Bajo el nombre tan sugerente de Cigarettes After Sex se esconde el colectivo con base en Brooklyn liderado por el compositor Greg Gonzalez. Una de las grandes sorpresas que me llevo del presente año, tal vez uno de los discos que más he escuchado desde su edición en junio. Desde entonces las escuchas se han sucedido sin descanso.
Una sorpresa porque viniendo bajo la etiqueta ambient y/o dream-pop pensaba que ya poco se podía decir más allá de lo que cantó Hope Sandoval en uno de mis discos predilectos de los 90, el So Tonight. Pero no es así. Las coordenadas son conocidas, cadencias a ralentí, guitarras limpias y vaporosas, bajo con mucho cuerpo y siempre presente, escobillas, teclados acolchando los espacios, la reverb al máximo e interpretación de terciopelo, cumple el estereotipo perfecto del género, no inventa nada y aún así cabría sin más situar este disco junto a los grandes del género herederos directos del Sunday Morning velvetiano.
foto: Ebru Yildiz |
No hay artificios, las intenciones de Greg Gonzalez son diáfanas y no quiero engañar a nadie pués la fórmula es bien conocida, un disco bien marcado por el estilo que presenta que no se mueve demasiado de las lides del Dream-pop, más cercanos a Mazzy Star que a Galaxy 500 para más señas, pero lo que consigue con guitarra y bajo, teclado y batería, y una voz suave casi susurrada y sugerente, es una de las grandes joyas del presente año, perfecto para amantes del género pero también para quienes gusten de la música capaz de envolverte en sus brumas sónicas. Un disco que recomiendo encarecidamente si es que aún no lo has escuchado. Delicatessen.
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