... ya pueden hacer si quieren versiones de sardanas que casi con total seguridad no fallarán...
Hace casi diez años los vi en directo en un festival veraniego. Entonces, a pesar de no ser cabezas de cartel superaron con creces a casi todos los artistas que vi en aquella edición, con el permiso de Nick Cave. Fue uno de esos conciertos epifanía, tres personas en un escenario sin grandes montajes de cartón-piedra sonora, como no queriendo molestar a la escenografía que venía después, ni artificio mediático previo, recuerdo a Ira Kaplan explorando los límites del feedback de su guitarra, ajeno al turismo juvenil anglosajón que allí se daba cita para presenciar a formaciones más populares. A partir de ese día Yo La Tengo salieron del montón para empezar a formar parte de mi historia musical.
Sería una tarea imposible resumir su camino en un párrafo, además de que no sería justo, llevan desde 1986 en marcha, con catorce trabajos publicados y donde han sabido bandear de manera notable rangos dispares, desde el pop más azucarado hasta cotas sonaras más ruidistas y experimentales y siempre sin dejar nunca de sonar a ellos mismos, y eso sí que es difícil. Si tuviera que destacar algún disco me vería en un grave aprieto, pero no me quedaré sin recomendar algunos favoritos, "May I Sing with Me" (1992) o "I Can Hear the Heart Beating as One" (1997) y el anterior "Fade" (2013), sólo tres apuntes, donde pellizques encontrarás oro.
La verdad es que Yo La Tengo es uno de los grupos icónicos del rock alternativo de las últimas tres décadas, siempre presentes y consolidados en la comodidad que les ofrece no ser muy conocidos, al menos su obra, lo que por otra parte les permite seguir su camino ajenos a tendencias, sonidos de moda y épocas musicales, saben muy bien como coger elementos clásicos conocidos por todos, llevarlos a su terreno y hacerlo sonar nuevo, o lo que es lo mismo, hacen rock alternativo de verdad.
Ahora cumplen 30 años en activo, y para celebrarlo graban una colección de versiones que nada extrañará a quienes conozcan la trayectoria de la banda pues ya llevan unos cuantos, "Facebook" (1990), la colección de grabaciones radiofónicas "Is Murdering the Classics" (2006), y el desconocido "Fuckbook" (2009) grabado bajo el seudónimo de Condofucks. Pero os diré una cosa, para mí los Yo La Tengo ya pueden si quieren hacer versiones de sardanas que casi con total seguridad no fallarán, nunca lo hacen. Además para Stuff Like That There amplían la formación de Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew, con Dave Schramm, miembro fundador y original de la banda.
En el presente disco se decantan por los sonidos suaves, las baladas y los medios tiempos de algodón de azúscar, la mejor versión que pudiéramos tener en la actualidad de la mítica Velvet Underground más cercana al pop, incluso ese aire de cadencias relajadas de las Trinity Sessions de los Cowboy Junkies. Otra cosa a destacar en una compilación como ésta (y en las anteriores también) es su falta de prejuicios estilísticos, pican de todos sitios y siempre con mucho gusto, sobre todo sin resultar obvios y revisitando algunas canciones de su extenso catálogo.
Qué maravilla poder disfrutar de su buen gusto con canciones de procedencia tan diversa como el "I'm So Lonesome I Could Cry" de Hank Williams, el "Friday I'm In Love" de los The Cure, "I Can Feel the Ice Melting" de The Parliaments y "Butchie's Tune" de The Lovin' Spoonful, incluso de artistas poco reconocidos como "Somebody's in Love" de la fantástica alineación The Cosmic Rays with Le Sun Ra and Arkestra, y "My Heart's Not in It" de Darlene McCrea (intengrante de las Raelettes de Ray Charles). Qué maravilla la dulzura de "Automatic Doom" realmente una original, pero acreditada al desconocido Mister Sparrow, al parecer por compartir título y intención, una coincidencia según Ira Kaplan, generosidad que no falte. De las versiones de su discografía las canciones "All Your Secrets" del disco Popular Songs y "The Ballad of Red Buckets" del disco Electr-o-pura que presentan pocas variaciones respecto a las originales en cuanto a la cadencia, los arreglos están rehechos siempre en la línea acústica de todo el disco, tal vez sea "Deeper Into Movies" la más diferente respecto al original más guitarrera del disco I Can Hear the Heart Beating as One. Rickety es nueva, etérea y suave, con un gran trabajo de guitarra de líneas cristalinos que se enroscan sobre una sección rítmica con sabor envolvente muy jazzy. La otra novedad es la folkie Awhileaway de arpegiados acústicos y fraseo susurrado casi al oído por Kaplan.
Sigo pensando que su anterior Fade (2013) es uno de sus mejores discos y uno de los grandes trabajos de los últimos años, por lo tanto en comparación está más que claro que un disco como este poco tiene que hacer. Pero en todo caso, más allá de su estatus de disco de versiones y/o de disco de celebración, este Stuff Like That There me parece una maravilla para el oído, un disco que este año tendré cerca, como una cara B del Fade o un ensallo grabado con mucho gusto y mimo, canciones suaves que poco me importan que sean versiones porque en el fondo oirles a ellos tan cariñosos es lo que me gusta y relaja, un buen disco para acompañar a las últimas tardes cálidas del verano.
ESCRITO Y PENSADO EN VALENCIANO EN:
NO SÉ VIURE SENSE ROCK
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