"... en la antesala de la cura, en ese momento en que lo vivido es un triste eco que duele y te comprime las tripas, con la fuerte sensación de que todo fue tiempo perdido, y donde la ruptura no sólo se refiere a la disolución de bienes gananciales, además supone una ruptura con el pasado..."
Los discos de ruptura son en sí mismos un género, ofrenda de sentimientos a flor de piel en el momento crítico de confrontación con la soledad inmedita después del portazo final. En la banda sonora She's the one ya mostraba tímidamente que algo no andaba bien puertas adentro, podría decirse que aquel ejercicio de abstracción le vino que ni pintado para desahogarse. Pero en Echo ya no hay miedo por esconder ni uno sólo de sus pensamientos, aquí ya no hay pretexto argumental que valga, rock sangrante nada pretencioso, eficaz y con el único hilo conductor de su propia experiencia vital y con los recuerdos grabados a fuego.
Echo está en la antesala de la cura, en ese momento en que lo vivido es un triste eco que duele y te comprime las tripas, con la fuerte sensación de que todo fue tiempo perdido, y donde la ruptura no sólo se refiere a la disolución de bienes gananciales, además supone una ruptura con el pasado. Con todo puede ser un tiempo para empezar a comprender a duras penas que no se trata de borrar el pasado, se trata más bien de aceptarlo porque forma parte de nosotros e intentar borrarlo es como intentar borrarse a uno mismo. Aquí también afloran esos momentos de rabia contenida, la frustración y el desencanto. Pero con el tiempo de los malos recuerdos te medio ríes, y los buenos, que seguro que los hubo, son los que te hacen crecer. Éste es su Blood on the tracks, su Tunnel of Love más amargo aún si cabe, con la determinación en su día, por lo doloroso de lo expuesto, de no tocar la mayor parte de las canciones en directo, aunque alguna, sólo Billy the Kid, quedó grabada en directo para la posteridad en su Live Anthology. Éste fue el último disco de la colaboración con Rick Rubin, y por desgracia, último en el que participaría Howe Epstein a quien se lo comió el rock'n'roll en 2003, Ron Blair, bajista original de la banda volvería a la formación para The Last DJ.
Este disco trata una temática muy personal, hubiera sido idóneo para dar continuidad a su Wildflowers y sin sus Heartbreakers acreditados en la tapa, pero es que aquí el sr.Mike Campbell está que se sale, para mí es el corazón de la música de los Rompecorazones, un pilar fundamental, a Mike Campbell parece que el tiempo no le afecte, cada vez suena más joven, cada vez me sorprende más gratamente.
Room at the top enlaza con el sonido de Wildflowers, ese entrelazado de guitarras en el tramo final de la canción es perfecto, endurece su rock en canciones como Free Girl Now y I Don't Wanna Fight, y tiene su punto álgido de putoamismo en Swingin', un recitado en el que no-canta como nadie y a la que añadiría otra línia a sus versos, "Swingin' like Etta James", haceros el favor de ver el video de más abajo. Petty continúa teniendo el mojo, con canciones como Accused of Love uno no sabe si fueron los Travellling Wilburys quienes absorvieron parte de su arte, o fue él quien lo aprehendió de los maestros, pero me pasa que oigo esta canción y me imagino a Lynne y Harrison haciendo los coros y a Big O rascándole a la guitarra en plan You Got It. La balada Lonesome Sundown me suena beatle y country a partes iguales, con el piano y la slide que conducen a la puerta de salida mirando al suelo cabizbajo con el primer sentimiento nostálgico momentos después del final definitivo. Tono resignado en Echo, la reprobación resonando con fuerza, el eco triste cuando acaba el encanto y la química. Billy The Kid es ya un standard, esto es como entrar hasta la cocina, Petty muestra su rol de víctima traicionada. Doce canciones donde no sobra nada y que recomiendo fervientemente.
Tengo a Echo en el pedestal donde también guardo Wildflowers, eso que he llegado a leer que no tiene obras maestras... ni pensarlo, podemos admitir que este Petty ya no es el de Damn the Torpedos, pero donde allí mandaba la inmediatez y la hormona, aquí manda la experiencia y la arruga empieza a ser bella de verdad. El disco me parece sublime y además el señor Mike Campbell está que se sale. Un gran disco.
* Este artículo fue publicado originariamente en EXILE SH MGZE
En mi podium pettiano
ResponderEliminarEsta etapa de madurez es la que más me gusta de Petty; notables instrumentistas, discos de guitarras y raíces con excelentes composiciones. Rick Rubin, capaz de lo mejor y lo peor, acierta de pleno. Saludos
ResponderEliminarHe venido observando que este disco esta entre los favoritos de casi todos los fans del de Florida (de los mios tambien), sin embargo el rubio lo tiene practicamente repudiado y no lo toca en vivo, debe ser que aún le causa dolor tocar algun tema.
ResponderEliminarComo siempre fabulosa reseña Chals.
Saludos.
No es de mis favoritos, pero me parece un gran disco.
ResponderEliminarPor cierto, yo también soy propietario de un blog y quería saber si estás interesado en un intercambio de links para enlazar mutuamente nuestros blogs.
Te dejo la dirección: http://galaxiadelamusica.blogspot.com.es/
Bienvendio Ricardo, lo del intercambio hecho.
ResponderEliminarSaludos a todos y gracias por comentar, yo también lo tengo en el podium Bernardo, y ahí tienes toda la razón Antonio, Rick Rubinno es un productor que me guste demasiado, pero aquí acierta de lleno. Eso he leido en diversas ocasiones Addi, lo aquí expuesto por Petty sangra cada vez que alguien le da al play.
Saludos a todos,
Perfecto reflejo de la situación de Petty en aquel momento, un disco para escuchar con paciencia para sacarle todo el jugo, gran homenaje le has hecho, Saludos!!!
ResponderEliminarSon 15 canciones, y demanda tiempo y atencion como bien dices. Saludos Mister
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