...pasemos del obituario y empecemos a hacer justicia a su legado. Really es una joya a recuperar...
Pese a las escasas valoraciones que se le otorgaron en su momento, la mayor parte de los discos de J.J. Cale no bajan del notable, me alivió saber que no estoy sólo en esta apreciación. Por tanto urgĆa por mi parte homenajear a este artista y traerlo a este espacio de puro amor por la buena mĆŗsica, que aunque lleva el unsung grabado a fuego casi desde el principio de su carrera, su mĆŗsica nunca sonarĆ” pasada y permanece viva, lista para ser explorada cuantas veces haga falta.
Hace unos aƱos que J.J. Cale nos dejó, una temporada aquella, digamos fatĆdica para el rock, tambiĆ©n Lou Reed y Jason Molina se nos fueron (entre muchos otros), los tres conocidos aunque en mayor o menor grado sus obras no lo son tanto como se piensa o al menos con la profundidad que merecen. Pero no querrĆa detenerme haciĆ©ndoles una simple y bonita esquela mucho mĆ”s allĆ” de todo aquello que podrĆan haber hecho y que la parca nos quitó, una autĆ©ntica lĆ”stima. La verdad es que continĆŗa clamando al cielo lo desconocido de su obra, que sin ser yo un entendido de la vida y milagros de J.J. Cale, al menos tengo la mĆnima decencia melómana de no tomar como verdad las reseƱas infames que sobre la obra de Cale se han vertido en este disperso mundo digital, y en su dĆa al papel, y eso que me dejo de lado el hecho de que los principales tabloides y ganapanes varios que en teorĆa deben contarnos la verdad dentro de cierta actualidad, se limitaron en mayor medida al obituario de rigor y a las frases aprovenchando tĆtulos de canciones conocidas para el juego de palabras de turno, medianoche, brisa... etc.

El sr.Cale venĆa de patearse toda una dĆ©cada sixtie con la guitarra a cuestas, no era un inexperto cuando empezó y considero, empero, que sus discos bien merecen una revisión mĆ”s allĆ” de su debut Naturally, conocido por el After Midnight que popularizó Eric Clapton, incluso por la preciosa Call Me The Breeze, y de su reconocido Trobadour, disco donde mayormente coincide crĆtica, pĆŗblico y todo el mundo. Pero seƱores, discos como Okie y el #8 a mi me suenan a gloria bendita, aunque hoy me detengo con este back to vinyl en este Really que guardo en formato sagrado como una joya, ademĆ”s joya escondida de su discografĆa, ya difĆcil lo tenĆa Cale ante la actualidad reinante a principios de los 70. Y no, no me voy a meter con el sr.Clapton que es otro seƱor artista que merece un respeto porque en su haber se encuentran algunas obras de quitarse el sombrero, y porque Ć©l mismo nunca ocultó el hecho de que J.J.Cale fue un bote salvavidas en determinadas ocasiones/canciones, y si se ha terciado hechar un cable, el homenaje o el tributo allĆ ha estado Ć©l. Aunque si Clapton en algĆŗn momento fue Dios, aquĆ el sr.J.J.Cale al menos deberĆa otorgĆ”rsele el tĆtulo de EspĆritu Santo.
Y es que el espĆritu de J.J.Cale permanecerĆ” siempre sentado en el porche trasero con su guitarra, con su caracterĆstico sonido tranquilo, perfecto chill out orgĆ”nico de new orleans con el que supo vestir de gala el blues y el folk con detalle jazzy, que ojo, hay porche trasero, pero tambiĆ©n hay trenes, carreteras, aƱoranza del hogar, calles de la gran ciudad, en definitiva, blue-eyed blues de mucha verdad... Lo suyo puede que no fuera desgarrarse las vestiduras, ni plantarse a voz en grito en las tablas, cosa que no debiera quitar ni un Ć”pice de interĆ©s a su discurso, lo suyo era recrearse en el sonido de su guitarra, sacar portentosos riffs de estilismo casi zen. Para ejemplo este disco. Todo en Really estĆ” en su sitio, suena perfecto, con la sensación muchas veces, y permitidme la licencia, de esa aparente libertad de los versos de un Coney Island Baby pero de campo, discurso llano que mĆ”s que contar sugiere haciĆ©ndose flexible a cada cuĆ”l, y un plantel en nómina de órdago, Cale sabĆa lo que se hacĆa, ademĆ”s el hecho de que se grabara parte en Muscle Shoals, y parte en Nashville prĆ”cticamente describe la verdadera grandeza de J.J. Cale y de este disco.
No os fiĆ©is de lo que leĆ”is por ahĆ, como dice la primera canción: lies lies lies, mentiras, aquĆ ya de entrada en Lies encontrarĆ©is la maestrĆa de After Midnight, donde no se trata sólo de servir al ego del artista titular con canciones centradas en la guitarra, hay mucho detalle donde los teclados son bĆ”sicos, cosa que queda patente en la fabulosa Everything Will Be Alright, y el órgano de Right Down Here, sin faltar esos punteados tipo Changes soltados como quien no quiere la cosa y de los que Knopfler, con todo el respeto, ha sacado tanto rendimiento económico. Y del country en If You're Ever In Oklahoma, al delicioso toque swing en Ridin' Home, aquĆ la harmónica del sr.McCoy lleva la tonada al podio de gran canción pom, no se quedan atrĆ”s otras como Soulin' que sin ser la panacĆ©a de la modernidad parecen grabadas ayer, mĆ”s por un sonido y una producción mĆ”s allĆ” de modas, percusiones a ritmo urbano en Playin' In The Street, excelente la revisión del blues clĆ”sico popularizado por Muddy Waters en Mo Jo y cierre con vuelta a Tennessee en la tambiĆ©n formidable Louisiana Women.
En Really se encuentra el placer de las cadencias suaves y bien tocadas, banda sonora que considero perfecta junto a mis jazzmen noctĆ”mbulos del alma para que me acompaƱe en los atardeceres de color anaranjado al compĆ”s de los sonidos de la noche, con sus grillos y el primer aire fresco nocturno que viene a aliviar el calor sofocante, Cale yace sentado junto a mi en el banco de madera, en la penumbra, cerveza frĆa, un cigarro y la aguja libera Really, mantras para dejarse llevar, cerrar los ojos y balancear la cabeza al ritmo de su slow boogie y sus historias de perdedores, trenes y vueltas a casa, crónicas perfectas para recapitular las andanzas diarias y dejar correr las asperezas abrazando la noche.
Si la eternidad se trata de permanecer vivo a través de la belleza creada en vida, J.J. Cale dejó en este Really y en poco mÔs de media hora una inmensidad eterna de buena musica que pasa en un suspiro y te invita a repetir, adictivo y de sonido cuidado al detalle, pasemos del obituario y empecemos a hacer justicia a su legado. Really es una joya a recuperar.
Escrito originalmente para Exile SH Magazine
Efectivamente un disco y un artistazo a reivindicar siempre, de los que ya no hay... saludos!!!
ResponderEliminarSiempre tendremos algun disco que redescubrir en su inmensa discografĆa. Saludos
EliminarLo conocĆ gracias al disco que Clapton le hizo. Fabuloso artista. De todos los discos que he podido escuchar, me encanta, especialmente el 'Crazy Mama'. ¡Anda que no le deben Jerry GarcĆa o a los hermanos Van Zandt.
ResponderEliminarUn abrazo, Chals. Un placer siempre leerte.
Pues no te lo pierdas Alex, de su estilo han sacado mayor rendimiento económico Clapton y Knopfler, con eso te lo digo todo, pero si buscas entre sus discos encontrarÔs verdaderas maravillas, sigue por Naturally y Okie, por decirte dos. Saludos
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