Patty Griffin - American Kid (2013)


 Griffin hila un tacklist complejo, repleto de personajes que transcurren, cuales okies, las difíciles carreteras de la vida, paisajes antiguos y actuales se superponen como si fueran la misma

Me resulta difícil mantener el nivel con las novedades cuando los frentes abiertos, además de muy diversos y abundantes, no corresponden a la cosecha actual. Reconozco que llegó a agobiarme, pero hace un tiempo que dejé de perseguir las novedades para acumularlas como medallas en la solapa, eso sí, siempre serán necesarias para que este motor que mueve mi vida no pare nunca de empujar con ímpetu. Ahora escucho de manera diferente, mejor un buen polvo que cuatro con prisas y corriendo, serán las cosas de la madurez, vete tú a saber. 

El caso es que cada cuál atiende instintivamente unas señales determinadas, un aroma, un sentimiento, que le lleva por diferentes escenarios internos y vitales, verse reflejado es importante, aspectos que por la regla de tres expuesta, me transforman de cazador en presa. Así ando, absorvido por un disco que sin buscarlo me atrapó desde el primer segundo, pués "American Kid" rezuma gusto, producción exquisita de sonido sedoso, canciones apabullantes y llenas de emoción sin cortar, y colaboraciones de lujo, los hermanos Dickinson y Robert Plant.

Éste es el séptimo disco de Patty Griffin después del aclamado "Children Running Through" del 2007, considerado su cima artística, y que junto al gospel de fantasía de "Downtown Church", armado mayormente de tradicionales y versiones e inspirado por Mavis Staples con quien colaboró, supuso la consagración de la cantante de Old Town hace ahora casi séis años. Ya desde entonces Patty Griffin se ha movido en un círculo de artistas incuestionables, Emmylou Harris, Julie y Buddy Miller, Jim Lauderdale... Así que no era de extrañar que Miller se la trajera consigo a Band of Joy junto a Robert Plant, momento en que muchos, entre los que me incluyo, descubrimos una voz conmovedora que canta desde el corazón, el mismo Robert Plant, ahora su marido, no pudo evitar enamorarse.

En cierta manera, este disco traza cierto paralelismo con "Raising Sand", el disco de Plant junto a Alison Kraus, otra gran gran dama a reverenciar siempre que se tercie, sobre todo por sus cadencias y referencias, y sin despreciar aquel disco, que por cierto me encanta, para mí Patty Griffin logra un resultado de mayor empaque y mayor profundidad. Plant que colabora con su mujer en tres de las canciones, "Ohio", "Faithful Son" y "Highway Song", esta última co-escrita por ambos, queda en un segundo plano en todo momento. Y a su vez, Griffin consigue su punto más alto como la gran compositora que es con esta banda sonora tejida como homenaje a su padre, representado en "Irish Boy", ese chico de la portada, pués "American Kid" es un sentido duelo, pero también mucho más.

Griffin hila un tacklist complejo, repleto de personajes que transcurren, cuales okies, las difíciles carreteras de la vida, paisajes antiguos y actuales se superponen como si fueran la misma, como esa terrible historia del soldado en "Not A Bad Man", podría haber sucedido en la 2ª Guerra Mundial, en Vietnam o en Iraq, en cualquier caso, guerras alimentadas por jóvenes que creen estar luchando por un ideal del bien sobre el mal, y que si sobreviven, mueren en espíritu. Griffin nos pone en situación, los miedos y la fragilidad de la propia vida, en "Wild Old Dog" con la siempre recurrente historia de un perro abandonado llega a conmocionar, también explora los lazos familiares en "Faithful Son" y en "Mom & Dad’s Waltz", versión de Lefty Frizzell que nos da la pista definitiva de por donde le vino su pasión por el country, según ha confesado en diversas entrevistas. Su propia experiencia vital se refleja en "That Kind Of Lonely", donde se cuestiona sus propias creencias y espectativas en el ecuador de su vida. Quizás en el fondo estos retratos agridulces encuentran el nexo común entre todas las generaciones que han formado y forman parte de esta agónica era industrial, quizás las cosas no hayan cambiado tanto como pensábamos, donde los malos tiempos siempre han estado aquí en nuestro subconsciente, como parte inherente a nuestra propia humanidad, y la felicidad como un estado de presunción, un fuerte deseo de supervivencia que puede salvarnos.

Por derecho propio Patty Griffin forma parte, desde ya, de la realeza americana entre las damas más representativas de las sonoridades más tradicionales y cercanas al folk, con el presente disco, sale definitivamente del seguro segundo plano como compositora tras muchos otros artistas de renombre, Emmylou Harris, las Dixie Chicks...

"American Kid" transcurre como la seda, grácil y nostálgico, apoyado como siempre por sonoridades de belleza acústica inconmensurable, y porqué no, con producción a todo lujo. La supuesta austeridad inherente al estilo, deja paso a una meticulosa producción donde todas las piezas encajan a la perfección sin resultar ampulosa, excelentes partes a las séis cuerdas, percusiones de terciopelo, y reverbs que espacian cada verso conviertiéndolos en odas transcendentales y atemporales, delicia sonora, manjar tradicional y artesano. Un disco para que nuestra sensibilidad sobreviva a la mediocridad que nos rodea. Uno de los discos del año aquí en la Route.

Comentarios

  1. Pues por las prisas este se me ha pasado. imperdonable por mi parte. será hora de revertir la situacion

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  2. discazo de Patty. Lleno de referncias a la muscia contemporanea americana. voy a recuperar el Downtown church que hace mucho que no lo escucho. un abrazo,

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  3. Pues me has convencido tío, no lo tenía en la agenda pero lo agrego ya...
    Salud amigo.

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  4. Un disco buenísimo. Y la voz de esta mujer es estremecedora.

    Un saludo.

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