...uno de los discos mĆ”s desgarradores e intensos en la discografĆa de Bob Dylan y de cuantos he escuchado en mi vida atendiendo a unas letras desoladoras y profundas...
Cada vez que me paro a intentar hablar de Bob Dylan tengo la sensación de que me voy a meter en un berengenal. Primero porque quienes realmente entienden de su obra (menos de los pretendidos) realmente saben mucho, y segundo porque querencias particulares a parte la obra de este seƱor lo sitĆŗa por delante de todo lo demĆ”s, y claro, un don nadie como yo es lógico que se sienta insignificante hablando de Ćl, como un satĆ©lite remoto en medio de una galaxia.
Pero aĆŗn asĆ aventurarĆ© unas palabras sobre uno de mis discos favoritos de Bob Dylan, que ni fue grabado en los 60, ni en los 70, y eso por lo que a mi respecta y frente a una discografĆa que quita el hipo ya tiene un mĆ©rito fuera de lo normal. De Time Out Of Mind no voy a entrar en todo aquello que podrĆ©is encontrar online, sesiones de grabación, microfonĆas, la relación con Lanois, el retorno glorioso, premios, banda y demĆ”s, todo eso lo tenĆ©is a un golpe de click.
Si que os puedo afirmar que alucino a cada escucha con el sonido del disco, su riqueza instrumental y esta producción que es capaz de espaciar cada una de las partes y meterte dentro con su sensación de directo tal y como hacĆan las producciones de Rudy Van Gelder en el jazz. Pero principalmente me resulta uno de los discos mĆ”s desgarradores e intensos en la discografĆa de Bob Dylan y de cuantos he escuchado en mi vida atendiendo a unas letras desoladoras y profundas, incluso no sĆ© si decir confesionales porque en el caso de Dylan su dominio en el arte de fingir la verdad es catedralicio, esa es realmente la razón de ser del arte no?, hay quien lo llama subjetivación. El caso es que me da igual si lo que aquĆ canta el bardo es cierto a un nivel personal o no, yo me quedo con las canciones y ellas me dicen que en los dominios de la mĆŗsica si lo son, y ahĆ me arrodillo.

...durante las milƩsimas de segundo en los que tu mente se transporte a travƩs del tiempo y el espacio a un recuerdo concreto, a la eternidad de aquel momento, todo parecerƔ haber valido la pena...
Porque... ay! el Amor es quizĆ”s el tema de los temas, tan manido que la lĆnea que separa escribir una gran canción de una mala es muy muy delgada. Y Time Out Of Mind es un disco que habla del amor como pocos discos que he escuchado en mi vida, aunque mĆ”s bien a travĆ©s de la falta de Ć©l que siempre me pareció mucho mĆ”s interesante y cautivador. AquĆ, un artista que siempre ha cantado como si se hubiera tragado un bluesman y que despuĆ©s de tantos aƱos y tantos discos, despoja su alma para contarnos que no vale para nada la experiencia que uno pueda tener porque el amor te cogerĆ” desprevenido, te harĆ” levitar, te harĆ” prisionero y cuando menos te lo esperes te tirarĆ” al suelo para macharcarte hasta que ya no tengas ganas de seguir adelante, e incluso en ese momento no podrĆ”s escapar de Ć©l porque durante las milĆ©simas de segundo en los que tu mente se transporte a travĆ©s del tiempo y el espacio a un recuerdo concreto, a la eternidad de aquel momento, todo parecerĆ” haber valido la pena. El toma y daca eterno y tan difĆcil de explicar y que aquĆ Dylan borda, nostĆ”lgico, desolador, profundo, cogiĆ©ndose al blues como quien se coge a un clavo ardiendo.
Love Sick y Not Dark Yet son de una belleza y de una humanidad brutales, versos que parecen surgidos de la frontera entre el hastĆo y las ganas de vivir, es de lo mejor que a escrito nunca, al menos yo las tengo en el top50 y no precisamente hacia el final. Pero este disco tiene mucho mĆ”s, esas canciones metidas en contexto te llevan a otras de grandeza exquisita, mĆŗsica vieja y aĆŗn adictiva como Dirt Road Blues, mantras sureƱos y orgĆ”nicos que hacen que los minutos sean segundos, perfecta Standing in the Doorway que te mece como una nana hecha para adultos insomnes y transnochadores como nosotros, y la grandeza del tejido instrumental de Cold Irons Bound es inconmensurable junto con una letra realmente escalofriante y desoladora. En el terreno de la balada en el que a veces se mueve incluso deja fuera de juego a su dueƱo y seƱor el sr.Waits en por ejemplo Make You Feel My Love, preciosa, es como una ventana abierta por donde entra aire fresco ante el descalabro sentimental, el 'da igual que no me quieras porque yo te quiero a tĆ y me sobra' que aquĆ canta es gigante y universal. Oh! y Can't Wait se erige como el final del camino, el latigazo final que atiza el corazón, que le cierra la puerta por necesidad. Y es que el disco entero no tiene desperdicio, grandioso incluso hasta ese mĆ”s de cuarto de hora que cierra el disco en Highlands, no hay nadie hoy por hoy capaz de hacer una canción de estas dimensiones sin caer en la completa vacuidad o la reiteración, no es el caso, al menos a mi no me lo parece.
Time Out Of Mind es un disco de bella factura sonora y con una producción perfecta que habla de nuestra condición contradictoria como especie, el "sólo se que no se nada" del sabio, un viaje que nos lleva por lugares sombrĆos del alma poco transitados desde el teclado inicial que separa sin miramientos el romanticismo vacuo, de la verdad del amor, hasta la odisea final que marca una huida que posiblemente ni el propio protagonista sabe de quĆ©, quizĆ”s de la mentira del amor, y de la verdad del amor, y del final del amor como escape al sufrimiento, o quizĆ”s trata de abrazarlo como Ćŗnica vĆa de salvación aunque sólo sea a travĆ©s de su recuerdo. Sólo podrĆa finalizar diciendo que en un hipotĆ©tico juicio celestial y presentando estas canciones como pruebas incriminatorias, claramente el jurado declararĆa al AMOR culpable de todos los cargos. Obra maestra.

...en un hipotĆ©tico juicio celestial y presentando estas canciones como pruebas incriminatorias, claramente el jurado declararĆa al AMOR culpable de todos los cargos...
Time Out Of Mind es un disco de bella factura sonora y con una producción perfecta que habla de nuestra condición contradictoria como especie, el "sólo se que no se nada" del sabio, un viaje que nos lleva por lugares sombrĆos del alma poco transitados desde el teclado inicial que separa sin miramientos el romanticismo vacuo, de la verdad del amor, hasta la odisea final que marca una huida que posiblemente ni el propio protagonista sabe de quĆ©, quizĆ”s de la mentira del amor, y de la verdad del amor, y del final del amor como escape al sufrimiento, o quizĆ”s trata de abrazarlo como Ćŗnica vĆa de salvación aunque sólo sea a travĆ©s de su recuerdo. Sólo podrĆa finalizar diciendo que en un hipotĆ©tico juicio celestial y presentando estas canciones como pruebas incriminatorias, claramente el jurado declararĆa al AMOR culpable de todos los cargos. Obra maestra.
ReseƱado a partir del texto escrito originalmente para Exile SH Magazine.
Totalmente de acuerdo, Chals. Me ha encantado la manera en que describes el Ć”lbum. Es curioso que los tres maestros —Dylan, Reed y Young— hicieran sendos discos soberbios en los noventa, entre los diez mejores de aquella dĆ©cada: "Time Out Of Mind", "Magic And Loss" y "Ragged Glory".
ResponderEliminarAbrazos.
Menuda trĆada, hubiera faltado Bowie haciendo su POM, aunque tambiĆ©n te digo que tenemos a Johnny Cash para póker con sus American Recordings. Gracias Gonzalo por lo que a mi respecta, vieniendo de ti es todo un honor.
EliminarSaludos y abrazos.
Este "Time Out Of Mind" me reconcilió con un Dylan que no publicó nada destacable desde su "Oh Mercy", casi una dĆ©cada de perfil bajo. El disco es una autĆ©ntica delicia, delicatessen, un reencuentro con su alma gitana, de trotamundos del alma, soberbio en ese ambiente tan de partida de dominó con los amigos, aparentemente intrascendente pero lleno de momentos en los que asoma su gran sabidurĆa de relator contemporĆ”neo.
ResponderEliminarSaludos,