Nick Drake - Five Leaves Left (Island, 1969)


Nick Drake es uno de los cantautores que más respeto y que más adoro desde que conocí de su existencia, su música continúa constituyendo un gran misterio para mi más allá del contexto en el que apareció, de la técnica a la guitarra y la producción, más allá de sus raíces, incluso más allá de su ahora condición de clásico de todos los tiempos, pues la magia que encierran sus canciones me hechizan como pocas y me continúan induciendo a un estado mental que me separa del mundanal ruido, ofreciéndome al detalle la belleza casi imperceptible contenida en los pequeños detalles de la vida en su continuo devenir.

Entra en juego en la ecuación la depresión como factor expiatorio de su, digamos, partida, común a otros (como Townes Van Zandt, Elliott Smith, Vic Chesnutt, Mark Linkous...), único diagnóstico que una sociedad como la nuestra es capaz de vertebrar frente a puntos de vista alejados de la norma y/o de quienes además carecen de expectativas a la hora de integrarse en un mundo que a la postre resulta agresivo y difícil de comprender, acabando (ahora si) con una total pérdida de la ilusión. Curioso como algunos de los artistas que más adoro decidieron en cierto momento abandonarse como lo hicieron, podría responder que valoro la facultad que tiene su música creada desde ciertos estados de indefensión para, paradójicamente, reconfortar a quien escucha. Es el tema, aunque dicha actitud muchas veces sea mal confundida con la rebeldía juvenil propia de ciertas edades. Rechazar formar parte del rebaño y a su vez necesitar integrarse en él es una gran lucha incomprendida y una contradicción difícil de saldar ó equilibrar. Se trata del mundo congelado y agri-dulce que comparto con Nick Drake a través de su música, la que me ha acompañado, consolado, comprendido, sonreido... poned la vuestra.


Este post pretende ser la reseña de Five Leaves Left, mi disco preferido, un debut donde ya desde el principio asombra por su interpretación vocal cercana de terciopelo y una técnica en la acústica que se revela grande en muchas de las canciones, además a mi entender es la producción musical más equilibrada de todas cuantas hizo y la que además podría auparse si se me permite a clásico del british-folk de all-the-times. Su mérito tiene Joe Boyd que tuvo mucho tacto, entendió cuál eran los grandes valores de Nick y le proporcionó unos arreglos perfectos y de ambrosía, sin ostentaciones pero dignos de ser calificados de delicatessen, con una plantilla de músicos a los que seguirles la pista os llevaría por caminos poco conocidos pero siempre gratificantes, obvió además esa reverb tan ususal en el pop de la época y llevó la voz a un primer plano, algo ahora usual, pero que entonces no era tan habitual, pongamos a Leonard Cohen como uno de los pocos ejemplos similares.

Disco favorito también porque este Nick Drake aún tenía un pie en los años de Cambridge cuando vivía feliz integrado en una dinámica universitaria y con una independencia que le favorecía, aún con la ilusión de quien vislumbra un futuro y sin los problemas de la primera gira que aún tendría que llegar, los agujeros negros asomaban pero sin tomar el control.

Time Has Told Me tiene el marchamo de clásico a la altura de Who Knows Where The Times Goes de los Fairport Convention, pensamientos muy personales contados con el lenguaje de lo universal, primera canción favorita de la vida con dos versos que para mi contienen gran parte de lo que fue... "So leave the ways that are making you be what you really don't want to be. Leave the ways that are making you love what you really don't want to love." y él dejó de seguir esos caminos. Aquí Richard Thompson deja uno de los mejores momentos en la eléctrica junto a Drake, sin salirse del british folk se marca unas lineas muy de pedal country, asombroso, cada vez que escucho esta canción me emociona, para mi es vital, pero este disco tiene momentos realmente sublimes, en la mochila de la isla desierta metería también Day is Done, canción que me eriza la piel, sabiendo su final uno puede hacerse mil y una cábalas sobre este día que ya esta hecho, pero no creo que Drake a esas alturas tuviera en mente ni de lejos un final como el que tuvo, los arreglos de cuerda son perfectos, lo que consigue aquí el señor Kirby es fantasía folk, Drake y su guitarra siguen en el centro, las cuerdas a unas octavas de distancia no se inmiscuyen, refuerzan, eso es tener mucho gusto, y bueno, marquemosla de standard folk si se tercia.

La acústica en Three Hours y Cello Song debería estudiarse en las escuelas, la claridad de su arpegiado coloca a Drake y a su guitarra en lo alto, y si unas veces son los arreglos de cuerda, otras un contrabajo que da cuerpo y expande la canción a otro nivel folk, si es que tal cosa puede decirse, excelente Danny Thompson en todas sus intervenciones. Canciones que parecen venidas de otro tiempo de otro lugar lejano añejo y ancestral, y al mismo tiempo atemporal, viven y respiran de nuevo cada vez que se reproducen. The Thoughs Of Mary Jane tiene la esencia de las child ballads, la inocencia e ingenuidad de Nick Drake son alimento sano y perfecto en horas bajas, pueden arroparte como el aroma que te sobreviene de improvisto desde la niñez, de nuevo el sr.Kirby sabe cuál es su trabajo aquí y le regala a la canción una belleza legendaria de cuento de hadas. Escuchar la intro de Man in a Shed produce los cosquilleos que un folkie de pro busca, pero ese piano y el contrabajo la llevan en vilo por sonoridades cercanas al jazz de pequeño formato y de club humeante de NY. Fruit Tree es premonitoria y muy lúcida, como si Drake supiera con toda seguridad como se desenvolvería su obra con los años y cuál sería su relación con la popularidad y la fama, sobrecogedora. Y que decir de Saturday Sun, parece surgida de un sueño, vibráfono y piano pintan una de las postales más hermosas de su carrera, el domingo lluvioso recostado en el sol del sábado llorando por el día que pasó es una coda exquisita para un disco mítico digno de figurar en los anales de la canción popular de todos los tiempos.

Con un artista como él es imposible no caer en ciertos tópicos a la hora de defenderle, uno de esos artistas que serán redescubiertos constantemente por nuevas generaciones a lo largo de la historia de la música ad eternum si ningún género de duda, tan ignorado en su momento como influyente a través de las décadas, tonadas que transitan por el submundo de la meláncolia y hacen de la nostalgia su colchón. Por supuesto su técnica a la guitarra acústica hay que remarcarla, tan clara y transparente como virtuosa, un gran compositor de tonadas folk y una de las mejores guitarras acústicas que han existido en estas tonalidades otoñales. Para acabar os diré que estoy totalmente convencido de que Nick Drake no tenía ni por asomo la intención de quitarse la vida, meter el suicidio en la ecuación sería un gran error, siempre preferí pensar que aquel fue un impulso inocente que sólo quería acallar el dolor, no la vida. Entender lo que es estar en la piel de un rare find es entender Five Leaves Left. Obra maestra.

Comentarios

  1. Magnífica reseña para un irrepetible disco (como lo son también el otro par del bardo). Drake es una isla-diamante en la historia del medio y, como tan bien explicas, está condenado a ser re-descubierto generación tras generación de melómanos por puro y duro talento desmedido. no queda otra.
    Abrazo.

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