Classic Albums: Bob Dylan - Time Out Of Mind (1997)

...uno de los discos más desgarradores e intensos en la discografía de Bob Dylan y de cuantos he escuchado en mi vida atendiendo a unas letras desoladoras y profundas...


Cada vez que me paro a intentar hablar de Bob Dylan tengo la sensación de que me voy a meter en un berengenal. Primero porque quienes realmente entienden de su obra (menos de los pretendidos) realmente saben mucho, y segundo porque querencias particulares a parte la obra de este señor lo sitúa por delante de todo lo demás, y claro, un don nadie como yo es lógico que se sienta insignificante hablando de Él, como un satélite remoto en medio de una galaxia. 

Pero aún así aventuraré unas palabras sobre uno de mis discos favoritos de Bob Dylan, que ni fue grabado en los 60, ni en los 70, y eso por lo que a mi respecta y frente a una discografía que quita el hipo ya tiene un mérito fuera de lo normal. De Time Out Of Mind no voy a entrar en todo aquello que podréis encontrar online, sesiones de grabación, microfonías, la relación con Lanois, el retorno glorioso, premios, banda y demás, todo eso lo tenéis a un golpe de click.

Si que os puedo afirmar que alucino a cada escucha con el sonido del disco, su riqueza instrumental y esta producción que es capaz de espaciar cada una de las partes y meterte dentro con su sensación de directo tal y como hacían las producciones de Rudy Van Gelder en el jazz. Pero principalmente me resulta uno de los discos más desgarradores e intensos en la discografía de Bob Dylan y de cuantos he escuchado en mi vida atendiendo a unas letras desoladoras y profundas, incluso no sé si decir confesionales porque en el caso de Dylan su dominio en el arte de fingir la verdad es catedralicio, esa es realmente la razón de ser del arte no?, hay quien lo llama subjetivación. El caso es que me da igual si lo que aquí canta el bardo es cierto a un nivel personal o no, yo me quedo con las canciones y ellas me dicen que en los dominios de la música si lo son, y ahí me arrodillo.


...durante las milésimas de segundo en los que tu mente se transporte a través del tiempo y el espacio a un recuerdo concreto, a la eternidad de aquel momento, todo parecerá haber valido la pena...

Porque... ay! el Amor es quizás el tema de los temas, tan manido que la línea que separa escribir una gran canción de una mala es muy muy delgada. Y Time Out Of Mind es un disco que habla del amor como pocos discos que he escuchado en mi vida, aunque más bien a través de la falta de él que siempre me pareció mucho más interesante y cautivador. Aquí, un artista que siempre ha cantado como si se hubiera tragado un bluesman y que después de tantos años y tantos discos, despoja su alma para contarnos que no vale para nada la experiencia que uno pueda tener porque el amor te cogerá desprevenido, te hará levitar, te hará prisionero y cuando menos te lo esperes te tirará al suelo para macharcarte hasta que ya no tengas ganas de seguir adelante, e incluso en ese momento no podrás escapar de él porque durante las milésimas de segundo en los que tu mente se transporte a través del tiempo y el espacio a un recuerdo concreto, a la eternidad de aquel momento, todo parecerá haber valido la pena. El toma y daca eterno y tan difícil de explicar y que aquí Dylan borda, nostálgico, desolador, profundo, cogiéndose al blues como quien se coge a un clavo ardiendo.

Love Sick y Not Dark Yet son de una belleza y de una humanidad brutales, versos que parecen surgidos de la frontera entre el hastío y las ganas de vivir, es de lo mejor que a escrito nunca, al menos yo las tengo en el top50 y no precisamente hacia el final. Pero este disco tiene mucho más, esas canciones metidas en contexto te llevan a otras de grandeza exquisita, música vieja y aún adictiva como Dirt Road Blues, mantras sureños y orgánicos que hacen que los minutos sean segundos, perfecta Standing in the Doorway que te mece como una nana hecha para adultos insomnes y transnochadores como nosotros, y la grandeza del tejido instrumental de Cold Irons Bound es inconmensurable junto con una letra realmente escalofriante y desoladora. En el terreno de la balada en el que a veces se mueve incluso deja fuera de juego a su dueño y señor el sr.Waits en por ejemplo Make You Feel My Love, preciosa, es como una ventana abierta por donde entra aire fresco ante el descalabro sentimental, el 'da igual que no me quieras porque yo te quiero a tí y me sobra' que aquí canta es gigante y universal. Oh! y Can't Wait se erige como el final del camino, el latigazo final que atiza el corazón, que le cierra la puerta por necesidad. Y es que el disco entero no tiene desperdicio, grandioso incluso hasta ese más de cuarto de hora que cierra el disco en Highlands, no hay nadie hoy por hoy capaz de hacer una canción de estas dimensiones sin caer en la completa vacuidad o la reiteración, no es el caso, al menos a mi no me lo parece.

...en un hipotético juicio celestial y presentando estas canciones como pruebas incriminatorias, claramente el jurado declararía al AMOR culpable de todos los cargos...

Time Out Of Mind es un disco de bella factura sonora y con una producción perfecta que habla de nuestra condición contradictoria como especie, el "sólo se que no se nada" del sabio, un viaje que nos lleva por lugares sombríos del alma poco transitados desde el teclado inicial que separa sin miramientos el romanticismo vacuo, de la verdad del amor, hasta la odisea final que marca una huida que posiblemente ni el propio protagonista sabe de qué, quizás de la mentira del amor, y de la verdad del amor, y del final del amor como escape al sufrimiento, o quizás trata de abrazarlo como única vía de salvación aunque sólo sea a través de su recuerdo. Sólo podría finalizar diciendo que en un hipotético juicio celestial y presentando estas canciones como pruebas incriminatorias, claramente el jurado declararía al AMOR culpable de todos los cargos. Obra maestra.


Reseñado a partir del texto escrito originalmente para Exile SH Magazine.


Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo, Chals. Me ha encantado la manera en que describes el álbum. Es curioso que los tres maestros —Dylan, Reed y Young— hicieran sendos discos soberbios en los noventa, entre los diez mejores de aquella década: "Time Out Of Mind", "Magic And Loss" y "Ragged Glory".

    Abrazos.

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    1. Menuda tríada, hubiera faltado Bowie haciendo su POM, aunque también te digo que tenemos a Johnny Cash para póker con sus American Recordings. Gracias Gonzalo por lo que a mi respecta, vieniendo de ti es todo un honor.
      Saludos y abrazos.

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  2. Este "Time Out Of Mind" me reconcilió con un Dylan que no publicó nada destacable desde su "Oh Mercy", casi una década de perfil bajo. El disco es una auténtica delicia, delicatessen, un reencuentro con su alma gitana, de trotamundos del alma, soberbio en ese ambiente tan de partida de dominó con los amigos, aparentemente intrascendente pero lleno de momentos en los que asoma su gran sabiduría de relator contemporáneo.
    Saludos,

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