Bebo & Cigala - Lágrimas Negras (2003)

No soy ni por casualidad conocedor de la escena cubana ni de sus mayores puntales, lo mismo os digo del flamenco. La tradición latina en general nunca me atrajo en primera instancia, mis peculiares defectos de fabricación es lo que tienen, tampoco creí (equivocado) que me estuviera perdiendo algo interesante. Sólo que alguién pronunciara la palabra salsa, bolero o canción ligera me producía espasmos. Pero a veces vale la pena coger distancia sobre los gustos de uno y dejarse llevar, eso si no tienes la suerte, como a mi me pasó, de llegar al epicentro emocional de la obra en cuestión por pura y dura empatía.

Fue Lágrimas Negras el único disco sobre la faz de la Tierra capaz de llamar mi atención sobre unos estilos lejos de mis propios referentes, por el feeling podría haber sido perfectamente un Nebraska ó un Blood On The Tracks, discos más afines con mis gustos, pues llegó a mis manos en un momento crítico justo en el límite del periplo de ruptura y divorcio que me hundió hace ya bastantes años en la más profunda mierda emocional, canciones que asocio con mi salida de aquel pozo, gracias sobretodo a my darling companion. Este tipo de discos, sean desde niuorlins o desde las marismas, parecen salir del mismo sitio, la desesperación, la soledad, el mal de amores, los fracasos vitales... y siendo tan desgarradores ejercen a su vez de flotador salvavidas en los momentos de solitud y reflexión, sea por la capacidad de dar forma y exteriorizar tales sentimientos encontrados, o sea porque sonando en la misma frecuencia ayudan más fácilmente a callar esos pensamientos que no cesan ni un minuto.


No hay aquí canciones originales aunque las interpretaciones sirven para demostrar que la interpretación flamenca es como el Blues, donde el peso recáe sobre el intérprete y su capacidad para exteriorizar mil y una desdichas. De todas las canciones aquí contenidas por siempre jamás me quedaré con la composición Eu sei que vou te amar de Antônio Carlos Jobim y Vinícius de Moraes, impresionante es poco, no tiene porque estar por encima de todas las versiones brasileñas, aunque aquí el sr.Cigala y el sr.Valdés dan de lleno con el sentimiento primitivo de la canción, recuerdo, iluso de mí, coger la guitarra y la partitura e intentar tocarla, en aquel preciso instante me dí cuenta de la grandeza de esta composición, aún imposible para mis dedos. Este es un disco redondo donde no sobra nada, con boleros como Inolvidable, también presente la trova cubana de Veinte años y el mítico son de Lágrimas negras, calan hondo. Además, nunca pensé que llegaría a escuchar con ferviente admiración composiciones como Vete de mí y La bien pagá, aromas queseñalan a la España profunda y que en su momento me dieron un poco de yuyu, pero con interpretaciones como éstas se te olvida la tontería.

Gracias a este disco quedé prendado del piano de Valdés a quien a esas alturas aún no conocía, un señor reconocido y con mucha experiencia que vivió una segunda juventud al ser encontrado ya en plena tercera edad ganándose la vida en un hotel nórdico. Ese piano suena tan jazz como Montoliu pero evoca todas esas melodías que posiblemente nuestros padres nos dieron en herencia en nuestro adn sin nosotros saberlo, y sobretodo, ni por asomo se acerca a todo lo que siempre destesté de los tics cubanos más estereotipados. Este disco allanó el camino hacia otros imprescindibles como el Omega de Morente y Lagartija Nick, incluso La Leyenda del Tiempo de Camarón, y Buena Vista Social Club.

Aprovecho este gran disco para rendir mi más sincero homenaje a Bebo Valdés, cubano que nos dejó hace poco, en vida incansable e incombustible, todo un clásico, tan grande como Lou Reed y J.J. Cale. Y este un disco imprescindible que escapa a cualquier encasillamiento. Muy grandes ambos, y este disco una POM.

Que canción y que gran interpretación. Imprescindible.

Comentarios

  1. Extraordinario disco. Después de comprarlo, hace ya tiempo, me hice con el "Tango" de Cigala y ya desde entonces "prendao" del gitano.
    Saludos,
    JdG

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  2. Tienes razón, el disco es soberbio y muy emotivo, como una pequeña joya primorosa de las manos de un artesano. En la misma onda un disco de Tete Montoliu con la cantaora catalana (de quejío prodigioso y muy hondo) Maite Martín. Bonitos ambos discos. Abrazo!

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