Elvis Costello - "King Of America" (1986)

"King Of America" es el décimo disco de Elvis Costello, rebautizado para la ocasión como The Costello Show, y donde marca un punto y a parte en un carrera hasta ese momento no menos que brillante. Una búsqueda de las raices americanas, eso sí, sin perder su propia identidad.


Escuché en su día National Rasdom aunque no a los niveles que demanda un artista con una obra tan extensa y repleta de detalles. "Pues porque estoy prácticamente convencido de que és el que más puede encandilar a Chals" queda apuntado que la recomendación dedicada y tajante de Don Guzz, ilustre exiliado y compañero, fue el empujón que me hacía falta para por fín darle el valor que merece al sexto beatle.

La primera impresión que tuve de la música de Costello es que necesita de su atención y dedicación si a priori la intención es entrar en la Logia Costellera, algo que creo que sus incondicionales olvidaron ya hace mucho tiempo por darlo por supuesto, es su voz vibrato y unas cadencias nada obvias con referencias que a veces descolocan, junto a unas producciones que esquivaron por los pelos los excesos de la década que le vió consagrarse, lo intenté primero con My Aim it's True, luego con Trust, pero a veces no es el momento y no hay más que hablar, hasta llegar a King Of America, palabras mayores en mi ideario musical.

Costello venía de ser apaleado con su anterior disco, él mismo lo reconoce en las notas interiores de la  reedición de Goodbye Cruel World "enhorabuena, acaba usted de adquirir el peor disco de mi carrera", el título del disco ya parece en sí una nota de suicidio. Después de la gira de presentación Costello ya estaba bastante agotado, necesitaba aire fresco y su relación con los Thomas y Nieve no era de ruptura pero sí de aire viciado.

Aunque fuera la intención, la palabra "sabático" no tiene precisamente el mismo significado en el diccionario costellero e inició así una serie de conciertos por Londres, Australia y Japón, en ocasiones acompañado por T-Bone Burnett bajo el nombre The Coward Brothers. Más tarde vino la producción de los Pogues y su consiguiente noviazgo con Cait O'Riordan, uno de sus componentes. Como curiosidad, la relación quedó plasmada en la canción Fiesta de los Pogues "Y Costello el rey del América y suntuosa Kate O'Riordan no romperán mis cojones" lo sé, el castellano de McGowan es delirante y nada académico.

The Coward Brothers en acción

También es conocido el sarcasmo de Costello con la prensa de la época, respecto a sus shows con Burnett "Somos los Sonny y Cher de los 80, y yo soy Cher". En aquellos días del 85 a Costello también le quedó tiempo para cantar con su padre una versión del Georgia On My Mind con la Joe Loss Orchestra, y participar en el Live Aid con An old northern folk song. Esa actitud de dejadez (aparente) con su carrera le ganó algunas dudas entre prensa y público, algún avispado plumilla auguraba el final de su carrera artística, o al menos de su época dorada, su anterior LP apoyaba tal argumento, lo que nadie sabía entonces es que su carrera aún no había hecho más que empezar, es lo que tienen las predicciones a la ligera. 

En principio iba a ser un disco con dos partes, una en solitario y otra con The Attractions, así que se largó a los Sunset Sound Studios de Los Angeles y grabó el esqueleto de la mayor parte de canciones del disco. Y pese a las reticencias que siempre tuvo para grabar con "desconocidos", Burnett le argumentó que la mejor manera para abordar un estilo concreto era utilizar músicos que ya estaban familiarizados con él, y además más práctico que tener que aleccionar a los Attractions. A tal efecto Burnett llevó a tres cuartas partes de los Take Care Of Bussines, la banda de Elvis Presley, y artistas de la talla de David Hidalgo (Los Lobos), entre otros. Es lo que tiene ser amigo de T-Bone Burnett, a ver que mortal se resiste a la petición.

Elvis Costello and The Confederates, 1986
(Jim Keltner, Jerry Scheff, Elvis Costello, James Burton, 
Mitchell Froom, David Hidalgo, T Bone Burnett)
Fueron tres meses en los Hollywood Oceanway Studios rodeado de la flor y nata americana bautizados para la ocasión con el nombre de Confederates. Para cuando The Attractions aterrizaron en L.A. aquello ya estaba perfilado y sólo les dió tiempo a los Thomas y Nieve a constar como invitados en una canción, eso sí, fantástica. Así que la intención inicial no era en absoluto desharcerse de su grupo pese a las fricciones internas, eran ya muchos años juntos... bueno, después de conocer a sus partenaires de estudio me lo imagino haciendo cuatro llamadas a sus contactos para intentar retrasar el vuelo del grupo.

Otra de las particularidades de esta etapa fue que a Costello le entró un ataque de sentido común agudo y decidió que su nombre artístico quedaba ya lejos de la dirección artística que pretendía tomar, además creía que quedaba poco del artista que empezó a finales de los 70. Intentó firmar la cubierta con su nombre real, Declan MacManus, pero la discográfica despejó sus dudas al instante contrato en mano, la empresa alegó que el arriba firmante llevaba por nombre Elvis Costello, finalmente se contempló la posibilidad de presentar las nuevas canciones bajo el título The Costello Show, llegando a firmar como Declan Patrick Aloysius MacManus (Aloysius como homenaje a su cómico preferido, guasón el tío) como productor y las canciones como Declan McManus (cosas de artistas).


Sus fans y no tan fans ya llevaban meses con sus cábalas sobre el siguiente disco, y entonces aparece la versión de la famosa Don't Let Me Be Misundertood como primer single, su voz cansada y rugosa hacía regocijarse al mismo plumilla en su predicción, además la foto de la portada de aquel single mostraba a un Costello cabizbajo y con barba de un par de semanas, realmente la foto fue sacada en el tour de su anterior disco en el verano del 84. Visto desde esta perspectiva parece que Costello jugaba al despiste.

Pero vamos con mis impresiones que me enrollo más que una persiana, que le den a la prensa a partir de aquel single, se equivocaron. Brilliant Mistake y su primer verso "He thought he was the King of America" me hizo pensar en su reputación de impertinente mediático, rey de la new wave y el pub rock que se autocorona ahora Rey de America con potestad para ser sarcástico con los yanquis, y no pasaría de ahí si no fuera por el incidente con Bonnie Bramlet (Delaney&Bonnie) que mermó bastante su popularidad en EEUU a finales de los 70 y que hace pensar que se trata más de una canción con tintes autobiográficos, ¿Costello pidiendo perdón o siendo guasón?, me inclino más por la segunda, pero de tapadillo.

Teniendo al grupo de Elvis en la retaguardia no es de extrañar que el capo de la New Wave girara la vista hacia los pioneros del rock'n'roll con Lovable y Glitter Glutch, además con nota alta. El buen rascar de una acústica siempre será debilidad para mí, aquí con el fraseo de Our Little Angel que es puro Costello más allá de estilos, fantástica. Su versión de Don't let me be misunderstood es un buen gancho, reconozco que en los primeros compases me dejó desorientado, esperaba una versión más cercana a The Animals, o quizás a Nina Simone, pero sale por la tangete con éxito y coloca otra referencia a marcar en el Olympo de versiones del clásico. La versión de Costello tiene entidad propia gracias al arreglo de vibráfono para el riff, algo muy difícil con esta canción, además contrariamente a lo que dijeron entonces con respecto a su voz, es de las mejores partes vocales del disco, y como no, empezó marcando las distancias devolviéndola del rock británico al jazz.

 Elvis con su banda americana

Que decir de Indoor Fireworks, un caramelo, baladas como ésta, de tal clase, con tal visión de una relación rota, ésto está al alcance de muy pocos, atravesar la tormenta para volver la vista atrás y ver que finalmente la rotura es un bien a largo plazo, que es preferible quemar en una hoguera los malos recuerdos y quedarse con lo que nos hace crecer, magistral, una de las baladas que me llevaría a la isla desierta, putoamismo en estado puro. El nivel no baja y en pleno disco sobre las raíces americana Costello tiene la lucidez de tender un puente hacía sus ancestros anglosajones con Little Palaces, un folk británico encubierto que se trajo en la maleta desde las islas británicas, una obra de arte en si misma, preciosa la parte de mandolina, historia sobre donde están asentados los cimientos de esta sociedad, ni más ni menos, magistral. Y disculpad la referencia pero el teclado de la balada I'll Wear It Proudly me lleva directamente al mega éxito de Procol Harum, sin plagiarlo ni mucho menos, más en la intención, y como letrista es de premio Príncipe de Asturias por lo menos, la O'Riordan debió en su momento deshacerse como un flan ante tamaña balada de amor y lujuría romántica desenfrenada.

Otra de mis preferidas es America Without Tears, un country fino de terciopelo, canción que ya hubiera querido para el disco de los zorros la cantautora Neko Case, muy en la línea de Star Witness para ser exactos. Y clava Eisenhower Moon, la otra versión del disco, nunca está de más reconocer al señor Lenoir como a uno de los más influyentes bluesman, y Costello's got the blues, la troncal que le otorga la credebilidad definitiva en sus intenciones con la música americana, una visita en toda regla a la Chess. Para cuando me quise dar cuenta un día me duchaba canturreando Poisoned Rose, puro arte Buddy Holly y muchos años antes que Hawley, me gusta el Costello crooner, faceta que explotaría mucho más a posteriori en otros discos. Y por supuesto en tal artefacto no podía faltar un rockabilly, The Big Light. Y vale, se supone que estamos en un disco de tintes yanquis, pero es que el medio tiempo Jack Of All Parades es digna del mejor Macca. Y llegaron los Thomas y Nieve del aeropuerto con ya casi todo el disco acabado y aún les dió tiempo a marcar su terreno y reinventarse al acústico en Suit Of Lights, que porque no, está a la altura de todo el disco y que incluso diría que es una de las mejores canciones, clásico por todos lados. Cierra el disco Sleep Of The Just, balada de tintes narrativos, donde más allá de un discurso antimilitarista al uso, Costello se mete en la piel de un soldado, quien sabe, si para encontrar la lógica a su día a día y con una historia de hermanos de por medias.

Es unánime, y yo no quiero ser menos, la opinión de que este disco es el más humano y tranquilo en la lírica, no es falso, pero Costello tiene esa manera de disculparse dejando la coletilla sarcástica al final. Un disco rico en matices, mandolinas, dobros, acordeones, teclados, vientos... T-Bone Burnett le dejó la llave del arsenal y no lo desaprovechó, pero nada más lejos de hacer un disco de americana al uso, Costello lo llevó a su terreno. Y es que Elvis Costello además de un gran compositor de canciones es el más grande de los aprendices, ahora ya maestro, sabe nutrirse de cuantos palos se propone, ya sea T-Bone Burnett, Bacharach o Allen Toussaint, al final lo que realmente enchancha de su música son sus pequeñas particularidades, sus maneras, esa voz vibrato y esas canciones que distan bastante de ser obvias, y efectivamente, King Of America es el mejor disco que podría existir para engancharme, el disco a venerar para los restos.


Remaqueada desde Imperial Trust

Comentarios

  1. Bufff... qué puedo decirte.... pues que eres muy grande, el King of Valencia como mínimo..... Don Guzz estará contento, haciendo adeptos!!! ja ja... Grandísimo post para grandísimo disco. Abrazos!

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    1. Gracias Nikochan, este post me costó de parir lo suyo, como entrar en la logia costellera aunque sea por la puerta de la americana, saludos y abrazos.

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  2. si me pegaba que este sería tu disco de Costello. Me decanto por otros pero reconozco que es de los buenos buenos de Elvis. Ahora a por Momofuku t Delivery Man

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    1. Pues Bernardo, no soy muy de Costello, lo he intentado infinidad de veces y a conciencia, hasta llegar aquí, como lo sabes, esos dos, Momofuku y Delivery Man, han sido los siguientes pasos, aunque debo decirte que el Delivery no me atrapa como este disco. Saludos

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  3. Siempre he tenido una admiración por Elvis...es algo que se llama "efecto halo" y sin embargo no tengo un disco que me haya llegado en su totalidad y reconozco en algunos temas obras capitales de la historia. Me ha decepcionado su último disco y éste del que hablas lo desconozco...no ceso en mi empeño, lo escucharé. Salud

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    1. Me siento totalmente identificado contigo, hay canciones que son la repanocha en verso, pero los discos me cuestan, solo podía existir un disco para mi en su discografía y es este, aunque sigo probando, a mi su último disco me ha parecido más un divertimento de fin de semana que algo serio, no me ha gustado nada, bueno, tampoco lo he escuchado en profundidad, puede que me equivoque.
      Saludos.

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  4. Perdón por la tardanza en comentar aquí... Renovadas gracias por la mención y, por aportar algo -que ya se dijo todo o poco menos-, la evidencia de que uno es muy fanático de este señor (hasta el punto de hacerle blog temático por abandonado se encuentre a día presente) y sí, sin duda, el último disco es para mí lo peor que ha hecho en su carrera profesional de largo (me revaloriza el ochentero "goodbye" y todo)... Eso, ese sonido, ni lo necesita ni le calza bien... Todo son opiniones, por supuesto, y abrazo guzzero Maese Chals !

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