De La Gran Esperanza Blanca ya he hablado en diversas ocasiones, aunque aún no había lanzado mis impresiones en formato reseña y centrándome en el disco "Tren Fantasma". En ocasiones me gusta tomarme las cosas con calma y fuera de la exigencia de la promoción, saborear a conciencia, y no se trata ésto de una diatriba contra la actualidad, ni mucho menos, simplemente que me dejo llevar hasta que las sensaciones que no sé explicar llegan a su debido puerto en forma de palabras e ideas escritas, unas veces es inmediato y produce su placer, es como un chispazo, otras veces la profundidad y los matices me envuelven en una especie de duermevela que no quiero abandonar en papel mojado, ésta es una de esas veces, aunque me podría haber limitado a la crónica de la presentación del disco y haberme quedado tan tranquilo porque allí expresé lo que realmente pienso de La Gran Esperanza Blanca, de sus canciones y de su directo (Enlace crónica: http://goo.gl/LGTm43):
...a pesar del mayor reconocimiento logrado en los últimos tiempos, su repertorio es de largo recorrido, plagado de grandes canciones y digno de recuperar. No me queda más que afirmar que La Gran Esperanza Blanca es uno de los grandes grupos que existen actualmente en el rock, por recorrido, calidad de su repertorio y sobriedad en las tablas...
Es una afirmación pretenciosa y soy consciente de ello, but I don't mind. A cada nueva escucha de alguna de sus canciones me ratifico. Son canciones bien hechas que describen imágenes muy concretas. Pero lo que más me engatusa de las canciones que escribe Cisco Fran es que sonando a músicas pretéritas procedentes del otro lado del charco, música antigua que habla sin efectismos, al mismo tiempo pueden evocar historias cercanas y vividas con un gancho lírico dylaniano que se advierte como una de sus grandes bazas aunque no es esa su verdadera finalidad, son canciones que no despegan los pies del suelo que sabe donde pisa en un difícil equilibrio casi imposible que podríamos llamarlo valenciana (tal cuál como dijo Senior en su día) por su amalgama de sonoridades americana tocadas por la brisa de levante.
Se encarga de abrir "Aquí estoy" con proyección arenosa, de arena del desierto, o quizás de una de las playas desde donde nos relata algunas de sus impresiones costumbristas, imágenes nítidas del ayer que vuelven en un halo idílico acompañadas con pedal steel en "Los años de felicidad", una de mis canciones preferidas y que sé que me acompañarán para los restos por lo que significa y por como lo cuenta, con una coda instrumental que da pie al ensimismamiento y que ayuda además a no dejar en amarga nostalgia el recuerdo de los tiempos felices. Folk-rock de harmónica y acústica de bella factura en "Tu risa", perfecta para celebrar el presente con afecto. En estas lides situadas en las raíces del folk no podía faltar una murder ballad, aquí electrizante, de trenes, desamores y muerte en "El chico del tren", momentos de rock intenso con líneas de guitarra estilo crazy horse en "Azúcar y miel" y fondo noise ecléctico en "Estrella de mar".
Porque el mar es uno de los elementos más presentes del disco, de nuevo testigo a primera línea en otro folk-rock de harmónica acústica y new morning en "Mar del coral" con un fraseo de guitarra que serpentea como las olas. Excelente "Payaso", posiblemente la que menos gancho tiene del disco aunque a mi modo de ver hace gala de algo tan difícil y tan poco visto en el rock cantado en castellano como es sustentar el peso de una canción en una lírica casi recitada a modo spoken word y apoyado de un colchón instrumental entre el jazz de humo y cine negro, y el blues de alcoba y escobillas estilo JJ Cale, y que todo sea dicho, el último Dylan domina como nadie. "Tren Fantasma" es otro de mis momentos preferidos del disco que como "Música antigua" se desenvuelven con estribillos pegadizos que hablan de quien es Cisco Fran y a donde miran sus canciones, hobos y trenes, y músicas antiguas sin adulterar. No me queda otra que alzar mi copa y balancearme al ritmo de "Cantad conmigo" que enlaza el folk de los apalaches con la celtic-soul de la Galway Shore de Mike Scott, con un violín que huele a los pinos de bosques adentro y un acordeón que sabe al salitre de la costa. Brindemos por todo a la vez, amor y muerte, vida y olvido.
No podría afirmar tan rotundamente como se ha hecho que Tren Fantasma es su mejor disco, más por una trayectoria como la suya plagada de momentos de tanta calidad como desconocidos, y porque el más personal Derrota es un disco que tengo en muy alta estima y además no ha sido valorado como merece. Éste si es su disco más equilibrado y el que mejor muestra todas las bazas de la longeva formación, el disco que está destinado a darles mayor solidez de cara a la galería en su formación original marcada por la vuelta de Chiti Chítez al bajo. En todo caso, Tren Fantasma es la cara más inhibida de cuantas ha mostrado Cisco Fran hasta la fecha. Un gran disco imprescindible en la presente temporada.
Se encarga de abrir "Aquí estoy" con proyección arenosa, de arena del desierto, o quizás de una de las playas desde donde nos relata algunas de sus impresiones costumbristas, imágenes nítidas del ayer que vuelven en un halo idílico acompañadas con pedal steel en "Los años de felicidad", una de mis canciones preferidas y que sé que me acompañarán para los restos por lo que significa y por como lo cuenta, con una coda instrumental que da pie al ensimismamiento y que ayuda además a no dejar en amarga nostalgia el recuerdo de los tiempos felices. Folk-rock de harmónica y acústica de bella factura en "Tu risa", perfecta para celebrar el presente con afecto. En estas lides situadas en las raíces del folk no podía faltar una murder ballad, aquí electrizante, de trenes, desamores y muerte en "El chico del tren", momentos de rock intenso con líneas de guitarra estilo crazy horse en "Azúcar y miel" y fondo noise ecléctico en "Estrella de mar".
Porque el mar es uno de los elementos más presentes del disco, de nuevo testigo a primera línea en otro folk-rock de harmónica acústica y new morning en "Mar del coral" con un fraseo de guitarra que serpentea como las olas. Excelente "Payaso", posiblemente la que menos gancho tiene del disco aunque a mi modo de ver hace gala de algo tan difícil y tan poco visto en el rock cantado en castellano como es sustentar el peso de una canción en una lírica casi recitada a modo spoken word y apoyado de un colchón instrumental entre el jazz de humo y cine negro, y el blues de alcoba y escobillas estilo JJ Cale, y que todo sea dicho, el último Dylan domina como nadie. "Tren Fantasma" es otro de mis momentos preferidos del disco que como "Música antigua" se desenvuelven con estribillos pegadizos que hablan de quien es Cisco Fran y a donde miran sus canciones, hobos y trenes, y músicas antiguas sin adulterar. No me queda otra que alzar mi copa y balancearme al ritmo de "Cantad conmigo" que enlaza el folk de los apalaches con la celtic-soul de la Galway Shore de Mike Scott, con un violín que huele a los pinos de bosques adentro y un acordeón que sabe al salitre de la costa. Brindemos por todo a la vez, amor y muerte, vida y olvido.
No podría afirmar tan rotundamente como se ha hecho que Tren Fantasma es su mejor disco, más por una trayectoria como la suya plagada de momentos de tanta calidad como desconocidos, y porque el más personal Derrota es un disco que tengo en muy alta estima y además no ha sido valorado como merece. Éste si es su disco más equilibrado y el que mejor muestra todas las bazas de la longeva formación, el disco que está destinado a darles mayor solidez de cara a la galería en su formación original marcada por la vuelta de Chiti Chítez al bajo. En todo caso, Tren Fantasma es la cara más inhibida de cuantas ha mostrado Cisco Fran hasta la fecha. Un gran disco imprescindible en la presente temporada.
Desde luego que imprescindible, yo les he conocido a fondo con este y es uno de los discos que mas ha sonado en casa este año, estupendo como tu reseña.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pués gracias Addi, es uno de mis favoritos del año.
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