A estas alturas creo que no me equivoco si afirmo que Jimbo Mathus ha dejado de ser el secreto mejor guardado del sur americano, músico muy popular a ambas orillas del Mississippi y al menos para quienes nos movemos por unas coordenadas musicales mirando hacia el rock de tintes tradicionales. Creía que no podría superar su excelente anterior disco y con Dark Night Of The Soul lo ha conseguido, al menos no ha bajado el listón, aquí en su versión más eléctrica y desatada. Así que hoy por hoy ya puede decirse bien alto que Jimbo Mathus es uno de los señores del rock americano de nuestros días, y además viene a confirmarse en las posiciones altas de 2014 en esta Route.
Su evolución en solitario después de once discos y a partir de Confederate Budha (sobretodo), el disco que lo acercó en mayor medida por estas latitudes, ha marcado un camino en ascenso que pasando por el también magnífico White Buffalo, a mi entender culmina de momento en este disco de calidad incontestable e imponente tracklist, como un John Hiatt rejuvenecido, con su cantar a garganta abierta a la Fogerty en sus años mozos, el Springsteen si de una vez se bajase a Muscle Shoals, el Mellencamp cuando llevaba el Cougar delante, e incluso superando en la presente campaña el disco de Tom Petty, referencias todas de las que me sirvo sólo como coordenadas y para medir a Jimbo con los grandes, puesto que para mí juega en esa liga, lo suyo es coger la misma pasta base y rehacerla sin fuegos artificiales de efectismo modernista.
Y es que este disco me ha traido de calle durante todos los meses que lleva editado, su intensidad y la manera de hacer confluir todas las sonoridades americanas, principalmente sureñas, bien le vale el título de maestro, por sus manos pasa roots-rock, country, southern, soul, blues, gospel... los maneja como quien respira, ayudado todo sea dicho por su magnífica sideband The Tri-State Confederate que aporta solidez y potencia a un discurso de por sí intenso. Aunque todo esto no tendría ningún sentido si no fuera acompañado de unas canciones que simplemente te arrastran, minutaje conciso, no hay ninguna canción de más de cuatro minutos, enfocadas con acierto, tocadas prácticamente en directo, con la guitarra eléctrica apuntalando el carácter rock del disco, y al mismo tiempo con la veracidad insuperable de los números más acústicos con aura de grabación casera.
La entrada es fulminante, Dark Night Of The Soul parece salida del Darkness On The Edge Of Town con ese piano tan Roy Bittan en mitad de la tormenta eléctrica. Magia gospel con potencia rock a la Allman Brothers en White Angel con una guitarra soltando licks antológicos de blues, y algo que últimamente sólo los Black Crowes eran capaces de hacer, aquí Jimbo Mathus se lo despacha en a penas dos minutos con Rock'n'Roll Trasher, este hombre dice mucho en poco tiempo, directo al corazón setentero del southern-rock. No podía dejarse un blue-eyed-soul como la copa de un pino, con el nervio del sur y el B3 marcando terreno, esta vez con la mirada puesta en Van The Man en Shine Like a Diamond.
Y en la misma línea más cercana al country-rock se encuentra Writing Spider, y para cuando piensas que es el disco de rock con banda del año sueltan las eléctricas en Tallahachie y se marcan un country-blues que no cambio por ninguna de las facturadas por Hiatt esta temporada. El óxido nunca duerme y la intensidad casi brutal vuelve con grandeza crazy horse en Burn The Ships, potente y con los Tri-State sacando humo al feed, joya total con el bajo funky Fire In The Canebrake y un solo de guitarra de cagarse, en Hawkeye Jordan la pedal steel flying burrito y en Casey Caught The Cannonball recuerda The Band sin complejos, con Medicine se despachan otra de las perlas acústicas con halo de grabación casera que destila autenticidad a chorro, podría ser una demo perdida del Tonight's the night, y es que poco más se le puede pedir a este disco que cierra con Butcher Bird, oración en ángulo abierto rematando este excelso catálogo sureño de la música.
Y es que este disco me ha traido de calle durante todos los meses que lleva editado, su intensidad y la manera de hacer confluir todas las sonoridades americanas, principalmente sureñas, bien le vale el título de maestro, por sus manos pasa roots-rock, country, southern, soul, blues, gospel... los maneja como quien respira, ayudado todo sea dicho por su magnífica sideband The Tri-State Confederate que aporta solidez y potencia a un discurso de por sí intenso. Aunque todo esto no tendría ningún sentido si no fuera acompañado de unas canciones que simplemente te arrastran, minutaje conciso, no hay ninguna canción de más de cuatro minutos, enfocadas con acierto, tocadas prácticamente en directo, con la guitarra eléctrica apuntalando el carácter rock del disco, y al mismo tiempo con la veracidad insuperable de los números más acústicos con aura de grabación casera.
La entrada es fulminante, Dark Night Of The Soul parece salida del Darkness On The Edge Of Town con ese piano tan Roy Bittan en mitad de la tormenta eléctrica. Magia gospel con potencia rock a la Allman Brothers en White Angel con una guitarra soltando licks antológicos de blues, y algo que últimamente sólo los Black Crowes eran capaces de hacer, aquí Jimbo Mathus se lo despacha en a penas dos minutos con Rock'n'Roll Trasher, este hombre dice mucho en poco tiempo, directo al corazón setentero del southern-rock. No podía dejarse un blue-eyed-soul como la copa de un pino, con el nervio del sur y el B3 marcando terreno, esta vez con la mirada puesta en Van The Man en Shine Like a Diamond.
Y en la misma línea más cercana al country-rock se encuentra Writing Spider, y para cuando piensas que es el disco de rock con banda del año sueltan las eléctricas en Tallahachie y se marcan un country-blues que no cambio por ninguna de las facturadas por Hiatt esta temporada. El óxido nunca duerme y la intensidad casi brutal vuelve con grandeza crazy horse en Burn The Ships, potente y con los Tri-State sacando humo al feed, joya total con el bajo funky Fire In The Canebrake y un solo de guitarra de cagarse, en Hawkeye Jordan la pedal steel flying burrito y en Casey Caught The Cannonball recuerda The Band sin complejos, con Medicine se despachan otra de las perlas acústicas con halo de grabación casera que destila autenticidad a chorro, podría ser una demo perdida del Tonight's the night, y es que poco más se le puede pedir a este disco que cierra con Butcher Bird, oración en ángulo abierto rematando este excelso catálogo sureño de la música.
Sin lugar a dudas, esta temporada para mi tiene un rey indiscutible en cuanto a rock americano se refiere, se llama Jimbo Mathus y ha editado el disco que hace tanto tiempo esperaba. Dark Night Of The Soul es puro delta swamp rock, la nitty-gritty de los campos de algodón, en estas canciones también habitan los reverendos, ciegos y bluesmen, el alcohol y otros medicamentos, la mística sureña con denominación de origen y el espíritu libre de quienes buscan y buscaron escapar de las profundidades góticas del sur a ritmo gospel y con potencia setentera, con los pies hundidos en el fango pero la mirada al cielo en busca de una última redención en la noche oscura del alma.
la verdad es que cuando lo escuche no me impacto tanto como a ti, prometo en estas fiestas dedicarle el tiempo que se merece. Es de esos artistas que sabes que siempre ofrecen calidad y autenticidad. Felices fiestas
ResponderEliminarNo es a mi entender un disco fácil, es rugoso, y de primeras puede parecer lo que no es, el caso es que con las escuchas me ha llevado por un camino singular, le veo mucha grandeza. Saludos rafa
EliminarAl principio me dejo algo frio, luego empezó a gustarme y al final me conquistó, luego con el paso de los meses se me ha ido desinflando un poco, pero me parece un muy buen disco de un tio que me encanta.
ResponderEliminarSalud.
En mi caso, incluso me resulta difícil atender las novedades cuando pasados los meses dejan de serlo, el ritmo es vertiginoso y no hace ningun bien a según que discos y más en la campaña presente, me gusta reposar los discos unos meses antes de hablar de ellos, y eso es un gran handicap, pero recapitulando me encuentro con que este disco tiene canciones que me siguen alucinando como el primer día, aunque puedo equivocarme, claro. Saludos Addi
EliminarA mi me parece un disco notabilísimo, por ahí andará en el puesto 21... je je.... Es que este año hay demasiada igualdad y cuesta mucho hacer "las listas", en cualquier caso podrá estar en cualquier lista, en cualquier posición porque es un gran disco.
ResponderEliminarSi, hay muchos discos, y muy buenos, y puede, fíjate lo que te digo, que este Dark Night fácilmente se pueda rebatir con otros tantos, pero niko, me cayó bien desde el principio y no ha cambiado, ¿que voy a hacerle? no sñe en que posición meterlo je je je. Saludos Nikochan.
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