las masas tuvo el tacto de hacerlo en sus propios tĆ©rminos, mención a parte merecerĆa su etapa posterior a Vanguard en A&M donde Diamonds & Rust serĆa el mejor ejemplo.
QuerĆa centrarme en su debut, un disco fascinante en el fondo y en las formas. Joan Baez podĆa recuperar mil y una canciones tradicionales, cantar un fado, espirituales negros, gospel a voz y guitarra, country, canción popular sudamericana, tonadas inglesas de los Apalaches y nanas, podrĆa haber adaptado muchas de aquellas y cambiar el tĆtulo, o podrĆa haberse disfrazado de Guthrie, tampoco importa, porque aunque no escribĆa la mayor parte de las canciones que cantaba lo verdaderamente Ćŗnico era su manera de traerlas a la vida, su estilo depurado y la esperanza que transmitĆa, como si nunca antes las hubiera cantado nadie, como hizo Odetta Holmes unos aƱos antes, y que merecerĆa capĆtulo a parte, pero con un estilo propio que conjugaba el fuerte sentimiento de supervivencia de los campos de algodón en boca de Ma Rayney y Bessie Smith, con la tradición musical colonialista mĆ”s profunda vĆa la Carter Family.
Dylan fue listo y supo donde mirar siguiendo el rastro de la Casa del Sol Naciente, que este mundo de hombres quiso verlo influenciado por Dave Van Ronk principalmente, el capo del Village, pero que pasó por Odetta primero y Joan Baez despuĆ©s. La intensidad de Baez llegó hasta los Zepps, Jimmy Page quedó prendado de la versión que hizo Baez en su In Concert de Babe I'm Gonna Leave You, la canción de Anne Bredon que en sus manos adquiere grados de intesidad realmente elevados, como era habitual en Page, la acreditó como Trad.Arr.J.Page, pero como le pasarĆa con Dixon, posteriormente tendrĆa que rectificar.
Muchos no saben que este disco de 1960 realmente no es su primera grabación, ni que Joan Baez no apareció de la nada. Su epifanĆa personal llegó en un concierto de Pete Seeger, entonces no muy popular debido a la persecución sufrida por parte de la oficialidad, se dedicaba a dar calses musicales por escuelas e institutos, con algunos conciertos en el circuito de campus. A partir de entonces esta joven chanteur empezó su aventura folkie a una muy temprana edad, hasta que finalmente se convirtió en la reina folk del Club 47, donde domingo tras domingo asombraba a los asistentes con sus canciones antiguas, y novedosas al mismo tiempo. El entusiasmo del momento lanzó a Joan Baez junto a Bill Wood y Ted Alevizos, desconocidos jóvenes valores, a grabar Folksingers 'Round Harvard Square, que hoy por hoy sirve como muestra de la inicial y efervescente escena folk de Cambridge. En esta compilación aparece sola en siete de las dieciocho canciones que fueron recuperadas posteriormente en recopilatorios y reediciones, su poderĆo ya se presentaba sobre sus compaƱeros. NacĆa la escena folk de Cambridge que poco despuĆ©s se extenderĆa por todo el paĆs, y que por cierto relazanrĆa la carrera de Pete Seeger despuĆ©s de una dĆ©cada de persecuación polĆtica.
Fue en la primera edición del Newport Folk Festival donde Joan Baez se dió a conocer a un nivel mĆ”s amplio, su aparición no estaba anunciada en el cartel, y como invitada de Bob Gibson, uno de sus heroes, se convirtió en la sensación, ademĆ”s como mujer no entraba dentro de los cĆ”nones y estereotipos habituales de una cantante con un repertorio de tal raigambre, pongamos a la mujeres de la Carter Family en su primera formación (tambiĆ©n esencial) como ejemplo de otra Ć©poca pasada. Al aƱo siguiente vió la luz su primer disco para la mĆtica Vanguard Records, un hito de su tiempo necesario para entender todo el revival folk.
En cuanto a tradición musical americana se refiere, se tendrĆa que cruzar el charco y encontrarse de cara con las Islas BritĆ”nicas, de allĆ viene parte de la pasta base de la mĆŗsica que mĆ”s nos gusta. AsĆ puĆ©s el clĆ”sico country de los aƱos 30 Silver Dagger que Gibson le enseñó de primera mano serĆa un buen comienzo con supuesto origen en el s.XIX, en esta canción ya estĆ”n los dos primeros discos de Dylan, mĆ”s antigua es Fare Thee Well, balada trĆ”gica de amor con sus orĆgenes en el s.XVIII. El espiritual All My Trials es una de las nanas mĆ”s bonitas que he escuchado nunca en mi vida, Joan Baez diciendo eso de "Todos mis problemas pronto acabaran...", estoy bajo el cuadro de ZumalacĆ”rregui comiendo galletas en el regazo de mi abuela, en esta canción da de lleno con la esencia católica de la cultura occidental con sus ruegos al seƱor, reconvertida a canción protesta, como muchas otras, y volviĆ©ndose en contra de, precisamente, el mismo pensar conservador europeo del que procedĆa, aspecto que veo como uno de los mayores logros del revival folk de los 50 y 60, pues la canción popular volvĆa de sus orĆgenes y al servicio del presente y de sus gentes, una joya. Otro de las mĆticas canciones incluidas en este disco es The House Of The Rising Sun, antes que Dylan, antes que The Animals y antes que Nina Simone, cuando Joan Baez la grabó los expertos y coleccionistas gafapastiles de la Ć©poca aun discutĆan sobre si su procedencia era negra o blanca, una canción que simplemente habĆa pasado de boca en boca, cuya primera grabación es pre-Lomax y que representa muy bien el folk en su idea mĆ”s bĆ”sica con su mezcolanza afro-british, consideraciones todas que carecen de importancia cuando la carga interpretativa de su voz llena el silencio despuĆ©s del archiconocido puntĆ©o de la intro, aquĆ en su versión mĆ”s simple y directa.
En una disco de estas caracterĆsticas no podĆa pasar desapercibida la Carter Family, presente en Wildwood Flower, el standard popularizado por la famosa familia que ademĆ”s dió tĆtulo al fantĆ”stico y reivindicable disco que June Carter grabó en su canto del cisne. Donna Donna es otra de las grandes joyas del disco, canción de origen judĆo, y que aunque Joan Baez hace suya de primeras, es una de las canciones mĆ”s universales de la mĆŗsica, traducida a mĆ”s idiomas de los imaginados y que se hizo muy popular a partir de la versión de este disco, posteriormente Donovan harĆa otra versión acĆŗstica muy buena. La balada tradicional inglesa John Riley pasa por el filtro del folk inglĆ©s la Odisea de Homero, The Byrds cayeron rendidos ante esta versión antes de inspirarles la suya para el Fifth Dimension. Otras canciones como Mary Hamilton y Henry Martin, son recuperadas de las Child Ballads, colección de 305 balladas procedentes de Inglaterra y Escocia recolectadas a finales del s.XIX por Francis James Child, uno de los cancioneros bĆ”sicos para entender el folk americano. Y cerrando el tracklist El Preso NĆŗmero 9 del cantautor mexicano Roberto Cantoral que mostraba su apertura de miras hacia la canción popular global traspasando cualquier tipo de nacionalismo rancio americano y localista, tal y como ya hacĆa Seeger con algunas de las canciones de su repertorio.
Estas canciones dieron a los jóvenes de su tiempo el marco de acción para el incorformismo con la canción popular como instrumento, canciones que en esencia hablaban de esperanza y unieron sin distinciones de gĆ©nero y raza a la primera generación del Baby Boom con la canción protesta con fundamento de Seeger y Guthrie, y con el fuerte sentimiento de lucha y dignidad que cinco aƱos antes llevó a la sr.Rosa Parks a negarse a levantarse del asiento de un autobĆŗs. Incluso mĆ”s allĆ” del mensaje, es remarcable su labor de espeleologĆa popular por la cantidad de canciones que recuperó del olvido para los aƱos posteriores (Dylan, The Animals, The Byrds, Led Zeppelin, Donovan...).
Sigue en activo y continĆŗa maneteniendo una voz exquisita, en breve inicia su gira en latinoamĆ©rica rememorando su mĆtico disco Gracias Por La Vida (1974), colección de canciones que en su dĆa supuso un mensaje de esperanza al pueblo chileno sometido bajo la dictadura de Pinochet, al mismo tiempo que una fuerte crĆtica a la polĆtica exterior de su paĆs. Joan Baez aĆŗn es capaz de plantarse delante de una cĆ”rcel guitarra en mano antes de una ejecución, capaz de arriesgarse a perder pĆŗblico del auditorio de turno por denunciar la sin razón del poder, aĆŗn va detrĆ”s de una pancarta si hace falta mĆ”s por un total acto de amor hacia los demĆ”s que por instrumentalización polĆtica (banal excusa del conformismo), y lo mĆ”s importante es que aĆŗn no ha perdido la esperanza en las personas y en el contacto con los demĆ”s, de querer envejecer como algĆŗn artista preferirĆa hacerlo como ella, sin perder ni un Ć”pice de su actitud y determinación, sin amarguras y radiante como un sol.
No se le suele reconocer abiertamente, pero Joan Baez es una de las grandes y mĆ”s influyentes intĆ©rpretes del s.XX, y este disco es un diez como una catedral, un diez de folk y un diez de interpretación, a mĆ”s de 50 aƱos de su publicación aĆŗn invita a la ensoƱación a travĆ©s de canciones antiguas que en su voz sonaban/suenan nuevas y frescas, esta mujer de tez morena y apellido hispano, con tan sólo 19 aƱos representó como pocos todo el espĆritu del folk que se vivió a lo largo de todos los 60 y la actitud autĆ©ntica mĆ”s allĆ” de la pose nihilista que tantos discos vendió a posteriori. Sublime.
QuerĆa centrarme en su debut, un disco fascinante en el fondo y en las formas. Joan Baez podĆa recuperar mil y una canciones tradicionales, cantar un fado, espirituales negros, gospel a voz y guitarra, country, canción popular sudamericana, tonadas inglesas de los Apalaches y nanas, podrĆa haber adaptado muchas de aquellas y cambiar el tĆtulo, o podrĆa haberse disfrazado de Guthrie, tampoco importa, porque aunque no escribĆa la mayor parte de las canciones que cantaba lo verdaderamente Ćŗnico era su manera de traerlas a la vida, su estilo depurado y la esperanza que transmitĆa, como si nunca antes las hubiera cantado nadie, como hizo Odetta Holmes unos aƱos antes, y que merecerĆa capĆtulo a parte, pero con un estilo propio que conjugaba el fuerte sentimiento de supervivencia de los campos de algodón en boca de Ma Rayney y Bessie Smith, con la tradición musical colonialista mĆ”s profunda vĆa la Carter Family.
Dylan fue listo y supo donde mirar siguiendo el rastro de la Casa del Sol Naciente, que este mundo de hombres quiso verlo influenciado por Dave Van Ronk principalmente, el capo del Village, pero que pasó por Odetta primero y Joan Baez despuĆ©s. La intensidad de Baez llegó hasta los Zepps, Jimmy Page quedó prendado de la versión que hizo Baez en su In Concert de Babe I'm Gonna Leave You, la canción de Anne Bredon que en sus manos adquiere grados de intesidad realmente elevados, como era habitual en Page, la acreditó como Trad.Arr.J.Page, pero como le pasarĆa con Dixon, posteriormente tendrĆa que rectificar.
Muchos no saben que este disco de 1960 realmente no es su primera grabación, ni que Joan Baez no apareció de la nada. Su epifanĆa personal llegó en un concierto de Pete Seeger, entonces no muy popular debido a la persecución sufrida por parte de la oficialidad, se dedicaba a dar calses musicales por escuelas e institutos, con algunos conciertos en el circuito de campus. A partir de entonces esta joven chanteur empezó su aventura folkie a una muy temprana edad, hasta que finalmente se convirtió en la reina folk del Club 47, donde domingo tras domingo asombraba a los asistentes con sus canciones antiguas, y novedosas al mismo tiempo. El entusiasmo del momento lanzó a Joan Baez junto a Bill Wood y Ted Alevizos, desconocidos jóvenes valores, a grabar Folksingers 'Round Harvard Square, que hoy por hoy sirve como muestra de la inicial y efervescente escena folk de Cambridge. En esta compilación aparece sola en siete de las dieciocho canciones que fueron recuperadas posteriormente en recopilatorios y reediciones, su poderĆo ya se presentaba sobre sus compaƱeros. NacĆa la escena folk de Cambridge que poco despuĆ©s se extenderĆa por todo el paĆs, y que por cierto relazanrĆa la carrera de Pete Seeger despuĆ©s de una dĆ©cada de persecuación polĆtica.
Fue en la primera edición del Newport Folk Festival donde Joan Baez se dió a conocer a un nivel mĆ”s amplio, su aparición no estaba anunciada en el cartel, y como invitada de Bob Gibson, uno de sus heroes, se convirtió en la sensación, ademĆ”s como mujer no entraba dentro de los cĆ”nones y estereotipos habituales de una cantante con un repertorio de tal raigambre, pongamos a la mujeres de la Carter Family en su primera formación (tambiĆ©n esencial) como ejemplo de otra Ć©poca pasada. Al aƱo siguiente vió la luz su primer disco para la mĆtica Vanguard Records, un hito de su tiempo necesario para entender todo el revival folk.
En cuanto a tradición musical americana se refiere, se tendrĆa que cruzar el charco y encontrarse de cara con las Islas BritĆ”nicas, de allĆ viene parte de la pasta base de la mĆŗsica que mĆ”s nos gusta. AsĆ puĆ©s el clĆ”sico country de los aƱos 30 Silver Dagger que Gibson le enseñó de primera mano serĆa un buen comienzo con supuesto origen en el s.XIX, en esta canción ya estĆ”n los dos primeros discos de Dylan, mĆ”s antigua es Fare Thee Well, balada trĆ”gica de amor con sus orĆgenes en el s.XVIII. El espiritual All My Trials es una de las nanas mĆ”s bonitas que he escuchado nunca en mi vida, Joan Baez diciendo eso de "Todos mis problemas pronto acabaran...", estoy bajo el cuadro de ZumalacĆ”rregui comiendo galletas en el regazo de mi abuela, en esta canción da de lleno con la esencia católica de la cultura occidental con sus ruegos al seƱor, reconvertida a canción protesta, como muchas otras, y volviĆ©ndose en contra de, precisamente, el mismo pensar conservador europeo del que procedĆa, aspecto que veo como uno de los mayores logros del revival folk de los 50 y 60, pues la canción popular volvĆa de sus orĆgenes y al servicio del presente y de sus gentes, una joya. Otro de las mĆticas canciones incluidas en este disco es The House Of The Rising Sun, antes que Dylan, antes que The Animals y antes que Nina Simone, cuando Joan Baez la grabó los expertos y coleccionistas gafapastiles de la Ć©poca aun discutĆan sobre si su procedencia era negra o blanca, una canción que simplemente habĆa pasado de boca en boca, cuya primera grabación es pre-Lomax y que representa muy bien el folk en su idea mĆ”s bĆ”sica con su mezcolanza afro-british, consideraciones todas que carecen de importancia cuando la carga interpretativa de su voz llena el silencio despuĆ©s del archiconocido puntĆ©o de la intro, aquĆ en su versión mĆ”s simple y directa.
En una disco de estas caracterĆsticas no podĆa pasar desapercibida la Carter Family, presente en Wildwood Flower, el standard popularizado por la famosa familia que ademĆ”s dió tĆtulo al fantĆ”stico y reivindicable disco que June Carter grabó en su canto del cisne. Donna Donna es otra de las grandes joyas del disco, canción de origen judĆo, y que aunque Joan Baez hace suya de primeras, es una de las canciones mĆ”s universales de la mĆŗsica, traducida a mĆ”s idiomas de los imaginados y que se hizo muy popular a partir de la versión de este disco, posteriormente Donovan harĆa otra versión acĆŗstica muy buena. La balada tradicional inglesa John Riley pasa por el filtro del folk inglĆ©s la Odisea de Homero, The Byrds cayeron rendidos ante esta versión antes de inspirarles la suya para el Fifth Dimension. Otras canciones como Mary Hamilton y Henry Martin, son recuperadas de las Child Ballads, colección de 305 balladas procedentes de Inglaterra y Escocia recolectadas a finales del s.XIX por Francis James Child, uno de los cancioneros bĆ”sicos para entender el folk americano. Y cerrando el tracklist El Preso NĆŗmero 9 del cantautor mexicano Roberto Cantoral que mostraba su apertura de miras hacia la canción popular global traspasando cualquier tipo de nacionalismo rancio americano y localista, tal y como ya hacĆa Seeger con algunas de las canciones de su repertorio.
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Joan Baez en el Club 47 (1958) |
Estas canciones dieron a los jóvenes de su tiempo el marco de acción para el incorformismo con la canción popular como instrumento, canciones que en esencia hablaban de esperanza y unieron sin distinciones de gĆ©nero y raza a la primera generación del Baby Boom con la canción protesta con fundamento de Seeger y Guthrie, y con el fuerte sentimiento de lucha y dignidad que cinco aƱos antes llevó a la sr.Rosa Parks a negarse a levantarse del asiento de un autobĆŗs. Incluso mĆ”s allĆ” del mensaje, es remarcable su labor de espeleologĆa popular por la cantidad de canciones que recuperó del olvido para los aƱos posteriores (Dylan, The Animals, The Byrds, Led Zeppelin, Donovan...).
Sigue en activo y continĆŗa maneteniendo una voz exquisita, en breve inicia su gira en latinoamĆ©rica rememorando su mĆtico disco Gracias Por La Vida (1974), colección de canciones que en su dĆa supuso un mensaje de esperanza al pueblo chileno sometido bajo la dictadura de Pinochet, al mismo tiempo que una fuerte crĆtica a la polĆtica exterior de su paĆs. Joan Baez aĆŗn es capaz de plantarse delante de una cĆ”rcel guitarra en mano antes de una ejecución, capaz de arriesgarse a perder pĆŗblico del auditorio de turno por denunciar la sin razón del poder, aĆŗn va detrĆ”s de una pancarta si hace falta mĆ”s por un total acto de amor hacia los demĆ”s que por instrumentalización polĆtica (banal excusa del conformismo), y lo mĆ”s importante es que aĆŗn no ha perdido la esperanza en las personas y en el contacto con los demĆ”s, de querer envejecer como algĆŗn artista preferirĆa hacerlo como ella, sin perder ni un Ć”pice de su actitud y determinación, sin amarguras y radiante como un sol.
No se le suele reconocer abiertamente, pero Joan Baez es una de las grandes y mĆ”s influyentes intĆ©rpretes del s.XX, y este disco es un diez como una catedral, un diez de folk y un diez de interpretación, a mĆ”s de 50 aƱos de su publicación aĆŗn invita a la ensoƱación a travĆ©s de canciones antiguas que en su voz sonaban/suenan nuevas y frescas, esta mujer de tez morena y apellido hispano, con tan sólo 19 aƱos representó como pocos todo el espĆritu del folk que se vivió a lo largo de todos los 60 y la actitud autĆ©ntica mĆ”s allĆ” de la pose nihilista que tantos discos vendió a posteriori. Sublime.
Si señor, un gran homenaje y recomendación mÔs que interesante para completar la figura de esa gran artista que es Joan Baez. Saludos!!!
ResponderEliminarSaludos Mr.Thunderstruck, un disco a tener en cuenta y escuchar con detenimiento. Saludos
EliminarCompletĆsima entrada, tanto por la cantidad de datos que aporta como por haber sacado a la luz, no todos lo hacen, su significado personal, mĆ”s Ćntimo, fuera de lo que supuso siempre su lado reivindicativo, tambiĆ©n muy importante. Lo del cuadro de ZumalacĆ”rregui estĆ” muy bien ensamblado, contrapunto de tradición con su reclamo de lealtad a una forma de pensar y ver la vida.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Gracias Javier, el texto me tenĆa un poco en dudas por eso mismo que dices del General ZumalacĆ”rregui, no sabĆa si se habrĆa entendido bien, en ningun momento se pretendĆa hacer ningĆŗn tipo de proclama, mĆ”s bien describir un tiempo pasado y una manera de pensar perdidos, para unas cosas bien, para otras pues algunas no tanto. (una lĆ”stima no haber podido ir a ver a los Fakeband y conocerte en persona, otra vez serĆ”, fierte abrazo) Saludos y gracias por pasar.
EliminarUn 10 para tĆ, para la Baez (y para tu abuela, que leƱe y ya puestos para la mĆa y para la de todos los que vamos a pasar por aquĆ).UN 10.
ResponderEliminareMe
Gracias eMe por pasarte, me alegra que te guste. Saludos y hasta otra
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