Copernicus Dreams - Sunrise (Gaua Records, 2015)


Dentro de poco tendrĆ” lugar uno de los encuentros mĆ”s importantes de la temporada. El 1, 2 y 3 de Julio el mĆ­tico The Last Waltz de The Band tendrĆ” su homenaje en la bonita localidad burgalesa de FrĆ­as. Es mi intención no dejar pasar esta fenomenal oportunidad de formar parte de Ć©l, si el destino no me juega una mala pasada me reencontrarĆ© con algunos amigos y pondrĆ© cara a tantas personas que me he ido encontrando en el camino. AsĆ­ que he decidido ponerme al dĆ­a con las bandas que van a asistir siguiendo el orden del bonito cartel que lo anuncia, y serĆ”n  Copernicus Dreams quienes inaugurarĆ”n El Último Vals que nuestro buen amigo Joserra ha tenido a bien organizar simplemente por amor a la mĆŗsica.

Y por amor a la música es por lo que el grupo de Castro Urdiales abrirÔn esa noche que serÔ emotiva por partida doble. El motivo mÔs obvio y que compartiréis conmigo es el simple hecho de formar parte de un acontecimiento que nada tiene que ver con marcas de cerveza, ni con el retorno del mítico grupo de turno para hacer caja, ni tan siquiera con la promoción de lanzamientos discogrÔficos venidos del mÔs allÔ, emotiva sin mÔs por el amor a secas que todos los asistentes procesan a la música, y emotiva por la enorme voluntad de todos lo participantes, grupos y público, por ver hecho realidad uno de esos grandes sueños musicales que muchos arrastramos desde la juventud. El otro motivo es que ese mismo 1 de Julio es una fecha muy significativa para el propio grupo, pués ese día cumplirÔ exactamete un año del fallecimiento de Luis Ruiz, bajista original de la banda. Luis era de los nuestros, de hablar de discos y de artistas favoritos, por eso hablar de este disco va ligado a hablar de él. Justo cuando empiece el Vals en Frías se cumplirÔ un año desde que Luis estÔ ya con Rick Danko, Levon Helm, Richard Manuel y Allen Toussaint, a quienes por cierto adoraba.

Suena el rascar de una acĆŗstica, es You Can Say que nos invita a entrar, acompaƱada por una guitarra elĆ©ctrica de dicción limpia que surca los compases y los detalles de piano que anticipan que estamos ante una banda de rock que busca  desarrollar su amor por esos estilos de palo americano que tanto nos gustan. ContinĆŗa este disco con tonadas que se desarrollan con el mismo feeling musical de paseo por la playa al aire fresco de la maƱana en esos escasos momentos en que las cargas aĆŗn no las notamos presionando en nuestra espalda y en nuestro pecho, Just Call  o cuando el amor puede resumirse con el cafĆ© con leche y una mirada de complicidad a tu lado, o ese Donkey Flying que se niega a dejar esa sonrisa interior y amiga. Sunrise cambia el tercio, breve instrumental acĆŗstica y precioso espacio para respirar, puedo imaginarme el amanecer de FrĆ­as con esta banda sonora de arpegios amables teƱidos de alegre melancolĆ­a, ya a la altura de Shock the Monkey to Live entiendes que Copernicus Dream tienen un cometido mĆ”s profundo y el deseo expreso de dar un pellizco a quien escuche para que entienda que vida no hay mĆ”s que una, entonces Leave For Live nos invita a coger esa carga que llevamos en la mochila y dejarla en el arcĆ©n para continuar nuestro camino, precioso hammond, armonĆ­as y guitarras, de esta canción rescato una de mis estrofas preferidas. Es una bonita declaración de intenciones:
But if you want, I will find a place for you and me
I will find a place for you and me under the sun
I’m gonna drive my car, under a red sky
And if you want we make love under the stars
Cause your company makes me feel all right


Pero la vida aunque la llevemos con mirada positiva siempre nos darÔ cuando menos lo esperemos alguno de esos reveses que no se pueden esquivar, por eso Goodbye My Lady es una canción triste pero hermosa que no desentona, tiene ese soul de groove tranquilo muy de Terry Callier de principios de los años setenta y una guitarra que llora con sentimiento blues, preciosa. Con este sentimiento de pérdida pero con la esperanza asomando, la muy Tom Petty Win or Loose continúa este camino hacia el amanecer, y aunque el disco parece empezar con el Ônimo en el cielo de un nuevo día, poco a poco va mutando en un alegato de resistencia contra la acritud y esas mismas cargas de las que hablaba, entonces puede ser determinante recurrir a nuestras fuerzas de flaqueza, muchas veces representadas en el recuerdo insobornable que a buen recaudo quedó en un pequeño rincón, en un olor, en un sabor que nos lleva a la feliz infancia, nos lo cuenta Childhood Dreams, cuando la vida sólo sonreía y el llanto nunca se imponía mÔs de unos minutos. Esta impotencia por ver que el mundo no cambia a mejor mÔs allÔ de nuestro alcance y pese a la buena voluntad que cada uno le pueda poner tiene su punto Ôlgido en Earth As The Hell, catÔrtica y de psicodélia turbia, quizÔs la canción mÔs desatada del disco. Pero no podía terminar así, de nuevo hace su aparición Shock the Monkey to Live esta vez con el artista inglés Toby Connor, una canción emotiva que deja una estrofa final suspendida en algún lugar de nuestro interior, como un nudo que aprieta las entrañas por la ausencia de Luis, pero que a su vez se impone como un último cabo al que cogerse cuando el mundo se torna hostil, es la música nuestro lugar, el sitio donde queremos estar.

Come on Louis take your stick and play loud again
Come Louis think about a place where your music is
So take your second chance and put it down your hands
Shock the monkey to live Louis

Según me contó Joserra, el día que presentaron Sunrise en Power Records él ya no estaba, pero sus compañeros tocaron el disco con su bajo pre-grabado, ese día fue el que entraron en el cartel, tenían que estar en el Vals, si, porque ese es su lugar, y Luis estarÔ presente en el repertorio y nosotros con él, un merecido homenaje como el que los grandes clÔsicos del rock urden para sus amigos en lustrosos escenarios, el Vals de Frías no puede quedarse atrÔs con sus héroes mÔs cercanos y su escenario no serÔ menos lustroso y hermoso bajo ese cielo azul burgalés de Frías.

Recomiendo hoy este disco que guarda en él los secretos del sol californiano y el rock americano de melodías dulces del que se dejó seducir por la contracultura y que a su vez abrió la ventana al aire fresco de los 90 en adelante, con la misma ingenuidad que transpiran artistas mÔs actuales como Bart Davenport, otras veces con la melancolía de unos The Tyde, simples coordenadas que me sugieren sus canciones, pero no a cualquier precio pués mantienen imborrable la impronta que dejaron en sus corazones sus verdaderos héroes a través de cancioneros tan eternos y perfectos como los de The Band y los Byrds. Así que amigos, ya sabéis, podremos escuchar estas canciones de mirada positiva y amable en uno de los pueblos mÔs bonitos que nunca podréis visitar, entre un mar de gentes que llenarÔn su castillo y harÔn grande su recuerdo y su corazón de oro. Un 1 de julio de 2015, Luis falleció, un año después la música sonarÔ por él en El Último Vals de Frías. Este vals también va por ti Luis.

Bandcamp: https://copernicusdreams.bandcamp.com

Abierto el plazo para la compra y reserva de bonos.
+info: http://elultimovalsfrias.jimdo.com/

Comentarios

  1. MagnĆ­fica iniciativa Chals, la de hacer una pasarela previa con todos los grupos que entran en el cartle del Last Waltz de FrĆ­as. Y si, si no ocurre nada que lo impida, nos veremos en el castillo para gozar de unas jornadas inolvidables.
    Saludos,
    JdG

    ResponderEliminar
  2. Tremenda historia, serƔ una de las mƔs emotivas presencias en el vals, el disco lo he escuchado y me gusta mucho, le tengo que dar mƔs cancha pero es muy bonito.
    Lo del vals serĆ” mĆ­tico sin duda.
    Abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario