Que el mainstream se encarga de sabotear la carrera de todo buen artista que se deje es una certeza que no hay que explicarle a Adam Duritz. Si además la poca radio comercial que queda no sale del celebrado Mr.Jones pues... El caso es que el grupo de Berkeley tiene unos cuantos grandes discos y un repertorio de grandes canciones más allá de la fama, poco se les puede reprochar pues ninguna de sus entregas baja de notable, incluso consiguen en ocasiones y bajo mi humilde opinión un nivel al alcance de muy pocos.
Ciertamente los 90 nos dieron bastantes grupos "one hit wonder", 4 Non Blondes, Blind Melon, Crash Test Dummies, Soul Asylum, Spin Doctors, The Cardigans... la maquinaria de Mtv tenía su poder a la hora de otorgar la popularidad. Y que yo sepa no todos pudieron soportar el peso de esta popularidad extrema sin pagar un alto precio, por ejemplo quedando relegados a ese minúsculo territorio del recuerdo delimitado por oyentes ocasionales que tuvieron aquella canción famosa como banda sonora de su juventud.
Pero no confundamos popularidad con calidad porque los Counting Crows han continuado su carrera a su ritmo, sin prisas y a un gran nivel aunque ya nadie se fije en ellos, además me niego a aceptar los designios de la nostalgia cuando estos se tornan crueles, ni los dictados de la música cuando viene acompañada de la "industria". Me quedaron grabadas las palabras de Duritz en una entrevista en aquellos primeros años 90 cuando les sorprendió el éxito en las que afirmó que la fama no significaba nada para él, supongo que gracias a esa lucidez hoy aun puede continuar su camino de manera tan estoica.
Ya hace unos años que no se sabe nada a nivel discográfico desde su "Somewhere Under Wonderland" del 2014, un disco fiel a su particular manera de entender la música pop teñida de melancolía otoñal y que se nutre del folk-rock de manera similar (que no igual) a como hicieron REM en los 90. En esta ocasión con una pulsión más enérgica y donde por cierto no encontraréis un hit de los que suenan por todas partes como los de antaño, pero con todo me resulta curioso que una de mis canciones favoritas del combo californiano, si no la que más a día de hoy, sea "Palisades Park" incluida en este último disco, su último videoclip, y ojo que aquí hay otras joyas como "Scarecrow" o "Cover Up The Sun".
Hoy me detengo en esta tonada que creo que merece titular este post porque me gustan las canciones que no tienen prisa, las que no te lo dan todo hecho en el primer compás, y es que este parque de Palisades tiene unos arreglos hechos con precisión y gran mimo, con su cadencia me lleva al romanticismo de la calle E y a cierta mística urbana. Además esta tonada no tiene una estructura clara, es extensa con más de ocho minutos de duración y ni tan siquiera su estribillo (si es que se le puede llamar así) es coreable, pero es una auténtica maravilla de su tiempo, una historia llena de claroscuros donde se puede entrever la propia experiencia vivencial de Adam Duritz, solo por tonadas como esta vale la pena que Counting Crows sigan adelante a su ritmo porque seguro que aún nos depararán alguna maravilla más en futuras entregas, estoy seguro. Fantástica esta "Palisades Park", es ya una de las favoritas de mi vida.
Magnífico el vídeo y el tema. Nunca he sido muy fan de Counting Crows pero este "Palisades Park" justifica sin duda hacerse con el disco que lo contiene.
ResponderEliminarSaludos,
Hola javier, ciertamente esta canción sobresale por su sobriedad, y el disco que lo contiene no se queda muy atrás.
EliminarSaludos cordiales.