Jerry David DeCicca es un tejano que vive en el campo, ajeno a todo. Normalmente mĆ”s cómodo como productor para otros cantautores a cuĆ”l mĆ”s desconocido. Este aƱo ha sacado dos discos como si tal cosa. Time The Teacher fue el primero y en septiembre sacó Burning Daylight. Muy diferentes, me quedo con el primero porque es menos convencional que un segundo mĆ”s en la lĆnea de muchos otros discos en las latitudes de la tradición americana, que no falto de calidad.

Cadencias suaves, arreglos de vientos, el trato jazz y el coro gospel, y letras que a travĆ©s de imĆ”genes claras y universales de una gran belleza lĆrica alude a sus vivencias personales.
DeCicca en este disco consigue la mejor aproximación a la quinta esencia del singer songwriter americano, ademĆ”s de Cohen, la intimidad de Townes Van Zadt, el gusto musical de Randy Newman, incluso a Lou Reed tal y como explicó Javier en su reseƱa que es de top (pasen y lean por favor: https://bit.ly/2ERU7B6). Y eso es algo que queda patente desde su primera canción Time The Teacher, la que da tĆtulo, la que ya de entrada te arrastra hacia estos terriotrios sonoros contemplativos de porche trasero y paseo a la ribera del rĆo. La sencillez de los versos de Watermelon, con una melodĆa que baila entre la genialidad y la canción infantil. La emocional Grandsma's Tattoo, igual que la profundidad de un Woodpecker que dice mĆ”s de lo que aparenta. Un gran disco en el que perderse.
Time The Teacher es una delicia y desde su edición en febrero ha estado pululando como un fijo entre otros discos mĆ”s bien acogidos en el 'mundillo' musical, para mĆ es uno de los trabajos de autor mĆ”s destacados del aƱo presente. Y maldita la gracia que muchas veces es preciso tener una nota de corte en esto de las listas anuales. En este caso si no entra entre los primeros 20 elegidos no es por falta de calidad, confieso que se debe mĆ”s a las manĆas propias y a las sonoridades que conforman mi zona de comfort, porque al lado de otros mĆ”s familiares para mi como puedan ser M.Ward o Damien Jurado, Jerry David DeCicca no tiene nada que envidiar.
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