Nev Cottee - Broken Flowers (Wonderful Sound, 2017)


Menudo fue el año pasado, muy prolífico en cuanto a buenos discos, al menos a mi me dió esa sensación, y lo mejor es que aún estoy enganchado a algunos de ellos como este sensacional Broken Flowers de Nev Cottee que estuvo presente en el top de lo más granado  del año pasado. Un artista no muy conocido al que llegué por expresa recomendación en las rrss por un buen amigo que sabe que a mi Hawley me puede. Y es que así fue, con una escucha el flechazo fue absoluto, y más en un año como el pasado 2017 en el que inconscientemente busqué el down-tempo, por decirlo de alguna manera musical, este disco va de la mano de los valencianos Le Garçon Reve también magníficos (que disco!), junto a otros como Cigarettes After Sex, Slowdive, Feist... me arrimé a discos que me invitaban a quedarme colgado en la parra pensando, recreándome en el pasado, retozando en la nostalgia, en definitiva tapando grietas. Así que si estáis en esas, quizás Broken Flowers sea nuestro punto de encuentro, a ser posible con un buen whisky on the rocks.

El registro vocal de Cottee es inamovible a lo largo de todo el disco, su tono y timbre no cambian, y en cambio no da la sensación de estar ante un disco mococromo, al contrario, sin salirse de esas tonalidades que casi no sobrepasan los términos de la balada, Broken Flowers tiene la facultad de mecerte suavemente de principio a fin sin que te des casi cuenta gracias a la exquisitez de sus arreglos donde en determinados momentos no quedan exentas unas excelsas guitarras. El de Sheffield ya puede correr deprisa si quiere alcanzar el nivel del que este prometedor artista mancuniano hace gala.

Después de un breve preludio instrumental, Cottee entrega una de las mejores canciones del lote, quizás Open Eyes es de las más adictivas gracias a un motivo principal urdido con exquisitez, empieza fuerte porque sabe que superado el primer enganche la calidad hará el resto, si con esta canción no hay flechazo no pierdas el tiempo, porque el tono confesional y pausado de los más de séis minutos de I'll Sleep When I'm Dead piden sosiego, noche y tranquilidad. Be On Your Own Way me hace imaginar que hubiera sido de Scott Walker de no haber optado por el camino experimental. Llegados a la mitad de este paseo a la penumbra de las farolas de madrugada, si has superado esta primera parte del disco, empezaremos a encontrar los mejores momentos del disco, Nobody's Fool tiene el aliciente de un fraséo de guitarra de corte clásico.

Aunque la joya absoluta del disco sin lugar a dudas es When The Night Comes, preciosidad absoluta que no amaga unas guitarras que crugen y un órgano que la acerca al Murder Ballads de Nick Cave, magnífica. En estas lides cercanas a la banda sonora, Tired Of Love parece más propia de los créditos de una película dramática con final incierto, sección de vientos y sintes ampliando los espacios sonoros. Y ya en el tramo final, The House Where I Live es la canción por la que pagaría Hawley. Tal y como Cottee suele presentarlo, sus canciones parecen estar viviendo en los desiertos místicos de una película de Sergio Leone o Wim Wenders, muy acertado.

Su maestría para recorrer los caminos propios de Lee Hazlewood y darle un toque leve de psicodelia son de auténtica maestría, añadamos un timbre vocal de trazo grueso ideal para estas canciones. Broken Flowers me ha acompañado y acompaña. Sin embargo más allá de alabar los parabienes de este disco al que le daría un notable alto (ya que ojo con su anterior disco más desconocido aún si cabe pero no menos bueno) me alegra haber descubierto a un artista de estas características al que seguiré los pasos de ahora en adelante. Canciones para los tiempos de pausa y reflexión, para cuando la soledad es aceptada estoicamente en la penumbra de la noche pero sin dramatismos exacerbados que valgan. Delicatessen.

Por Chals Roig


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