Es más fácil que las puertas se abrán de par en par cuando un apellido de tal peso luce en la portada, aunque puede que a la larga y a un nivel artístico suponga en cierta manera un lastre, todo hay que decirlo a este nivel de hijos de la realeza, no creo que importe demasiado en esta época donde las propuestas son tantas y de tan fácil acceso, es más, puede que suponga una desventaja para artistas que nacieron con un pan debajo del brazo y el recelo de miles de buenos artistas intentando hacerse un nombre, para más inri, los sectores más fundamentalistas aclaman The River And The Thread al unísono como uno de los discos del año.
No sé si lo será realmente a niveles de números unos y tal, que si de buenos discos country se tratara, bajo mi punto de vista este año estaría número uno
junto a Rodney Crowell y Kris Kristofferson (con su directo). Si que puedo deciros que al menos a mi me ha acompañado y me gusta bastante, lo considero un muy buen disco a tener en cuenta, e incluso dentro de estas lides de gorros de cowboy y chaquetas con chorreras, escapa sobradamente de banda sonora de restaurante de alto copete en la avenida principal de Nashville. Al césar lo que es del
césar, que pese a no ser una nueva artista con gran proyección, ni tener
un aura cool y molona, Rosanne Cash sabe cuales son sus grandes bazas y las aprovecha a la perfección sin caer en los estereotipos más casposos del género. Además escribe letras de profundidad y canta más que bien, con gran clase y con la inestimable ayuda de John Leventhal, instrumentista y arreglista de prestigio contrastado (su marido además), con quien forma un tándem muy bien compenetrado, y que a mi entender tiene mucha culpa de que le vayan bien las cosas a nivel artístico, juntos tejen unos arreglos compensados que eluden los clichés más comerciales del country y la música de raíces.
Con este ya van tres discos notables, Black Cadillac, The List, y ahora con The River And The Thread, apuntala una trilogia que partió del luto, pasó al homenaje con la famosa lista de canciones que su padre le legó, uno de los más preciados tesoros familiares, y se consolida en este disco con la más personal y sincera colección de canciones de toda su carrera, sin versiones, cosa que es de agradecer.
A Feather's Not A Bird está puesta la primera con mucha idea, una canción que deja claras las cosas, no se trata de vivir de rentas, esto va en serio. Y si se trata del sentir del sur, en esas surgen los relatos de las plantaciones de algodón en The Sunken Lands, gran canción y excelente interpretación, más cercana al rock se muestra Modern blue donde consigue acercarse a la grandeza de la Lucinda Williams actual. La declaración de intenciones en The Long Way Home y la reflexión vital de World of Strange Design confirman su gran momento y el saber hacer del tándem, de mis preferidas es Tell Heaven, de las más sencillas pero una auténtica joya, y en When the Master Calls the Roll, a medias con Rodney Crowell y Leventhal, consigue uno de los highlights de este disco y de toda su carrera, digna de figurar entre los standards de los grandes, cosa que no es poco.
Anotar la aparición estelar de Derek Trucks en la slide y de unos coros de auténtico lujo a cargo de Rodney Crowell, Kris Kristofferson, John Prine y Tony Joe White, ahí es nada. En cualquier caso, pese a su apariencia de disco arquetípico que busca complacer a la crítica de género, cosa que también ha conseguido, te lleva al huerto y de paso por su querido sur, sin sonar manido y obvio, te mece a través de sonoridades folk, country, blues, y gospel, y entre recuerdos lejanos de infancia, te hace partícipe de su particular búsqueda de su lugar en el mundo y el regreso a las raíces, transmitiendo sosiego y tranquilidad, con instrumentación perfecta y guitarras con mucha clase, un disco que poco a poco te lleva a su terreno sin que te des cuenta, y Rosanne Cash que es una gran artista que le debe mucho a su padre, pero que ya no le debe explicaciones a nadie.
A Feather's Not A Bird está puesta la primera con mucha idea, una canción que deja claras las cosas, no se trata de vivir de rentas, esto va en serio. Y si se trata del sentir del sur, en esas surgen los relatos de las plantaciones de algodón en The Sunken Lands, gran canción y excelente interpretación, más cercana al rock se muestra Modern blue donde consigue acercarse a la grandeza de la Lucinda Williams actual. La declaración de intenciones en The Long Way Home y la reflexión vital de World of Strange Design confirman su gran momento y el saber hacer del tándem, de mis preferidas es Tell Heaven, de las más sencillas pero una auténtica joya, y en When the Master Calls the Roll, a medias con Rodney Crowell y Leventhal, consigue uno de los highlights de este disco y de toda su carrera, digna de figurar entre los standards de los grandes, cosa que no es poco.
Anotar la aparición estelar de Derek Trucks en la slide y de unos coros de auténtico lujo a cargo de Rodney Crowell, Kris Kristofferson, John Prine y Tony Joe White, ahí es nada. En cualquier caso, pese a su apariencia de disco arquetípico que busca complacer a la crítica de género, cosa que también ha conseguido, te lleva al huerto y de paso por su querido sur, sin sonar manido y obvio, te mece a través de sonoridades folk, country, blues, y gospel, y entre recuerdos lejanos de infancia, te hace partícipe de su particular búsqueda de su lugar en el mundo y el regreso a las raíces, transmitiendo sosiego y tranquilidad, con instrumentación perfecta y guitarras con mucha clase, un disco que poco a poco te lleva a su terreno sin que te des cuenta, y Rosanne Cash que es una gran artista que le debe mucho a su padre, pero que ya no le debe explicaciones a nadie.
Desconocía que Cash tuviese una hija; espero que tenga la mínima sensibilidad que tenía su padre y su madre. Ganas tengo de escucharlo; justo en una época en la que me pillas escuchando mucho a Hank Williams III
ResponderEliminarJohnny Cash tiene unos cuantos hijos si, Rossane de su primer matrimonio, ya toda una cantautora de peso. Saludos
EliminarEs un disco de los grandes. No necesita recurrir al apellido para demostrarlo. Sensible. ¿Hace falta decir algo más? Sí. Yo lo noto, dentro, en el corazón. Simple pero efectivo.
ResponderEliminarMuy bueno josanpero, este disco va calando poco a poco, muy sentido, muy bien hecho, gracias por pasar. Saludos
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