Lucinda Williams - Blessed (2011)

El onceavo disco de la cantautora de Louisiana es otro catálogo de emociones y sentimientos a flor de piel, y como es habitual en ella, con nota alta.

 
Por derecho propio Lucinda Williams es una de las mejores cantautoras en activo, así como suena. Nos recuerda a cada paso que tiene una voz propia y una manera de contar las cosas muy particular, le deberíamos lanzar pétalos de rosas y disponer una alfombra roja cada vez que saca disco, para mí ya es todo un clásico.

Reconozco ser el típico oyente que forma parte de la estadística más corriente con respecto a la música de la sra.Williams, no llegué a escuchar Happy Woman Blues hasta hace bien poco, me enamoró con Car Wheels on a Gravel Road, pero también con Essence, y le volví a perder la pista ... no le presté demasiada atención a West y dejé que los críticos más grises me ocultaran las joyas de Little Honey, ignorante de mí. Subsanados estos errores si que me puedo aventurar y lanzar una sentencia muy personal, si comparamos sus dos anteriores LP's, Blessed es quizá más intenso, aquí hay rock, fuerza y ​​pasión en cada verso, y sobre todo un trabajo de guitarras muy bueno, Elvis Costello brilla en sus intervenciones con su guitarra crujiente que ya quisieran muchos en el universo americana.

Considero a Lucinda una autoridad en la construcción de catedrales a las emociones y sentimientos más dispares, sus letras siempre brillan, su genética las lleva inherentes, y este "Blessed" de 2011 no iba a ser menos. A diferencia de las confesiones personales e íntimas habituales en sus canciones, en este disco realiza un muy buen ejercicio de abstracción, ejercicio del que Dylan posee el cetro, poniéndose en la piel de personajes y circunstancias muy determinadas, como "Soldier's Songs", en la que es capaz de meterse en la piel de esta mujer o esta novia que pierde su hombre en la guerra, e imagina la falta de esa persona amada hasta las últimas consecuencias de su ser.


Continúa aquí su típica dicotomía luz-oscuridad habitual en sus LP's, con ese fraséo ya característico y estos versos de ida y vuelta. En su momento Vic Chesnutt compuso una canción titulada "Lucinda Williams", Lucinda le devolvió ad aeternum "Seeing Black", una de las grandes canciones de este disco recordando a Vic Chesnutt, que lejos de ser el típico homenaje triste y pausado, carga con rabia rockera con la ayuda de la guitarra de Costello, la rabia de los que nos quedamos vivos sin aquellos que partieron, planteamiento que aprovecha para estudiar los motivos que pueden mover a alguien a suicidio ... el darkness springsteeniano oscuro y brutal, muy buena. El fabuloso rock de "Buttercup", es otro de los momento álgidos, otra vez Costello, y muy buena "Ugly Truth" en la línea de los Rolling Stone del Exile y por supuesto la que da título al álbum, "Blessed", entre mis preferidas.

Más que buscar un significado a ser bendecido, Lucinda parece buscar la esencia de estas personas,. experimentar que hay detrás de cada historia, esa mujer maltradata que dejó de buscar venganza, ese niño abandonado que aprendió a perdonar, este ciego que es capaz de ver más que cien ojos juntos. Como dato curioso, en su día dispuso en su web una serie de vídeos en los que cede la palabra a personas de diferentes condiciones sociales de la fauna y flora de Los Ángeles, que intentan explicar con su experiencia el significado de ser bendecido.


Para más placer sonoro, Blessed viene con "The Kitchen Tapes", versión demo de las canciones tal como le vienen cuando las grava. En general un trabajo redondo, un buen disco de rock y buenas canciones. que consolidan a Lucinda Williams. Magnífica producción de Don Was, repiten Eric Liljestrand y Tom Overby, y colaboraciones de lujo, Rami Jaffe (teclados de The Wallflowers), Matthew Sweet, el multi-instrumentista Greg Leisz (Joni Mitchell, Peter Case, Dave Alvin, Wilco) y el mencionado Elvis Costello. ¿Que más se puede pedir?

Ugly Truth


Seeing Black, ad aeternum Vic Chesnutt

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