...ignorado, ridiculizado, traicionado, incomprendido, como no, es uno de mis discos favoritos del poeta eléctrico de Nueva York "...and all of the pain that you used to tell, you hide it so well..." tal cual... en la cubeta de saldos al fondo a la izquierda.
Que levante la mano a quien aún le caiga una lagrimita cuando le sobreviene Lou Reed a la memoria. Pues así estoy amigas y amigos. La pérdida de Lou Reed, a priori inesperada, me dejó aplastado hace año y medio, y aun lo hace de vez en cuando. Ahora cuando su música aparece en una conversación parece adquirir una trascendencia mucho mayor, un estatus de eternidad.
Tiene canciones grandiosas a considerar obras maestras que para la mayor parte del público, y entendamos "mayor parte" por la cantidad no por la calidad, quedaron detrás de las obvias tonadas que sirvieron a los noticiarios como banda sonora en los breves instantes que duró la fatídica noticia de su desaparición, mientras sus locutores, estirados, encorbatados y con sus rictus llenos de afectación, intentaban hacer sus rimas con "el lado salvaje de la vida" como axioma inherente a su grandeza. Pero a nadie voy a explicar a estas alturas de la vida la importancia de la obra de Lou Reed, sólo queda por mi parte sacar a la luz algunos discos que me gustan pero que en su día pasaron sin pena ni gloria y que además fracasaron a todos los niveles, ya me quedé sólo hablando con la pared con el también denostado disco junto a los heavy-metaleros que reseñé con la mayor equidad posible en su momento (reseña de Lulu entrad aquí, en valenciano).
Hoy me apetece mucho hablar del disco Rock and Roll Heart, un disco que en mi opinión debería haber ocupado un lugar un poco más alto, por las canciones, por los arreglos de gran banda de rock y porque es puro Lou Reed. Su disco más jazz, por momentos un pseudo-Born To Run que transpira un parecido aroma neoyorquino, quizás menos ingénuo (en el siguiente Street Hassle, Springsteen colaboraría como invitado, en aquella época coincidían en el estudio The Record Plant). Quién sabe si el haber salido después de Coney Island Baby supusiera algún tipo de lacra, o tal vez que a mediados de los 70 pudiera sonar a desfasado, cosas de las tendencias. Pero me inclino a pensar que el hecho de que estas canciones muestren un Lou Reed más accesible, en parte optimista y positivo si prefiere, puede que no encajara demasiado bien en el ideario escatológico velvetiano de cuero y drogas, que ojo, algo hay. ¿Pero que queréis que os diga queridos amigos ?, para mí suena de cojones. Me gusta este Lou Reed que hace canciones sobre las ganas de disfrutar y bailar, que busca la esencia lúdico-festiva del rock'n'roll, y modela un tratado sonoro-lírico en una impostada primera persona que en apariencia puede resultar simple, pero que en algunos puntos toca la fibra apropiada que define el género, tanto para lo bueno, como para lo malo. Sobre todo pienso que el concepto del disco no ha sido comprendido en absoluto por ninguna pluma del rock, que yo sepa, o quizás sea que siempre haya preferido ver gigantes donde sólo había molinos de viento. Me explico si me permitís.
Lou in Blue I 1976, foto: Mick Rock |
Abre "I Believe In Love", un aviso de lo que puedes encontrarte, tonada alegre y con un mensaje ligero y optimista, no parece que sea Lou Reed quien suelte todos estos actos de fe tan a la ligera. Continúa "Banging On My Drum", el típico rockandrol simple que a Reed le salían tan fácil, y una letra que roza la ingenuidad, o mejor dicho, que muestra el puro placer de tocar rock por tocarlo. El disco empieza a virar en la espitosa arenga lúdica "Follow The Leader" que me da por pensar en un Van Morrison que en vez de venir de Nueva Jersey hacia el E Street Shuffle, lo hacía desde la clínica de desintoxicación y sin tenerlo claro. En el disco llaman la atención tanto los teclados de corte clásico tan Bittan de Michael Fonfara, como el saxo de Marty Fogel, piedras angulares del sonido del disco, clara muestra es "You Wear it So Well", una balada que siempre olvido meter en los tops de canciones y demás listas, y que me parece que transpira la esencia del mejor Lou Reed. ¿Pero hay guitarras ?, pues si, en "Ladies Pay" las hay fantásticas, canción introducida por el piano y que sube la intensidad de forma progresiva con la guitarra ofreciendo todo su catálogo de riffs monolíticos y disonantes. Con "Rock and Roll Heart" tenemos un aparente himno, el espíritu del disco, y entonces todo el significado da un giro de 180º, ¿es esto una broma? ¿realmente está Lou Reed criticando el rock'n'roll? sus versos descubren al protagonista confesando: "Debo ser tonto porque está claro que no soy listo, pero muy dentro de mí tengo un corazón de rock and roll", y todos sabemos que precisamente Reed está más cerca de erudito que de tonto, y entonces me da por pensar que después de tantos años ofreciendo discos con conceptos complejos y difíciles, lo que busca ahora es hilar muy fino y criticar, más que el rock and roll, la banalidad que lo llena. A partir de aquí la visión del disco es otra diferente.
La instrumental Chooser and the chosen one es una delicia, esa intro tan jazz que da paso a una canción preciosista con teclados y saxo, lisongera y agradable, abriendo la segunda cara y dando su espacio a la reflexión. Por supuesto, nunca faltan sus historias costumbristas sobre mujeres fatales, aquí en una "Senselessy Cruel" que por su calidad y por su cadencia glam-rock cabaretera podría haber formado parte de Transformer sin pestañear, aquí el saxo suena más Steve Douglas que Charlie Parker, para que nos entendamos. "Claim to Fame" ya nos muestra de pleno la banalidad que antes es sugerida, y enfilamos la caída definitiva de la rockstar con el desencanto y la soledad en "Vicious Circle", serena como las tonadas que nos deslumbraron en Coney Island Baby. Ahora el saxo aporta el aroma jazz de los clubes en "A Sheltered Life" y que podría ser la canción que Woody Allen nunca incluyó por error en una de sus grandes bandas sonoras, y no sólo por la música, los versos miran a la otra parte del escenario, parece la descripción en primera persona de un fan, tímido y apocado, tal vez quien proyecta sus sueños en una rock'n'rollstar. Un tracklist rematado por un velvetiana "Temporary Thing" que es obra maestra por sí sola, un relato de ruptura con versos crudos y violentos lanzados con mala leche, canción que siempre estará en mi top ten, y que pone la guinda a este disco notable y que me gusta escuchar asiduamente.
Curiosamente el disco que batió records de venta el año anterior, tenía como personaje principal a un joven pueblerino persiguiendo sus sueños de rock and roll en la gran ciudad, quien sabe si Rock and Roll Heart podría jugar el papel de su reverso más realista y desmitificador. Parafraseando a Mick Wall en su biografía, antes de Lou Reed, el rock era más un acto lúdico y de diversión, a partir de él, la literatura y las sombras entraron de lleno, dando un transforndo inquietante a la par que honesto, en cierta manera puedo equivocarme perfectamente, pués a veces me da por ensimismarme con mis cábalas, pero para mí este disco es una fina y aguda crítica al mundo del espectáculo y a los jóvenes que lo llenan, más que como un aleccionamiento, como un relato en primera persona alimentado por su propia experiencia.
Curiosamente el disco que batió records de venta el año anterior, tenía como personaje principal a un joven pueblerino persiguiendo sus sueños de rock and roll en la gran ciudad, quien sabe si Rock and Roll Heart podría jugar el papel de su reverso más realista y desmitificador. Parafraseando a Mick Wall en su biografía, antes de Lou Reed, el rock era más un acto lúdico y de diversión, a partir de él, la literatura y las sombras entraron de lleno, dando un transforndo inquietante a la par que honesto, en cierta manera puedo equivocarme perfectamente, pués a veces me da por ensimismarme con mis cábalas, pero para mí este disco es una fina y aguda crítica al mundo del espectáculo y a los jóvenes que lo llenan, más que como un aleccionamiento, como un relato en primera persona alimentado por su propia experiencia.
Un camino el de Lou Reed que abarca una gran inmensidad, desde la genialidad, hasta lo excéntrico, a veces a la luz de los focos y otras totalmente impopular, variado y amplio margen donde varios discos han quedado entre los claroscuros de su discografía. Ahora Reed ha traspasado la barrera de lo visible, la parca ha permitido la perdurabilidad de sus obras sin los límites terrenales de la hoja de promoción, ahora la actualidad es una hormiga frente la eternidad, y quién sabe si esas canciones que siempre me gustaron retornan ahora con más fuerza desprovistas de su contexto original. Denostado, apaleado, despreciado, ignorado, ridiculizado, traicionado, incomprendido, como no, es uno de mis discos favoritos del poeta eléctrico de Nueva York "...and all of the pain that you used to tell, you hide it so well..." tal cual... en la cubeta de saldos al fondo a la izquierda. Intentad escuchar de nuevo con atención su disco de 1976. Un corazón de rock and roll.
Me falta este disco para completar la colección del neoyorquino (bueno, con alguno que otro más...). Supliré esta ausencia en cuanto pueda. El gran Lou forma parte de la gran historia de nuestra vida, a no mucha distancia del gran hueco que llena la familia y los amigos. Es literalmente imprescindible.
ResponderEliminarMuy meritoria entrada.
Abrazos,
JdG
Tipos como Lou consiguen eso siempre ; sus grandes obras opacan sus pequeñas obras maestras y me sumo a levantar mi mano tambien porque se lo echa de menos .
ResponderEliminarUn saludo