A día de hoy es indudable el valor de la Velvet Underground y poco podré aportar en este escrito más que mis impresiones sobre el mentado disco y concretamente sobre su necesaria edición 45 aniversario.
Con la banda zafándose del poder de la Factory de Warhol en su que hacer artístico y sin la obligación de dar espacio a su figura más mediática, la modelo Nico, White Light/White Heat es el único disco de estudio que la formación original creó con total control sobre su obra, ya por fin entregaron en el 68 el ansiado, y deseado por sus protagonistas, tratado de rock transgresor que como en su momento dijo un afamado periodista quedaría para los restos como la estatua de la libertad del punk.
Sin concesiones y arrojando sobre la cinta magnética toda la pureza que el plátano ya mostró. No voy a entrar sobre las desavenencias de Reed y Cale y el desenlace final con el despido del mejor alumno que nunca haya tenido John Cage, porque en definitiva la gestación de dicho artefacto fue el momento en el cuál Reed, Cale, Morrison y Tucker caminaron juntos en una misma dirección lucha de egos a parte, y se nota. Un disco que a pesar de lo fundacional que se supone que es, probablemente ha sido el menos escuchado por sus fans (dejemos a parte aquel último artefacto que se firmó como la Velvet ya sin Reed). Y me declaro culpable sin más pués a parte del Plátano, son el disco del sofá (ya reseñado en la Route: https://chalsontheroute.blogspot.com.es/2015/11/velvet-underground-1969.html) y el Loaded los que con el tiempo han ganado en cuanto a repetidas escuchas.
Sin concesiones y arrojando sobre la cinta magnética toda la pureza que el plátano ya mostró. No voy a entrar sobre las desavenencias de Reed y Cale y el desenlace final con el despido del mejor alumno que nunca haya tenido John Cage, porque en definitiva la gestación de dicho artefacto fue el momento en el cuál Reed, Cale, Morrison y Tucker caminaron juntos en una misma dirección lucha de egos a parte, y se nota. Un disco que a pesar de lo fundacional que se supone que es, probablemente ha sido el menos escuchado por sus fans (dejemos a parte aquel último artefacto que se firmó como la Velvet ya sin Reed). Y me declaro culpable sin más pués a parte del Plátano, son el disco del sofá (ya reseñado en la Route: https://chalsontheroute.blogspot.com.es/2015/11/velvet-underground-1969.html) y el Loaded los que con el tiempo han ganado en cuanto a repetidas escuchas.
Ha sido la edición 45 aniversario la que me ha vuelto a poner en vereda a años luz de fumatas con el White Light/White Heat como banda sonora. El aliciente de encontrar el line up fundacional con unos cuantos extras que arrojan algo de luz sobre que podría haber sido de la Velvet de haber continuado Cale en sus filas es ya factor determinante para que me vuelva a picar el gusanillo, a base de canciones que se salen un poco menos de los márgenes del cánon de la canción rock, pongamos las inéditas hasta la fecha I'm Not a Young Man Anymore y el r&b Guess I'm Falling in Love, otra de mis favoritas de esta edición es Temptation Inside Your Heart que situaría hoy por hoy entre sus mejores canciones.
Además esta edición contiene un directo donde la banda se muestra más asequible a la escucha, incluso convencional si la comparamos con la crudeza sonora y lírica que se da cita en su versión original, a la vez que diáfanos en cuanto a cuales son sus dotes instrumentales e influencias, desde la incial Booker T, su fijas del repertorio I'm Waiting For The Man, Run Run Run y hasta el final.
Que no quede por mi parte reivindicar el disco original, la canción titular White Light/White Heat, es buena manera de rehacer el cánon rítmico cruce entre el Bo Diddley y la motown en versión gamberra, o ese mantra que se encara al chill-kraut en el recitado de Cale en The Gift, brutal y de letras en la mano. Lady Godiva's Operation, como no, también deja manifiesta su intención de transgreder todo aquello que pudiera transgrederse a todos los niveles. Para nada se queda atrás esa catedral sónica de más de un cuarto de hora que es Sister Ray, y quizás la comparación suene extraña, pero me da que a esas alturas del rock, y aún hoy esta por superar, sólo Dylan y Coltrane (entra algunos otros más, muy pocos) fueron capaces de cruzar la línea, con sus diferencias sonoras claro, pero sin duda con la misma profundida a la hora de mostrar esas otras realidades, sentimientos, emociones que hasta entonces el rock de los 60 no había sido capaz de captar más allá del hedonismo imperante. Y aún con las décadas que han pasado continúan siendo referente inalcanzable en esas lides expresivas. Ahí es nada.
Tal y como cuenta Bowie en el libro Hero, por contactos de agencias de management escuchó el debut de la Velvet antes de ser editado (parecido le pasó a Neil Young con las Basement Tapes), escuchas que fueron determinantes para quererse dedicar al rock y no al arte, lo digo por si alguien aún se pregunta que fue antes, si el huevo o la gallina, lo primero fue el Plátano de la Velvet, sin embargo con White Light/White Heat destrozaron todas las convenciones musicales y culturales que encontraron a su paso como nunca antes nadie había hecho en la música popular de los 60. Un disco que de haberse editado hoy se tildaría en las redes sociales de cualquier manera o con cualquier campaña en pos de la corrección, aunque en definitiva White Light/White Heat por suerte siempre quedará como una de las mayores exploraciones que nunca se hayan hecho en los límites expresivos de la música.
Además esta edición contiene un directo donde la banda se muestra más asequible a la escucha, incluso convencional si la comparamos con la crudeza sonora y lírica que se da cita en su versión original, a la vez que diáfanos en cuanto a cuales son sus dotes instrumentales e influencias, desde la incial Booker T, su fijas del repertorio I'm Waiting For The Man, Run Run Run y hasta el final.
Que no quede por mi parte reivindicar el disco original, la canción titular White Light/White Heat, es buena manera de rehacer el cánon rítmico cruce entre el Bo Diddley y la motown en versión gamberra, o ese mantra que se encara al chill-kraut en el recitado de Cale en The Gift, brutal y de letras en la mano. Lady Godiva's Operation, como no, también deja manifiesta su intención de transgreder todo aquello que pudiera transgrederse a todos los niveles. Para nada se queda atrás esa catedral sónica de más de un cuarto de hora que es Sister Ray, y quizás la comparación suene extraña, pero me da que a esas alturas del rock, y aún hoy esta por superar, sólo Dylan y Coltrane (entra algunos otros más, muy pocos) fueron capaces de cruzar la línea, con sus diferencias sonoras claro, pero sin duda con la misma profundida a la hora de mostrar esas otras realidades, sentimientos, emociones que hasta entonces el rock de los 60 no había sido capaz de captar más allá del hedonismo imperante. Y aún con las décadas que han pasado continúan siendo referente inalcanzable en esas lides expresivas. Ahí es nada.
Tal y como cuenta Bowie en el libro Hero, por contactos de agencias de management escuchó el debut de la Velvet antes de ser editado (parecido le pasó a Neil Young con las Basement Tapes), escuchas que fueron determinantes para quererse dedicar al rock y no al arte, lo digo por si alguien aún se pregunta que fue antes, si el huevo o la gallina, lo primero fue el Plátano de la Velvet, sin embargo con White Light/White Heat destrozaron todas las convenciones musicales y culturales que encontraron a su paso como nunca antes nadie había hecho en la música popular de los 60. Un disco que de haberse editado hoy se tildaría en las redes sociales de cualquier manera o con cualquier campaña en pos de la corrección, aunque en definitiva White Light/White Heat por suerte siempre quedará como una de las mayores exploraciones que nunca se hayan hecho en los límites expresivos de la música.
Un disco excepcional, padre del kraut e hijo de las vanguardias más radicales. Por cierto, Chals, el free jazz de principios de los sesenta ya había ido (y seguiría yendo) tan o más lejos que la Velvet.
ResponderEliminarAbrazos.
Oh! Por supuesto. Quizás tendría que haber matizado con respecto al pop/rock. Las referencias a Davis y Coltrane son insuficientes quizás, si unos pioneros.
EliminarUn abrazo
Yo también soy de los que me he volcado más en el "Loaded" y en el "Andy Warhol", dejando este "White Light/White Heat" no diré abandonado, pero si relegado a una segunda fila. Estoy de acuerdo también que es el disco más transgresor de la banda, fuera ya de la sombra de la Factory, y creo que la aportación de Cale es fundamental para llegar a las cotas que llegaron con este trabajo.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Cale aquí da rienda suelta a todas sus neuras sónicas, la pregunta es que hubiera pasado con la Velvet de haber continuado en la banda, esta edición 45 aniversario algo da a entender en ese aspecto.
EliminarUn Abrazo.
Tras el platanazo, mi favorito. Finalmente adquirí el otro día esa edición 45 aniversario, la tengo para cuando llegué el momento adecuado, este fin de semana seguramente.
ResponderEliminarCompleta y excepcional reseña de un disco tan vanguardista como controvertido, libertario y premonitorio.
Abrazos.
Qué bien explicado y que satisfactorio siempre quedarse quieto con el segundo velvetero para ver, para comprobar una y mil veces como sus tentáculos se extienden por tantos y tantos lugares en la historia del medio. De los Stooges a los Talking Heads para llegar a Sonic Youth (por más que ilustres y dispares ejemplos rápidos) beben de aquí como el pato del estanque de una u otra manera.
ResponderEliminarAbrazo, Chals !