Edición semanal de Por Amor A La Música, empezamos ronda desde el Bar de moda en esta ciudad, The Tiki Bar, cócteles varios de exóticos manjares, amenizados con música para finos paladares, sigues recto por la Route y al llegar a la avenida principal encontrarás a Forrest y su propuesta: instrumento de jazz en canción rock/pop. Esta semana el instrumento protagonista será la trompeta, y de la mano del gran jazzman Freddie Hubbard, uno de los trompetistas más importantes que nos ha dado el jazz, sólo por su paso por los Jazz Messengers de Art Blakey ya merecería estar cerca de Miles allá arriba, y su talento al servicio de Billy Joel, otro songwritter a reivindicar, con su canción Zanzibar, canela fina.
Y de un trompetista conocido por los aficionados al jazz, a Mike Cotton, muy poco conocido, por no decir nada, y con tan sólo dos discos a su nombre, mejor dicho bajo diversos nombres, The Mike Cotton Jazzmen, The Mike Cotton Sound, Satisfaction, formaciones que sirvieron de side-bands a ilustres músicos de la época, Sugar Pie DeSanto, Gene Pitney, Stevie Wonder, Doris Troy, The Four Tops, Solomon Burke, Argent (The Zombies)... casi nada, no era ni mucho menos un principiante cuando en 1971 y bajo el nombre de Mike Cotton Sound es reclutado por The Kinks para su disco Musswell Hillbillies. Con ellos continuó su conjunta andadura hasta mediados de los 70.
Lo sé, hay muchos músicos de jazz por el mundo, pero desde que empecé este camino, mi versión más british, que estaba al quite para meter a los Kinks aunque fuera con calzador, y esta semana Forrest me lo ha puesto a huevo para dedicar el post a una de mis canciones favoritas hasta el infinito y más allá. Los visitantes habituales, tres o cuatro, ya sabéis que los Kinks son mi pasión actual, si tuviera delante a los Davies les lanzaría las bragas de mi señora, aunque creo que ni ellos tienen edad para recibir bragas del respetable, ni yo para robarlas, además me arriesgaría a pasar noche en el sofá, así que descartado, pero poco me falta.
Además, ahora que aún está entre nosotros, no pasaré la oportunidad siempre que pueda de reivindicar a los Kinks como una de las grandes bandas de la historia del rock, y a Ray Davies como uno de los mejores compositores, de los más finos, además de un intérprete polifacético. No esperéis a descubrirlos cuando ya no estén, y más ahora que estamos más cerca que nunca de presenciar una nueva reunión.
Face To Face fue el disco que me hizo el click, un regalo que no esperaba y que me pilló desprevenido, para mí hasta ese momento los Kinks habían sido You Really Got Me, que equivocado que estaba!. Ya con The Village Green y Something Else terminé por volverme una groupie, y cuando Kinkdome Come me descubrió el Muswell Hillbillies en su fantástica serie de post dedicados al disco, definitivamente me devolvió unos cuantos años, me hizo recordar lo que sentí cuando descubrí de más joven a los Rolling Stones, a los Beatles, a la Velvet, a los Clash, ese hormigueo constante que te empuja a escuchar sin parar una y otra vez cada disco, a hablar de ellos a cada amigo, a leer cualquier detalle, mezclarme entre su club de fans como uno más de la familia...
Aunque este post dedicado no tendría sentido si todo el disco no tuviera presente la instrumentación y los arreglos de Mike Cotton. Aunque es Alcohol la canción que en mayor medida me retrotrae a Louis Armstrong y al origen del jazz, a esas bandas comparsa en los entierros tocando When The Saints Go Marchin In. Aunque el Muswell Hillbillies además del sonido New Orleans de principios de siglo de bandas callejeras y bares minúsculos con música cinco estrellas, también tiene mucho rock'n'roll.
Y así, representando los Kinks como pocos el sonido brit de los 60 con su music-hall bastardo, se reinventaron añadiendo una sección de vientos de blancos que querían ser negros, donde nuestro amigo jugó un papel primordial con los Mike Cotton Sound, sin ellos este disco no hubiera sido como es, una isla en los 70.
Y así, representando los Kinks como pocos el sonido brit de los 60 con su music-hall bastardo, se reinventaron añadiendo una sección de vientos de blancos que querían ser negros, donde nuestro amigo jugó un papel primordial con los Mike Cotton Sound, sin ellos este disco no hubiera sido como es, una isla en los 70.
Y es que la verdadera pasión del sr.Mike Cotton desde el principio fue el jazz, formó a su The Mike Cotton Jazzmen en plena eclosión del Trad Jazz a princpios de los 50, un movimiento musical que se dió en las islas británicas y que rememoraba las primeras bandas de Dixieland, el primer jazz de los años 20 y 30. Junto a Mike Cotton, otros músicos llegaron a tener cierto renombre dentro del género jazz, Chris Barber, Terry Lightfoot, Acker Bilk, George Chisholm, Kenny Ball, Mick Mulligan... Aunque imaginaros lo que significaría ser un músico de jazz en UK en los 60, una temeridad, fijáos, los Rolling Stones, los Beatles, The Who, David Bowie... y tantos y tantos grupos que cambiaron nuestra percepción de la música, y aún lo hacen. Y así como Mike Cotton, a principios de los 60 todos estos músicos fueron poco a poco deslizándoze hacia las sonoridades más pop del momento, cambiando el jazz por el R&B, así que cabría reivindicarlos como parte primordial del rock británico basado en el R&B y el sonido propiamente mod.
Imaginaros lo que consiguieron The Kinks con este disco, no sólo su propia reinvención en el rock, además lograron después de más una década, y ya casi olvidado el Trad Jazz británico, coger a uno de sus máximos exponentes y sacarse con él un discarro imposible para esos años, un canto a la Working Class con ese toque preciso de antes de que los Beatles lo pusieran todo patas arriba. Imaginaos que p__os genios son los hermanos Davies.
Los Kinks en The Archway Tavern, con Alcohol, nos devuelven el Trad Jazz, una marcha fúnebre en New Orleans, acompañando a un desilusionado señor, sucumbiendo ante las garras del alcohol, consumiendo cualquier brebaje con graduación, harto de la presión en la oficina, harto de lo que la vida le ha puesto delante, rematado por una harpía aspirante a señora bien considerada, que además de robarle el corazón, le robó la cartera y la ilusión. Además me encanta cuando Dave Davies canta, una voz más limitada, pero muy expresiva, en esta canción se alternan los dos de manera magistral, mientras Ray ejerce el papel de narrador en tercera persona en los versos, Dave se mete en la piel del protagonista en el estribillo.
La crónica que tantas veces hemos visto aquí y allá, en mayor o menor medida, puro costumbrismo del ciudadano medio occidental de finales del s.XX / principios del XXI. Que canción! y que parte la que tocan los Mike Cotton Sound, Chapeau! God Save The Kinks.
La crónica que tantas veces hemos visto aquí y allá, en mayor o menor medida, puro costumbrismo del ciudadano medio occidental de finales del s.XX / principios del XXI. Que canción! y que parte la que tocan los Mike Cotton Sound, Chapeau! God Save The Kinks.
Jejeje!Te lo he puesto a huevo!Estando sumergido en el universo Kinks, no me extraña que te acordaras de este tema...Al final me has contagiado la fiebre Kiks y me he pillado unos singles de ellos...originales!A un hombre que tiene unos 3000 singles en vinilo de diferentes bandas y va vendiendo poco a poco!Viva The Kinks...
ResponderEliminarEste tema es una preciosidad...se me esta poniendo la carne de gallina mientras le escucho...Casi volveria al vicio por culpa de Ray!
A+
Toma lección sobre los Kinks, que grande es este juego. Yo solo conozco de los Kinks lo básico, "You Really Got me" y poco mas. Interesante tu propuesta de los kinks, un saludo, Chals
ResponderEliminarPub rock, Jazz de pub eso es Muswell Hillibillies. Nada mejor para un recorrido sobre las influencias más jazzys en el british rock clásico fuera del prog
ResponderEliminarPedazo entrada, yo de jazz un analfabeto, pero a los de Ray adoro con pasión desmedida, gran tema has elegido master y el disco que me introdujo en el mundo de estos elementos a mi, fue Arthur...
ResponderEliminarAbrazo.
Coño, buenisima entrada, todo un master sobre the Kinks, que gran banda y que forma de escribir de Davies, una entre un millón.
ResponderEliminarBuf, a los Kinks no consigo cogerles el punto y mira que lo intento... Pero creo que seguiré intentándolo.
ResponderEliminarEso sí, este tema es impresionante... Me han dado ganas de cogerme una buena cogorza porque ha conseguido convertir sus problemas en los míos.
Bestial como siempre Chals
Llego tarde, más de lo acostumbrado pero ya estoy aquí. Me estás metiendo el 'veneno Kinks' y no sabes cómo!! He seguido tus post de los discos anteriores y éste no iba a ser menos, grande, enorme post para 'captar' adeptos para la causa Kinks, je,je,je. De Mike ni puta idea pero el corte que cuelgas es de los que piensas que todo está en su sitio para que la magia fluya. Me encanta este toque New Orleans y la lánguida pero sentida interpretación de los Davies.
ResponderEliminarGrandes The Kinks!!